Entre hoy y mañana, los jueces de la Sala III del Tribunal de Juicio, presididos por Carolina Sanguedolce y los vocales María Gabriela González y Pablo Farah, tienen previsto escuchar a Gonzalo Farfán, el único acusado que hasta el momento se mantuvo en silencio respecto a las acusaciones en su contra.

Se especula que el mismo podría declarar hoy, tras lo cual el tribunal daría paso a la incorporación de la prueba traída a debate. En su mayoría, se trata de documentación técnica, informes, los audios presentados por la fiscalía y otros elementos probatorios.

El juicio se lleva adelante por los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado, agravado por el daño en la salud de la víctima, en concurso ideal con corrupción de menores.

Está programado que el jueves, ya con toda la prueba incorporada, los jueces den paso a los alegatos, oportunidad en que la fiscalía, la querella y las defensas de los acusados tendrán el tiempo para realizar la valoración de las distintas declaraciones testimoniales y, a partir de ello, hacer los pedidos legales a los jueces, ya sea por la condena o absolución.

Más allá de lo que Farfán pueda declarar, las expectativas del juicio están centradas en los alegatos. Dada las fuertes declaraciones brindadas por las dos víctimas y los contundentes informes y testimonios de los psicólogos que se refirieron, tanto a las víctimas como a los acusados, se da por descartado que la fiscalía ratificará la acusación penal contra los tres jóvenes.

Es que las pruebas ventiladas a lo largo del debate prácticamente no le dejaron margen a la defensa de Teruel para generar dudas en los jueces, pues la primera víctima, menor al momento de los hechos, no tuvo reparos y de manera audaz confirmó los abusos sufridos desde los 10 años a manos de Lautaro Teruel.

La segunda víctima, en tanto, expuso sus padecimientos con un crudo relato que también dejó en una difícil situación no solo a Teruel sino también a Silvio Exequiel Rodríguez y Gonzalo Farfán, éste último, según se especula, tratará hoy de revertir su imagen al declarar ante los jueces.

Como lo hizo Rodríguez y Teruel, se cree que Farfán reconocerá el relato de los hechos, pero negará el abuso sexual denunciado para insistir, como lo hicieron sus amigos, en que todo se trató de una relación sexual consentida, estrategia con la que esperan ponerse a salvo de la acusación de la fiscalía.

Por su parte, la defensa de Teruel tendrá una tarea más esforzada, pues deberá rebatir los abusos sexuales reconocidos por su cliente en perjuicio de la primera víctima, para lo cual no se descarta que el defensor insista en que el caso debe ser remitido al Juzgado de Menores, pues fueron cometidos cuando su cliente era menor de edad.