Sergio Massa se prepara para dar el discurso más importante de su carrera política. La noche del domingo trascenderá más allá del resultado, del que busca salir competitivo, por las palabras que el candidato a presidente de Unión por la Patria elija. Está en juego no solo su futuro electoral en las elecciones generales, sino también la gobernabilidad de una gestión de la que, por su protagonismo, depende el control económico del país.
Por eso, mira tantas encuestas como los números del Palacio de Hacienda y le transmitió a su equipo que si hay algo que no puede pasar es que se conviertan “en el Macri de 2019”, en referencia al momento pos- PASO en el que un Mauricio Macri enojado con la derrota avaló una devaluación de más del 20%. No hay lugar para un lunes caliente y su gabinete, con Gabriel Rubinstein a la cabeza, ya está avisado.
Su equipo de campaña ya trabaja en las palabras que utilizará el candidato. Lo hacen bajo el escenario de poder convertirse en el postulante individual más votado, aunque los últimos sondeos en plena veda encendieron algunas alarmas: ese puesto se lo podría sacar Javier Milei. Hay un escenario de empate virtual entre el candidato de UxP y el líder libertario, con una Patricia Bullrich corriendo cerca pero detrás. Sin embargo, en el oficialismo hay desconcierto y saben que la elección puede traer sobresaltos, más aún después de un clima de tensión en el territorio bonaerense y una escalada en los hechos de inseguridad.
Mañana, ya con una tendencia firme, Massa les hablará no solo a sus votantes, sino a todos los ciudadanos. “Quiero ser el presidente de todos los argentinos, incluso de los que no encuentran una boleta en el cuarto oscuro que los convenza”, es parte del discurso que piensan. Se posicionará mostrando que está competitivo y que la elección presidencial recién comienza.
Parece un exceso, pero Massa necesita que el electorado lo vea como candidato presidencial. Esto significa que no lo evalúen tanto por la fuerza política que representa ni por el gobierno en el que tiene un rol central. “En la liga de candidatos a presidente puntuamos mejor”, dicen desde su equipo de campaña. En esta etapa, miran más al votante indeciso que a los propios: “Los que dudan, al momento de evaluar a quién votar, miran más quién califica mejor para ser el próximo presidente que en la marca que lo sponsorea”, dicen. Y agregan: “Miran casi de manera apartidaria y, al haber un vacío presidencial, hoy hay una demanda de presidente que Sergio la tiene”.
¿Qué resultado esperan? “Un resultado aceptable es que la marca no gane pero en la personal sí”. En caso de no llegar a ser el más votado, el escenario es complejo: preferirían que ese puesto se lo lleve Javier Milei, pero no pueden predecir la reacción de los mercados al otro día.
Por eso, ya preparan algunos anuncios económicos que fueron adelantados en los últimos días: más financiamiento internacional, medidas para agilizar el ingreso de importaciones, una nueva licitación para el gasoducto Reserval del Norte, y la discusión del Presupuesto 2024 con déficit cero. Pero la verdadera contención estará en el trabajo silencioso del equipo económico que buscará que los mercados no ganen los titulares. El dólar no puede escaparse el mismo día que se conozca el número de inflación.
Los resultados del domingo serán solo el primer paso en la carrera presidencial de Massa. El propio Alberto Fernández recuerda que cuando se discutían los nombres para su sucesión, la postulación del ministro de Economía le parecía muy riesgosa.
Las horas posteriores serán definitivas para su futuro político, pero también para la gobernabilidad. El camino electoral es largo y cómo continúa la gestión dependerá de la reacción que tenga el candidato presidencial sobre el acompañamiento de la ciudadanía.
Sergio Massa prepara un paquete de anuncios para las horas pos-PASO cuando también se conozca el dato oficial de la inflación de julio y que el Indec pateó para luego del domingo. Entre las principales medidas se destacan:
◆ Presupuesto 2024. Se realiza la convocatoria formal para iniciar las discusiones y la redacción de la Ley de Leyes que debe presentarse el 15 de septiembre, por ley, en el Congreso. En este caso se fijará déficit cero, que es una de las exigencias del Fondo Monetario que aún debe avalar políticamente el desembolso de los 7.500 millones de dólares que el gabinete económico espera para afrontar los próximos vencimientos de deuda.
◆ Otros 500 millones. Se firmarán acuerdos y contratos con el BID y el Banco Mundial para nuevos proyectos.
◆ Otro gasoducto. Además de medidas para agilizar el ingreso de importaciones, habrá un llamado a licitación para el gasoducto Reserval del Norte, que apunta a exportarle gas a Bolivia y disminuir las importaciones de energía y, en consecuencia, la demanda de divisas.