Además de la atención de emergencias y urgencias habituales, en el año 2020 se anexó un sector destinado a pacientes con síntomas compatibles con COVID-19.

El Hospital Público Materno Infantil cuenta con una Emergencia Pediátrica que funciona las 24 horas y, desde el año 2020, sumó un anexo una Emergencia Pediátrica COVID-19, que atendió a casi 6000 pacientes con síntomas compatibles con la patología.

La Emergencia Pediátrica del Materno Infantil es referente en la provincia y la región. En el año 2020, atendió 56.974 consultas, lo que representa un promedio superior a los 150 pacientes diarios.

En esta área se brinda atención en clínica, cirugías, urgencias odontológicas y traumatológicas. Las principales causas de consulta están relacionadas con patologías respiratorias, cuadros de vómito y diarrea, lesiones por caídas y accidentes de tránsito y domésticos.

Se cuenta con sectores de triage o cribado, consultorios de urgencias, cirugía, neonatología, traumatología y enfermería. Hay también una sala de procedimientos para pacientes quemados, una sala de shock, una sala de pacientes observados con 14 camas y una de internación abreviada (SIA) para atención de patologías estacionales.

Allí se desempeña un equipo profesional compuesto por médicos, enfermeros, admisionistas, con el apoyo de los servicios de laboratorio y diagnóstico por imágenes, auxiliares de transporte y personal de limpieza.

La Emergencia Pediátrica COVID-19 está destinada a pacientes con sospecha o diagnóstico confirmado. Cuenta con un consultorio, internación, sala de observación, triage y enfermería.

Cabe decir que las situaciones de baja complejidad, es decir que no constituyen una emergencia o urgencia, se pueden resolver en las guardias pediátricas de los centros de primer nivel de atención o en los nodos cabecera.

Ejemplos de emergencias médicas son la asfixia, traumatismos y hemorragias severas, pérdida no recuperada del conocimiento, accidentes de tránsito, electrocución, crisis convulsivas.

Ejemplos de urgencias médicas son las crisis nerviosas, crisis asmáticas (por la frecuencia), cólicos renales o intestinales, fiebre alta.