Desde el miércoles pasado Agustina Fabiana Casasola salió de su casa en Aguaray y hasta el momento su familia no la volvió a ver. En el medio, trascendió un audio y un video donde la joven de 17 años señala que se fue por su propia voluntad y que su padre sabe a dónde se encuentra. La familia desmiente ese mensaje y sospecha que está siendo obligada a exponerse de esa manera. Desde el Ministerio Público fiscal informaron que la adolescente es buscada por fuerzas provinciales y federales.
A cargo de la investigación se encuentra el fiscal penal Armando Cazón, el letrado intervino en la causa desde que la madre de la menor radicó la denuncia el mismo miércoles de la desaparición. Se activó el protocolo de búsqueda, con comunicación a fuerzas provinciales y federales. Se incluyó a la Policía de la Provincia, a través de personal de la Brigada de Investigaciones 4, de Tartagal y la Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional Argentina, Dirección General de Aduanas y Dirección General de Migraciones. También se implementaron controles en rutas nacionales, con fotografías e información brindada por familiares de la menor, a fin de ubicar su paradero.
En el plano internacional, la Fiscalía trabaja con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FLCC), de Yacuiba, Bolivia. Además, investigan los antecedentes del mayor con el que se encontraría la menor, con información aportada por el Ministerio de Seguridad de la Nación y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
“Ninguna se va por voluntad propia”
La viralización del audio y video que medios del norte provincial realizaron, la menor sostiene que se fue por su voluntad, que nadie la obligó y, además, culpa a su madre de maltratarla y que su padre sabe a dónde se encuentra. Desde el núcleo familiar más íntimo aseguran que nada de eso es verdad, “mi padre nunca habló ni se reunió con ella”, y tienen la esperanza de volver a encontrarse con Agustina.
Isabel Soria, titular de la Fundación Volviendo a Casa, organización que la familia de la menor confió desde un primer momento, sostiene que “ninguna menor se va por su voluntad” y, al igual que los padres de la joven, sospechan que se trata de un típico caso de cooptación. La hipótesis que manejan es que la menor fue obligada a irse de su casa en Aguaray y se encuentra amenazada por el sujeto mayor de edad.
El Cuerpo de investigaciones Fiscales (CIF) se encuentra abocado a la realización de distintas pericias e interviene en asistencia profesional a la familia. La última vez que fue vista Agustina vestía un jean azul, una remera blanca y una campera roja.