A la fiebre, tos seca y cansancio se han añadido otras señales no siempre tan comunes
¿Cómo sé si tengo coronavirus? Los nuevos síntomas que se han descubierto y no debes pasar por alto
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad conocida como COVID-19, es una caja de sorpresas y a medida que que la pandemia avanza vamos descubriendo nuevos síntomas. Así, durante el pasado mes de abril a la ya conocida tos, fiebre, congestión nasal, dolor de garganta o gastroenteritis, se han añadido otros como la conjuntivitis o las erupciones cutáneas. Por eso, es momento de actualizar todas las señales que nos pueden indicar que estamos infectados.
Hay que comenzar recordando que, tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
El coronavirus que se descubrió en diciembre, desconocido antes de que estallara el brote en Wuhan (China), causa la enfermedad infecciosa COVID-19. Esta se transmite por contacto directo con las gotas respiratorias que se emiten con la tos o el estornudo de una persona enferma. Su contagiosidad depende de la cantidad del virus en las vías respiratorias. Estas gotas infectan a otra persona a través de la nariz, los ojos o la boca directamente. También pueden infectar al tocar la nariz, ojos o boca con las manos que han tocado superficies contaminadas por estas gotas. Parece poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de dos metros.
Coronavirus.
La mayoría de las personas adquieren COVID-19 de otras personas con síntomas. Sin embargo, cada vez hay más evidencia del papel que tienen en la transmisión del virus las personas antes del desarrollo de síntomas o con síntomas leves. Y cuando una persona se infecta con el virus, tardan en aparecer en término medio de 5 a 6 días, pero pueden tardar hasta 14 días. ¿Y cuáles son estos síntomas?
Los síntomas más comunes del COVID‑19, que también puede cursar de forma asintomática, son fiebre, tos seca y cansancio. Además, algunas personas también pueden experimentar dificultad para respirar (disnea), escalofríos, dolor muscular, congestión nasal, abundante secreción nasal, dolor de garganta, dolor de cabeza, gastroenteritis y vómitos.
Al margen de estos síntomas ya conocidos desde el comienzo de la propagación del virus, en las últimas semanas se han añadido otros, que no se dan todos los casos pero que hay que tener en cuenta, ya que pueden ser una señal de que estamos infectados:
El doctor Hendrik Streeck, director del Instituto de Virología de la Universidad de Bonn, ya alertó al comienzo de la pandemia de que las dos terceras partes de los afectados por el COVID-19 presenta pérdida de gusto y olfato, lo que se conoce como anosmia. Desde entonces, muchos infectados han confirmado este problema y el Ministerio de Sanidad ya lo incluye entre los síntomas que pueden presentar los contagiados por coronavirus.
Los epidemiólogos, mantienen que éste es un síntoma bastante común en cualquier enfermedad que afecte a las vías respiratorias, por lo que no es extraño que también se dé en el COVID-19, ya que el virus penetra en el organismo humano a través de células del sistema respiratorio.
Recientemente se ha conocido que investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han concluido que el deterioro olfativo sugiere que la enfermedad COVID-19 resultante tiene más probabilidades de ser de leve a moderada, lo que podría suponer un potencial indicador temprano que podría ayudar a los médicos a determinar qué pacientes pueden requerir hospitalización.
"En investigaciones anteriores, encontramos que la pérdida de la función olfativa es un síntoma temprano común de COVID-19, después de la fiebre y la fatiga. Lo que es notable en los nuevos hallazgos es que parece que la pérdida del olfato puede ser un predictor de que una infección por SARS-CoV-2 no será tan severa, y es menos probable que requiera hospitalización. Si una persona infectada pierde ese sentido, parece más probable que experimente síntomas más leves, salvo que existan otros factores de riesgo subyacentes", explica Carol Yan, autora principal del trabajo, que se ha publicado en la revista International Forum of Allergy & Rhinology.
Los pacientes que fueron hospitalizados para el tratamiento con coronavirus tuvieron una probabilidad significativamente menor de reportar anosmia o pérdida del olfato (26,9% comparado con el 66,7% de las personas infectadas tratadas como pacientes externos). Se encontraron porcentajes similares para la pérdida del gusto, conocida como disgeusia. En otras palabras, si el virus del SARS-CoV-2 se concentra inicialmente en la nariz y las vías respiratorias superiores, donde impacta en la función olfativa, eso puede dar lugar a una infección menos grave y de aparición repentina, lo que disminuye el riesgo de abrumar la respuesta inmunológica del huésped, la insuficiencia respiratoria y la hospitalización.
artritis reactiva conjuntivitis
El nuevo coronavirus también puede debutar como una conjuntivitis, como así ha ocurrido al 20% de las personas infectadas por el virus. En concreto, los pacientes afectados pueden presentar, bien al principio o a lo largo de su evolución, una conjuntivitis viral en la cual el virus es transmisible a través de las lágrimas. Asimismo, a través de la conjuntiva, el virus puede llegar a la circulación general del paciente, puesto que la conjuntiva es una gran esponja que absorbe los gérmenes, y en este caso, el virus la penetra con facilidad infectando a la persona.
