Se sabe que nada puede escapar al durísimo protocolo que signa cada acto del Partido Comunista Chino, por lo que fue noticia a escala mundial este sábado la escandalosa salida a la que fue obligado el expresidente Hu Jintao, al que el personal de seguridad sacó casi a empujones de la cabecera la ceremonia de clausura del Congreso del PC, mientras a su lado el reelecto presidente Xi Jinping se veía marcadamente incómodo por la situación, pero nada hizo por evirtala.
No hubo por supuesto explicación oficial del asunto, y la agencia oficial Xinhua se limitó a señalar que el exmandatario, de 79 años, "no se sentía bien, pero ya se repuso".
El personal de seguridad se acercó a Hu, de aspecto débil, y "lo invitó a retirarse" del Gran Salón del Pueblo de Pekín, donde estaba sentado en primera fila junto a su sucesor y actual presidente chino, Xi Jinping. Allí se vio claramente como Hu se resiste a dejar su lugar en la mesa, intenta incluso forcejear por los auxiliares, uno de ellos llega hasta a tomarlo bajo de las axilas para sacarlo de su silla, mientras Xi a su lado luce incomódo y esperando que ese incidente concluya. Cuando los guardias consiguen al fin que Hu se levante, este trata de decirle algo a Xi, que solo asiente con la cabeza sin más gestos, cerrando esa postal inédita para un congreso del poder en China.
Hu Jintao lideró al país entre 2003 y 2013. En determinado momento, en la cabecera del Congreso, parece querer tomar unos documentos que tiene Xi, pero este los sostiene con firmeza.
Al levantarse, obligado por los auxiliares, Hu Jintao mantiene un breve intercambio con Xi Jinping, quien le responde sin mirarle, y con el primer ministro Li Keqiang. Los otros asistentes no parecen inmutarse.
Los medios estatales no difundieron la escena, que fue grabada por periodistas de la AFP. La explicación oficial de lo ocurrido con Hu, que tiene reputación de reformista, llegó unas horas después. "Hu Jintao insistió en participar en la ceremonia de clausura (...), pese a que había necesitado recuperarse recientemente", indicó la agencia Xinhua en Twitter.
"Como no se sintió bien durante la sesión, su equipo, por su salud, lo acompañó a una sala contigua para descansar. Ahora se halla mucho mejor", agregó el reporte. La escena se produjo poco después de que entrara la prensa en el recinto y justo antes de la votación unánime de unos 2.300 delegados del Partido Comunista Chino para incluir el "rol central" de Xi en los estatutos del partido.
Hu apareció el domingo pasado para la ceremonia de apertura del congreso con un aspecto muy envejecido y el pelo completamente canoso.
Una humillación pública
"Todavía no está claro qué lo motivó la expulsión de Hu, pero sea por lo que fuere que Xi dispuso que lo sacaran, fue un momento desagradable para una persona mayor", comentó Neil Thomas, analista de Eurasia Group. "A falta de más información, es difícil sacar conclusiones sobre la relación entre este incidente y la política china", añadió.
"Tanto si fue deliberado, como si estaba sufriendo, el efecto es el mismo. Una total humillación para la última generación de líderes antes de Xi", tuiteó por su parte Alex White, un analista británico que ha vivido en China.
El sábado por la tarde, el nombre de "Hu Jintao" parecía censurado en la red social Weibo. Solo había informaciones de la víspera difundida por cuentas oficiales.
Xi Jinping, de 69 años, será confirmado este fin de semana como secretario general del partido, antesala de su reelección en 2023 como presidente del país, en un inédito tercer mandato. Desde su llegada al poder a finales de 2012, Xi ha ido acumulando poder en la segunda potencia mundial y ha fortalecido la autoridad del régimen.