El Gobierno apura medidas para recuperar salarios, jubilaciones y asignaciones después de la estampida inflacionaria. A lo largo de la gestión no pudo cumplir el objetivo de levantar los ingresos populares, aunque intentó mostrarse activo en esa dirección. Qué pasó durante el gobierno de Macri, qué plantea Milei.
La batería de medidas que viene desplegando el Gobierno para rescatar a los ingresos populares de la estampida inflacionaria que provocó la devaluación confirma las líneas de acción principales del oficialismo en casi cuatro años de gestión. Por un lado, su preocupación por tratar de sostener el poder adquisitivo de las mayorías en una economía que depende fuertemente del mercado interno. Por el otro, el hecho de correr siempre de atrás. La imposibilidad de controlar la inflación conspiró contra el objetivo declarado de que los salarios le ganaran a la suba de precios.
En el gobierno del Frente de Todos hubo y hay una utilización activa de instituciones e instrumentos en poder del Estado para apuntalar los ingresos, lo que constituye una diferencia sustancial con los proyectos neoliberales o anarco capitalistas, pero las medidas reparatorias fueron insuficientes ante tanta inflación.
Así lo advierte un documento del centro de estudios Fundar, que compara la evolución de los ingresos de los diferentes actores del mundo del trabajo con la escalada de precios, y analiza qué ocurrió en igual sentido durante el gobierno de Mauricio Macri. La primera conclusión es que en ambos casos hubo pérdidas para los que dependen de ingresos fijos, pero fueron notablemente superiores entre 2016 y 2019, en buena medida porque el gobierno de Juntos por el Cambio adoptó una actitud prescindente en la puja distributiva.
La segunda conclusión es que entre los sectores que más perdieron durante la actual administración figuran algunos de los que supuestamente iban a ser los más protegidos, cuando Alberto Fernández prometía que empezaría por los últimos. El informe de Fundar señala que la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar tuvieron una caída de 20,6 puntos en términos reales en 2022, luego de una recuperación de 5,4 en 2021. La razón es que la actualización de esos ingresos está atada a la fórmula de movilidad de las jubilaciones, que quedó rezagada frente a la inflación, y los bonos de compensación no llegaron a empardar la suba de precios.
Vulnerables
"Si se analiza la evolución del salario mínimo, vital y móvil, la paritaria de las trabajadoras de casas particulares, las jubilaciones y las políticas de ingreso social, el poder adquisitivo de la población más vulnerable cayó sustancialmente en términos reales en 2022", indica la investigación de Fundar, concentrada en los años 2021 y 2022, posteriores a la pandemia.
"De los cuatro ingresos relevados, sólo los de las trabajadoras de casas particulares lograron un incremento del poder adquisitivo", agrega. Fue una mejora menor, ya que hubo una caída de 4,0 puntos en términos reales a lo largo de 2021 y una suba de 4,5 en 2022. El documento aclara que la estimación toma en cuenta la evolución de los ingresos a lo largo de cada año y no punta a punta, es decir, en el inicio y el final del período.
"El salario mínimo tuvo aumentos nominales que lo dejaron muy por detrás de la inflación, impactando directamente en más de un millón de trabajadores informales que cobran a través del Potenciar Trabajo la mitad de un salario mínimo", explica. En 2021 el salario mínimo mejoró 1,3 por ciento en términos reales, pero en 2022 bajó 3,9 puntos.
"Las deficiencias de la fórmula jubilatoria se hicieron notar, tanto en las jubilaciones como en la AUH, dado que estos ingresos corrieron muy por detrás de la inflación. En el caso de las jubilaciones mínimas, los refuerzos de suma fija permitieron empardar la inflación en el promedio anual, pero no así en el de las AUH, donde los bonos fueron más limitados", señala.
En concreto, las jubilaciones mínimas, con los bonos incluidos, perdieron 6,3 puntos de poder adquisitivo a lo largo de 2021 y 0,2 en 2022. Las jubilaciones que quedaron al margen de los bonos retrocedieron mucho más: 7,1 puntos en términos reales en 2021 y 4,7 puntos en 2022.
El documento reconoce que el Gobierno "amplió institucionalmente el Estado de Bienestar con dos políticas clave, la Tarjeta Alimentar (para beneficiarios de la AUH y otros grupos más acotados) y el programa de medicamentos gratis para jubilados". Sin embargo, esos grupos no pudieron defender sus ingresos frente a la inflación en la pospandemia.
Trabajadores registrados
En mejor posición quedaron los trabajadores del sector privado registrado, los empleados públicos y los docentes. Sebastián Etchemendy, Federico Pastrana y Joan Manuel Vezzato, autores de la investigación de Fundar, explican que esto se debe al entramado de políticas que logró institucionalizar el kirchnerismo entre 2003 y 2015 para fortalecer su capacidad de negociación.
"La perspectiva de este trabajo no es neutral", remarcan. "Parte de la convicción de que las formas de determinación colectiva del ingreso restauradas o diseñadas bajo los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, como la negociación colectiva de actividad, la paritaria nacional docente, el Consejo Nacional del Empleo, el Salario Mínimo, Vital y Móvil y otras, más ciertas políticas que determinan el ingreso social como la Asignación Universal por Hijo o las jubilaciones, constituyen elementos esenciales para lograr una sociedad más inclusiva, que combine crecimiento económico con mejoras del ingreso real", definen.
Eso se tradujo durante el actual gobierno en una performance salarial para los sectores formales muy superior a lo que había ocurrido durante el gobierno de Macri. La paritaria nacional docente dio lugar a una recuperación de ingresos de 2,2 puntos en términos reales en 2021 (por arriba de la inflación) y de 3,7 puntos en 2022. Por el contrario, durante la gestión de Juntos por el Cambio los salarios docentes sufrieron un deterioro notable de 24 puntos en la comparación con la inflación.
En el caso de los trabajadores registrados, en el actual gobierno salieron empatados en 2021 y tuvieron una ligera suba de 0,9 puntos en 2022. El documento aclara que existe una gran disparidad de situaciones dentro de este universo, con sindicatos fuertes que logran mejoras en términos reales y otros que quedan por detrás. Aun así, la comparación es contundente con lo sucedido entre 2016 y 2019, cuando los salarios de los trabajadores registrados se comprimieron 12 puntos en términos reales.
"Quienes tienen más capacidad política-organizativa pueden defenderse mejor de la inflación. Es el caso de las paritarias privadas, de los docentes, de las paritarias del servicio doméstico y de estatales. Quienes en general carecen de un ámbito institucional apropiado para defender el ingreso pierden sustancialmente más ingresos", concluyen los autores.
Por supuesto que bajar la inflación es fundamental para favorecer la mejora de salarios y jubilaciones, pero promover una política activa desde el Estado de recomposición de ingresos también marca la diferencia. Lo otro es dejar que regule el mercado, que se imponga la ley del más fuerte.
De: David Cufré