Del mismo modo, los pacientes asintomáticos de COVID-19 o los pacientes en período de incubación, pueden transmitir la enfermedad a través de las lágrimas. Por tanto, un contacto próximo, como el que ocurre cuando le asiste al paciente un familiar o durante los procedimientos oftalmológicos, tiene riesgo para el oftalmólogo, ya que el paciente puede transmitirle la enfermedad.
Según explica el catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, Jorge L. Alió, al igual que otras conjuntivitis virales, la conjuntivitis por coronavirus no tiene un tratamiento específico, por lo que las medidas higiénicas del tipo de aplicaciones de gasas o compresas muy frías, antiinflamatorios leves aplicados tópicamente, suelen ser suficientes para calmar las molestias hasta que desaparezca la conjuntivitis, que suele durar de 7 a 10 días como máximo.
"Lo más importante de la conjuntivitis por coronavirus es que es capaz de infectar a las personas en la proximidad del paciente por el contacto con la lágrima, bien directamente o a través de las manos del propio paciente o por pañuelos con los que se toquen los ojos. Por ello, el manejo preventivo de estos pacientes es el mismo que el de la enfermedad general respiratoria y exige el aislamiento de los pacientes", señala el experto.
covid en la piel
Otra fuente de preocupación para los sanitarios, investigadores y pacientes de COVID-19 son los problemas cutáneos asociados en un buen número de personas infectadas con coronavirus, y que están siendo investigados en la actualidad. Dermatólogos y epidemiólogos ya han detectado la aparición de cinco grandes grupos de problemas en la piel: se trata de erupciones similares a sabañones en zonas acrales (19%), erupciones vesiculosas (9%), lesiones urticariformes (19%), erupciones máculo-pápulosas (47%) y livedo-reticularis o necrosis (6%), según el estudio Covid-Piel, puesto en marcha hace tres semanas por un grupo de dermatólogos españoles, y en el que, por ahora, se han analizado 375 casos.
Las conclusiones de este trabajo, publicadas en la revista British Journal of Dermatology, han recibido el apoyo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (@aedv_es), y clasifican las manifestaciones cutáneas en cinco patrones asociados a un pronóstico específico de la infección por COVID.
- Erupciones acrales. Son similares a sabañones (manos y pies) y aparecían como áreas de eritema o violáceas, vesículas y pústulas. Este tipo de lesiones se detectó en el 19% de los casos, en pacientes más jóvenes, en las etapas tardías del proceso COVID-19, con una duración de 12,7 días y estaban asociados a un pronóstico menos grave.
- Erupciones vesiculosas. Se han detectado en el 9% por ciento de casos, principalmente en el tronco. Consistían en pequeñas vesículas monomórficas (lesiones muy similares entre ellas) a diferencia de las que aparecen en la varicela que son polimórficas. En ocasiones asentaban en las extremidades y podían tener contenido hemorrágico, agrandarse o diseminarse. El estudio ha mostrado que este tipo de manifestación se asocia a una gravedad intermedia y es más frecuente en pacientes de edad media. De hecho, suelen durar unos diez días y aparecer junto con los síntomas generales, en ocasiones antes que ellos.
- Lesiones urticariformes. el tercer tipo de patrón, se han registrado en el 19 por ciento de los casos, se han visto principalmente en el tronco o dispersas por el cuerpo, en algún caso en las palmas de las manos. Su duración media es de 6,8 días, suelen producir intenso picor y se han observado en pacientes más graves y con más frecuencia han aparecido al mismo tiempo que otros síntomas vinculados a la Covid-19.
- Máculo-pápulas. Se trata de las más frecuentes y fueron detectadas en el 47% de los casos. En ocasiones muestran patrones específicos, cómo la distribución peri-folicular, o similar a pitiriasis rosada o eritema multiforme. Duran 8 o 9 días de media y también se han visto en pacientes más graves.
-Lesiones que orientan a obstrucción vascular. Se han encontrado en el 6% de los casos, son marcas en la piel que recuerdan a una red (antes eran típicas por el uso de braseros) y han aparecido en los pacientes de más edad y más graves (en este grupo se registró un 10% de mortalidad). Los pacientes mostraron grados diferentes de afectación, incluyendo áreas de isquemia acral o en el tronco.
"Lo que hemos visto, además de categorizar las manifestaciones cutáneas en cinco grupos, es un gradiente de enfermedad, de menos grave en los casos donde había pseudo-sabañones a más graves en pacientes con lesiones livedo-reticularis, que presentaban más casos de neumonía, ingresos hospitalarios y necesidad de atención en cuidados intensivos", explica el director de la Unidad de Investigación de la AEDV, Ignacio García-Doval.
