Ex legislador del PRO, Susana Giménez y marihuana. Por más incompatibles que parezcan estos tres elementos, en los últimos días se combinaron para convertirse en uno de los títulos más leídos: Facundo Garretón, quien fue diputado nacional por Tucumán durante el macrismo, acaba de comprarle a la conductora -a través de una empresa- la lujosa mansión “La Tertulia”, en Punta del Este, con el objetivo de expandir sus inversiones en el mercado cannábico. La noticia obligó a poner la atención sobre este hombre de 49 años que quiere convertirse en el nuevo empresario del “oro verde” con una apuesta millonaria.
La primera vez que su nombre fue mencionado en público fue en agosto del 2014, cuando Mauricio Macri lo presentó en sus redes como la nueva gran incorporación del PRO. “Facundo es un creador de empresas que ahora quiere aportar su experiencia y sus ideas para mejorar la vida de la gente en la provincia donde creció y nació”, escribió el ex presidente. Acto seguido, enumeró sus logros con la mística del típico “emprendedor de garaje”: “Cuando tenía 18 años vendió su moto para fundar, con un amigo, el primer proveedor de Internet del Noroeste argentino”, dijo.
Seis años después de haber sido anunciado como la gran promesa de la nueva política, Garretón cambió de rumbo. Abandonó los trajes, se dejó la barba al mejor estilo hippie chic y decidió dedicarse de lleno a la producción de cannabis en Uruguay, donde se instaló a finales del 2019. Su paso por la política fue tan fugaz como polémico. En la actualidad, sostiene que “hay muchas fallas en el sistema democrático”, “que las personas no se sienten representadas por sus representantes” y que “el sistema está quedando obsoleto”.
Sin embargo, entre quienes compartieron actividad con Garretón están los que insisten en que su carrera política se frustró por otras razones: “La mesa nacional del PRO pidió que se lo pusiera a Facundo como primer candidato a diputado nacional. Antes de eso, solo se lo conocía por InvertirOnline. Entró directamente como candidato y no tuvo ni la dedicación ni el conocimiento que requiere la política”, cuenta un hombre que trabajó a su lado entre 2015 y 2019.
Por la razón que fuera, lo cierto es que hoy Garretón intenta hacer diferencia con su megaproyecto de cultivo, investigación y desarrollo de cannabis medicinal con un “hub” (“centro”, en inglés) con características inéditas en la región. “La Tertulia", la ex chacra de Susana de 110 hectáreas, pasará a convertirse en un espacio para capacitar a granjeros, producir cultivos especiales, acopiar, secar y envasar cannabis. “Las perspectivas potenciales del negocio están vinculadas a un Centro de Bienestar como también a la posibilidad de que se regule el ‘turismo cannábico’, donde extranjeros puedan conocer el funcionamiento de la industria y experimentar los beneficios de las plantas al igual que lo hacen los uruguayos con las regulaciones actuales”, explica Garretón.
Según Euromonitor International, una empresa de investigación de mercado con sede en Londres, “el cannabis ya es una industria global de casi US$ 170 mil millones, pero el mercado legal actual es de aproximadamente US$ 30 mil millones. A medida que avance la regulación, se espera que el mercado legal capture el 40% de las ventas mundiales de cannabis en 2025 y las empresas podrán aprovechar una gran base de usuarios existente, así como alimentar la curiosidad de los nuevos consumidores adultos”. Los defensores de Garretón hacen referencia a estas predicciones para sostener que la mayor virtud del ex diputado es su olfato para vislumbrar dónde está el negocio.
En su provincia sostienen que las habilidades económicas de Garretón fueron heredadas de su padre, Luis Ernesto Garretón, quien es reconocido, sobre todo, por haber presidido la Bolsa de Comercio de Tucumán. Además, fue uno de los primeros en incursionar en la televisión por cable décadas atrás con inversiones en la distribuidora ATS, que después fue comprada por los empresarios de medios Daniel Vila y José Luis Manzano.
“A Luis no le conoce nadie la cara acá, pero lo nombrás entre la gente de plata y todos saben quién es”, cuenta un dirigente tucumano que define a Garretón padre como “un águila” para hacer negocios. El empresario logró crecer e instalar compañías más allá de la Argentina en lugares como Uruguay, Estados Unidos, Chile o Panamá. Cuando su hijo se convirtió en diputado nacional y explotó el escándalo de los “Panamá Papers”, su empresa “Hartford Consultant Corp.” quedó falsamente en la mira ya que no se trataba de una cuenta offshore y estaba declarada como correspondía. “Fue una operación contra Facundo”, insisten en el entorno familiar.
