Los ataques rusos a un laboratorio de física atómica diseñado por Estados Unidos en Ucrania fueron peores de lo esperado, según monitores internacionales que esta semana obtuvieron acceso a las instalaciones.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo en un comunicado que los daños en el Instituto de Física y Tecnología de Járkov fueron “dramáticos e impactantes”, aunque no se liberó radiación. La instalación, que alberga un generador de neutrones utilizado para la investigación, fue construida en colaboración con el Laboratorio Nacional Argonne de EE.UU., en las afueras de Chicago.
“La mera escala y la intensidad de los objetivos sostenidos” violan “los siete pilares indispensables de seguridad y protección nuclear”, dijo el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, y agregó que muchas de las instalaciones del laboratorio probablemente estén dañadas sin posibilidad de reparación.
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“Los expertos revisaron toda el área del sitio con un monitor de radiación y no identificaron ninguna fuente de radiación, con mediciones en o alrededor de los niveles de fondo”, según el comunicado.
El laboratorio destruido fue atacado por primera vez por Rusia en marzo. Se utilizaba para la investigación, así como para proporcionar isótopos médicos a los trabajadores de la salud, según funcionarios ucranianos. La relación del instituto de Járkov con lEE.UU. se expandió bajo la Administración de Obama, que proporcionó el acelerador después de ayudar a retirar 16 kilogramos de uranio altamente enriquecido del lugar.
Las fuerzas rusas han atacado sistemáticamente las instalaciones nucleares de Ucrania desde las primeras semanas de la guerra. Sus fuerzas siguen ocupando la central nuclear de Zaporizhia, la más grande de Europa, cuyos seis reactores están diseñados para proporcionar a Ucrania alrededor de una quinta parte de su energía.
De: Perfil