El Foro de Davos ha desplegado su particular alfombra roja para el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que ha ofrecido el discurso inaugural de la reunión anual. Ante algunos de los principales líderes políticos y empresariales del mundo, Zelenski ha pedido más sanciones contra Rusia, justo un día antes de que se cumplan tres meses de la invasión del país: “Ahora es el momento de dar una respuesta. Hay que sancionar a todos los bancos rusos sin excepciones, cortar todo su acceso a la tecnología y todos los lazos comerciales”, ha clamado por videoconferencia, vestido con su ya emblemática camiseta verde. A su juicio, “debe ejercerse la máxima presión para que cualquier agresor sepa las consecuencias de sus actos. Ese nivel aún no se ha alcanzado”, ha dicho Zelenski, que ha pedido que se incauten todos los activos rusos en el exterior y se destinen a un fondo especial para los afectados por la guerra. “Si los agresores lo pierden todo, tendrán menos motivación para iniciar guerras”, ha dicho.
El llamamiento de Zelenski ante Davos tiene su importancia después de que la comisión para la seguridad y la cooperación en Europa del Gobierno de EE UU emitiera hace dos semanas una dura crítica al papel desempeñado por Suiza. “Suiza, conocida desde hace mucho tiempo como lugar de destino en el que criminales de guerra y cleptócratas suelen ocultar sus botines, es uno de los principales apoyos con que cuenta el dictador ruso Vladímir Putin y sus secuaces. Después de saquear Rusia, Putin y sus oligarcas utilizan las leyes suizas de confidencialidad y secreto bancario para ocultar y proteger el producto de sus delitos”, declaró el organismo en un comunicado.
Pese a todo, pocas veces el escenario central del Centro de Congresos de Davos se ha quedado pequeño para albergar el interés de los participantes por escuchar a uno de los invitados. Solo ha sucedido con alguno de los grandes líderes mundiales que pueden decidir el destino del mundo, como los presidentes de EE UU, Donald Trump, o de China, Xi Jinping. Y ha vuelto a pasar este lunes con Volodímir Zelenski, ante el que todos los asistentes se han puesto en pie y han roto en aplausos al término de su discurso.
“Hay muchos momentos en la historia en los que las cosas han cambiado de forma dramática, como sucedió en Sarajevo en 1994, por eso siempre hay que responder para evitar que se produzcan actos similares en el futuro”, ha insistido Zelenski. El presidente ucranio se ha mostrado “muy agradecido por el apoyo” de la comunidad internacional, pero tampoco ha ahorrado reproches: “Si [la contundente respuesta internacional actual] hubiera pasado en 2014, Rusia no habría iniciado estas acciones ni se hubiesen perdido tantas vidas”. “Hemos pagado un precio muy caro por no actuar de forma preventiva contra Rusia”, recalcó.
Con todo, el mensaje a los líderes de Davos ha tenido un importante perfil económico con el objetivo de animar a las empresas a invertir en la reconstrucción del país. “Todas las empresas occidentales deben marcharse de Rusia definitivamente y yo les ofrezco que vengan a Ucrania, que desarrollen su actividad desde aquí. Ofrecemos fijar un precedente para reconstruir un país, un modelo único para poder patrocinar una ciudad, una comarca, un área”, ha insistido. El mandatario ha animado a las empresas a participar en la conferencia de Lugano que tendrá lugar en julio y en la que se abordarán las distintas fórmulas para cooperar en la reconstrucción del país. “Necesitamos 5.000 millones de dólares al mes para funcionar, financiar la guerra y crear un fondo para reconstrucción del país”, ha estimado Zelenski, que ha insistido en la necesidad de mantener la economía y el país funcionando, ante lo que cada día parece más evidente que va a ser un conflicto de larga duración.
Ahora que Rusia ha bloqueado el acceso de Ucrania a los puertos del mar Negro y del mar de Azov, el presidente ucranio ha asegurado que la prioridad de su Gobierno es intentar mantener las exportaciones de cereales del considerado el granero de Europa, y en buena medida del mundo, a través de los puertos Bálticos o por ferrocarril, “pero no hay una única solución”. Los silos ucranios acumulan, ha dicho Zelenski, más de 10 millones de toneladas de maíz y trigo, principalmente, que permanecen almacenados en Ucrania ante la posibilidad de utilizar sus vías de exportación tradicionales. Pero ha advertido de los robos a los que están siendo sometidos por las tropas rusas, lo que ha obligado a su Gobierno a racionar las exportaciones.
Zelenski ha terminado su intervención con un llamamiento a que Occidente no cese en su pulso a Rusia. “Lo que más teme la Federación rusa es que se mantenga la unidad de Occidente. No cesen en esa unidad y en esa oposición porque nos da mucha energía”.
De: Alicia Gonzalez