Facundo estudió Análisis de Sistemas en la Universidad Católica de Tucumán y luego realizó un posgrados en Business Administration y una especialización en Finanzas en UC Berkeley (California, Estados Unidos). Mientras era estudiante, comenzó con sus primeros pasos en el mundo empresarial. “No es que vendió una moto para armar una empresita. Tenía un colchón diferente al del resto”, ironiza un político de su generación que lo conoce desde hace años para minimizar la épica emprendedora con la que Macri hablaba del joven dirigente.
Además de la compañía para prestar servicios de internet, fundó SocialLab, una organización que ayuda a la gente a través de la innovación y la tecnología, e InvertirOnline, un sitio web que ofrecía servicios como información financiera en tiempo real. Esta última firma fue comprada por el Grupo Superville en el 2018 (cuando él ya ocupaba una banca) por US$ 60 millones. La adquisición fue una noticia en el mundo financiero local y le dio visibilidad al entonces dirigente.
Garretón: diputado fugaz
Su paso por la Cámara de Diputados de la Nación pasó casi desapercibido aunque tuvo dos picos de visibilidad en 2018: con la mencionada venta de InvertirOnline y con su rol durante el debate por la legalización del aborto. En la madrugada del 14 de junio, su apellido comenzó a circular entre la lista de legisladores “indecisos”, su número de teléfono se filtró en grupos de WhatsApp “provida” y él mismo denunció en público haber recibido amenazas. La forma que encontró Garretón para resolver el dilema fue lanzar una encuesta online para saber qué querían sus seguidores.
La consulta alcanzó a casi 15.000 personas y aunque hubo un empate a nivel nacional, en su provincia ganó el “No”. “Teniendo en cuenta mis grandes dudas y que la gran mayoría de los tucumanos está en contra de la despenalización, decidí emitir mi voto en contra", declaró desde su banca cerca de las 4 de la madrugada.
La anécdota se cuenta con cierta sorna entre los tucumanos que llevan haciendo política desde hace décadas, incluso entre dirigentes que compartieron espacio con Garretón. “Ese es el ejemplo que te lo pinta de cuerpo entero”, agrega una fuente.
Garretón, que cuestiona al sistema político por continuar funcionando, en pleno siglo XXI, “con instituciones del siglo XVIII y tecnología del siglo XV”, subraya que lo positivo que le dejó su paso por la política fue impulsar la Ley de Emprendedores, que permite abrir empresas en 24 horas. “Cuando se logra una ley, el impacto es grande”, reconoce y menciona su trabajo en la ley de Economía del Conocimiento, Ley de Beneficios e Intereses Colectivos (Ley BIC). “Pero Argentina es complicada y cuando cambian los gobiernos vuelven atrás y rompen todo lo que se construyó”, insiste.
Cannabis: el proyecto de Garretón en Uruguay
Garretón no tiene planeado volver a formar parte de una lista y en el 2019 decidió meterse de lleno en YVY Life Sciences, la empresa de capitales uruguayos y argentinos que dirige y a través de la cual compró “La Tertulia” a fines de febrero. Llegó a lograr la operación gracias a la sugerencia de su socio, Sebastián Hochbaum, quien hizo de intermediario entre el empresario y la conductora. Sin embargo, esa no es la única empresa en la que Garretón tiene intereses cannábicos.
Con la firma FLA Ventures, el ex diputado, Hochbaum y Facundo Belocopitt se transformaron, en enero, en accionistas mayoritarios de la empresa Blueberries Medical Corporation, también dedicada a la investigación, cultivo y desarrollo de productos derivados del cannabis. La empresa cotiza en la Bolsa de Valores de Canadá y tiene operaciones en Colombia para la extracción y procesamiento del cannabis.
Consultado por las razones de esta apuesta, Garretón le responde: "Desde que la ONU sacó al cannabis del listado de drogas peligrosas, la industria avanzó de forma acelerada en Estados Unidos y en América latina. El cambio regulatorio provocará el surgimiento de oportunidades de emprendimientos y un proceso inédito de transformación económica y social. Nos encantaría replicar el modelo en la Argentina, incluso tuvimos varias charlas en Tucumán, Jujuy y otras provincias, pero dependerá de los avances de la regulación".
Garretón ya se convirtió en un apellido reconocido en el jet set regional y, aunque el mito que lo vende como quien se hace desde abajo se desmorona apenas se pregunta por él en Tucumán, el mote de emprendedor ya lo tiene puesto.
De: RN