Hay que tener en cuenta, señala el estudio, que no se puede descartar que existan otras causas detrás de algunas de estas manifestaciones cutáneas, sobre todo en el caso de las lesiones urticariformes o en las máculo-pápulas, que pudieran tener otras causas, como las reacciones a alguno de los muchos fármacos que han recibido.
¿Shock pediátrico?
Sindrome Kawasaki: el extraño shock en niños
Las autoridades sanitarias de varios países europeos trabajan sin descanso en averiguar si los niños con coronavirus pueden desarrollar la enfermedad de Kawasaki, una inflamación arterial que afecta a los vasos sanguíneos y que conduce a una baja presión y a una acumulación de líquido en los pulmones y órganos.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) aclara "por el momento no se ha establecido" si los casos de 'shock' pediátrico en niños que se están observando en algunos países "son una coincidencia en el tiempo con la pandemia del COVID-19 o tiene algún tipo de relación causal".
"Llamar a la calma a las familias. El cuadro clínico del que se informa en esta comunicación profesional, es muy infrecuente, y se han descrito muy pocos casos en España. Gracias al modelo pediátrico español, por el que los pediatras de atención primaria son el primer contacto de los niños con la sanidad -muy bien formados y ya alertados de estos posibles cuadros-, ello nos permitiría actuar ante los primeros síntomas. Tal y como se ha puesto de manifiesto en la práctica clínica, seguimos insistiendo en que la gran mayoría de las ocasiones la COVID-19 cursa de forma leve en los niños", señala la AEP en un comunicado.
"Los casos de shock en niños que están coincidiendo temporalmente con la epidemia de COVID19 son muy infrecuentes; el cuadro clínico se caracteriza por fiebre, vómitos, inicialmente o puede debutar solo con dolor abdominal, exantema en la piel, los ojos enrojecidos y mal estado general. No sabemos aún la causa, pero puede estar desencadenado por infecciones bacterianas y tiene un tratamiento bien establecidoindependientemente del tipo de agente infeccioso que la cause", añade.
Es importante recordar que la mayoría de casos de COVID-19 en niños cursan de forma leve. No obstante, los padres, o personas cuidadoras, deben estar atentos ante cualquier síntoma de COVID-19 o de cualquier otra patología, y en caso de duda consultar con su centro de atención primaria, en los teléfonos de emergencia, o acudir a las urgencias pediátricas si es preciso.
Qué hacer si tengo síntomas
Hay que recordar que la mayoría de los casos de COVID-19 son leves. En casos más graves, la infección puede causar neumonía, dificultad importante para respirar, fallo renal e incluso la muerte. Los casos más graves generalmente ocurren en personas de edad avanzada o que padecen alguna enfermedad crónica, como enfermedades del corazón, del pulmón o inmunodeficiencias.
Saber cómo actuar nos puede ayudar a controlar mejor las situaciones que puedan surgir y a prestar ayuda a las personas de nuestro entorno. En caso de tener síntomas, sigue estos pasos:
1. Auto-aislarse
En una habitación de uso individual con ventana, manteniendo la puerta cerrada, y, si es posible, baño individual. Si no es posible: mantén la distancia de seguridad de 2 metros con el resto de convivientes y extrema la higiene.
2. Mantente comunicado
Ten disponible un teléfono para informar de las necesidades que vayan surgiendo y puedas mantener la comunicación con tus seres queridos.
3- ¿Sensación de gravedad?
Si tienes sensación de falta de aire o sensación de gravedad por cualquier otro síntoma llama al 112.
4. Teléfono de tu comunidad autónoma
Si no, llama al teléfono habilitado en la comunidad autónoma, que puedes consultar aquí, o contacta por teléfono con el centro de salud.
5. Autocuidados
Usa paracetamol para controlar la fiebre; ponte paños húmedos en la frente o date una ducha templada para ayudar a controlar la fiebre; bebe líquidos; descansa, pero moviéndote por la habitación de vez en cuando.
6. Aislamiento domiciliario
Ahora que ya has hecho lo más inmediato, estudia y aplica las recomendaciones para el aislamiento domiciliario e informa a tus convivientes de que tienen que hacer cuarentena.
7. Lavado de manos
Asegúrate de que en casa todos conocen cómo hacer un correcto lavado de manos.
8. Si empeoras...
Si empeoras y tienes dificultad respiratoria o no se controla la fiebre, llama al 911
9. 14 días
Se recomienda mantener el aislamiento 14 días desde el inicio de los síntomas, siempre que el cuadro clínico se haya resuelto.
10. Alta
El seguimiento y el alta será supervisado por su médico de Atención Primaria o según indicaciones de cada comunidad autónoma.