Con 67 años, Rosa Torino deberá cumplir doce años tras las rejas, pues en su fallo los jueces ordenaron la inmediata detención del cura, quien apenas concluyó la lectura del veredicto fue retirado de la sala de audiencia por los policías de la Guardia de Tribunales.
Encabezados por el juez Maximiliano Troyano y secundado por los vocales Roberto Lezcano y Norma Vera, el tribunal encontró a Rubén Agustín Rosa Torino culpable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser ministro de culto reconocido en perjuicio del ex novicio Y. Y. y de la ex monja V. Z., y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto reconocido en perjuicio del ex novicio A. J. A., todo ello en concurso real.
Además de la detención, se dispuso el traslado del sacerdote a la Unidad Carcelaria N° 1, donde se procederá a la toma de fotografías del condenado y la realización de un examen genético para su posterior inscripción en el banco de datos y registros correspondientes.
Asimismo, los jueces también recomendaron al director del Servicio Penitenciario que se le brinde al imputado tratamiento psicológico por la naturaleza de los hechos de abuso sexuales, por los cuales resultó condenado.
Previo a disponer la condena, en la lectura del fallo, los jueces decidieron no hacer lugar a los planteos expuestos por la defensa de Rosa Torino al momento de los alegatos. En ese marco, se rechazó un pedido de prescripción penal respecto de los hechos denunciados por la ex monja V. Z.
También se denegó el planteo de inconstitucionalidad del agravante formulado por la fiscalía en relación a la condición de ministro de culto religioso del acusado, carácter que agravó no solo la acusación sino también la pena impuesta al sacerdote.
Jurisprudencia
Sin dudas, la sentencia sentó jurisprudencia en la justicia local y causó gran conmoción, pues no todos los días, y menos en Salta, se sienta en el banquillo de los acusados a un sacerdote católico, y mucho menos de la talla de Rosa Torino, quien en su larga carrera sacerdotal obtuvo un gran prestigio y poder dentro de la iglesia católica en Salta.
En caso de que la sentencia quede firme, la condena impuesta ayer a Rosa Torino se verá cumplida en 2033, aunque podría obtener la libertad condicional cumplido los dos tercios de la pena, o bien, reclamar en tres años, dada su edad, la posibilidad de cumplir el resto de la condena mediante la modalidad de prisión domiciliaria.
En su fallo, cabe señalar, los jueces condenaron a Rosa Torino a una pena menor en 10 años a la requerida por la fiscal Verónica Simesen de Bielke, la que había solicitado para el sacerdote una pena de 22 años de prisión efectiva.
La defensa de Rosa Torino, a cargo de Humberto Oliver y Fabio Núñez, en tanto, habían solicitado para el sacerdote acusado la absolución lisa y llana y, subsidiariamente, la absolución por el principio de la duda, argumentos que no fueron tenidos en cuenta por los jueces.
En un plazo de cinco días, como es costumbre, el tribunal dará a conocer los fundamentos del fallo, tras lo cual las partes manifestarán si apelarán o no la sentencia, ya sea en busca de los 22 años de prisión o bien de la absolución.
“Quieren que esté preso, estaré”, había señalado antes de la lectura
Finalmente se cumplió la predicción del sacerdote, quien, al declarar ante los jueces, hizo un descargo sobre la situación procesal y lo que consideró una persecución hacia su persona. Se mostró desafiante, descartó las acusaciones en su contra y hasta bendijo a los jueces.
Su ritual, sin embargo, no fue respondido de la manera que esperaba, pues recibió una dura condena, la que fue festejada en la parte exterior de la ciudad judicial por organizaciones sociales, las que desde temprano se instalaron para pedir la condena del sacerdote.
Frente a las acusaciones de abuso sexual, expuesta claramente por la fiscalía respecto a los hechos cometidos en perjuicio de una ex monja y dos ex novicios, Rosa Torino solo atinó a ocupar el rol de mártir, pues aseguró que los ataques no fueron hacia él sino contra la Iglesia Católica.
No obstante, afirmó que acatará la decisión del Tribunal. Si “quieren que esté preso, estaré”, predijo en tono desafiante, para luego declararse inocente y bendecir a los jueces, quienes se mostraron atónitos por la reacción del cura.
En su relato, Rosa Torino dijo que al fundar el Instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista empezó a recibir a jóvenes con la intención de ayudarles a que estudiaran. Explicó que tenían muchos benefactores y que, en su comunidad, hacían funcionar un comedor para compartir la comida con personas en situación de calle. “Esta situación no me molesta, me duele”, sostuvo.
“Los diarios, los periodistas, han hecho de mí lo que han querido”, agregó el sacerdote, quien reforzó el rol de víctima que intentó mostrar en todo momento durante el debate. “Me acusan de hechos en que no he participado”, afirmó.