Este 11 de mayo, la Universidad Nacional de Salta (UNSa) conmemora sus 52 años vida, tras su creación dispuesta en la Ley N° 19.633, firmada en 1972 por el presidente de factoAgustín Lanusse. Su consolidación fue la respuesta a una lucha y exigencia estudiantil que se remonta varios años atrás, dado que las carreras que se dictaban en la provincia dependían en ese momento de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
El primer antecedente de estudios universitarios se remonta a 1948 cuando el Instituto de Humanidades, creado por el arzobispo Roberto Tavella, se incorporó por convenio a la universidad pública de Tucumán. Le siguieron, para los años 50, la Escuela Superior de Ciencias Naturales, el Instituto de Humanidades y la Escuela Superior de Ciencias Económicas. A pesar de que había carreras que ya se dictaban en Salta y Tucumán, se insistía en la autonomía provincial. Y en 1959 se formó el Movimiento Pro Universidad del Noroeste Argentino, que reclamaba “una Universidad de tipo regional y de rigurosa practicidad”; esta iniciativa alcanzó el rango de ley en el Congreso Nacional, pero no se concretó.
El escritor Eduardo Ceballos relató en su libro “Universidad Nacional de Salta: 40 Aniversario. 1972 Mayo 2012. Mi sabiduría viene de esta tierra”, que a dos años del golpe de Estado dado en 1966, que impuso como presidente de facto al dictador Juan Carlos Onganía, el Movimiento Pro Universidad se reestructuró y ya estaba mejor organizado que años anteriores. Esto llevó a que los estudiantes lograran llegar con su demanda a todos los estamentos de la sociedad, teniendo fuerte respaldo de los trabajadores.
Tras la caída de Onganía, lo sucedió el general Roberto Marcelo Levingston, quien gobernó por tres días, desde el 23 de marzo de 1971 al 26 de marzo, fecha en la que entregó el poder al general Alejandro Agustín Lanusse. En 1971 se formó una Comisión Especial en la capital salteña, designada por el Ministerio de Cultura y Educación de Nación, para que lleve adelante los estudios de viabilidad y factibilidad de la creación de la Universidad Nacional de Salta.
La exigencia de una universidad propia no sólo encontró una fuerte organización estudiantil sino también el acompañmiento de la sociedad. Las campañas en los diarios de la época estaban más que presentes: “Crear la universidad nacional es ASEGURAR el futuro de Salta y el país”, decía una campaña impulsada por una empresa privada. La movilización estudiantil resistía a Lanusse, y fue así que manifestaron el reclamo en una visita que el presidente de facto realizó a Salta, el 14 de abril de 1972, para inaugurar el Dique Cabra Corral.
Mientras el dictador estaba en la Casa de Gobierno, para ese momento ubicada en la calle Mitre 23, frente a la céntrica plaza 9 de Julio, más de 300 estudiantes y trabajadores expresaron su reclamo por la universidad. Lanusse los invitó a ingresar al edificio para una audiencia, pero los estudiantes se negaron. “Si quería hablar con los estudiantes, debía hablar en la calle”, le dijeron. Sólo unos minutos después, el general bajó y les aseguró que “la Universidad de Salta va a ser creada en 30 días”.
Fue así que el 11 de mayo de 1972, se conoció la decisión de la creación de la Universidad Nacional de Salta. Las carreras que se dictaban bajo la dependencia de Tucumán se transfieron. Y para la transición de esas carreras se designó al ingeniero Roberto Germán Ovejero, como delegado organizador. La UNSa inició sus actividades el 1 de enero de 1973 con los Departamentos de Exactas, Naturales, Tecnológicas, Económicas, Ciencias de la Educación y Humanidades en la Sede Central, y las Sedes Regionales de Orán, Tartagal y Metán-Rosario de la Frontera.
La piedra fundante
Roberto Germán Ovejero renunció como delegado organizador en abril de 1973. Y quien lo sucedería sería el abogado y poeta Holver Martínez Borelli. Así fue que entre mayo de 1973 y diciembre de 1974, Martínez Borelli conduciría la UNSa en calidad de “normalizador”, “interventor” y nuevamente “normalizador”.
En ese mismo período, asumiría el gobierno de la provincia el desaparecido médico Miguel Ragone. Para noviembre de 1974, la presidenta Isabel Martínez de Perónordenó la intervención de la provincia y Ragone fue obligado a apartarse. La situación no fue distinta para Martínez Borelli, quien apoyó la campaña a la gobernación del “médico del pueblo”. Tanto Ragone como Martínez Borelli fueron considerados como actores importante para “el cuestionamiento a las élites históricas de la provincia”.
La gestión de Holver Martínez Borelli es reconocida como la piedra fundante de lo que es la UNSa en la actualidad, ya que impregna una visión regional de la Universidad inmersa en Latinoamerica, sin olvidar la identidad propia de Salta. Ejemplo de ello, es el pedido que le Borelli al escritor y artista plástico Osvaldo Juane, para que diseñe el escudo de la institución, que quedó constituido como escudo oficial de la UNSa, el 8 de julio de 1974, a través de la Resolución Nº 483/74.
La resolución dice que el escudo “configura una obra que, con sus relevantes valores plásticos, representa el ámbito natural de la UNSa y asume gráficamente las resonancias del paisaje centro-sudamericano, complementándose armoniosamente con el lema, incluido en su composición”. El diseño incluyó el lema: “MI SABIDURÍA VIENE DE ESTA TIERRA”, autoría de los escritores salteños Manuel J. Castilla y el propio Borelli.
Durante el período 1975-1986, se suspendió el uso del escudo y se restableció durante la gestión del Rector Juan Carlos Gottifredi. En el año 2005, el artista Osvaldo Juane fue declarado Doctor Honoris Causa de esta Universidad.
La gestión de Borelli se caracterizó por el propósito de que la institución formara parte de los debates sociales. Reunió a intelectuales de la época, acompañó fuertemente la extesión y fomentó incanzablemente la cultura local y regional. Finalmente, el 10 de diciembre de ese año, se intervino la UNSa, Martínez Borelli fue apartado (y perseguido), y quedó como rector interventor Francisco Villada.
La UNSa tiene memoria
La intervención del gobierno de Ragone y del rectorado de Martínez Borelli, fueron en los momentos previos al inicio de la última dictadura argentina, el 24 de marzo de 1976. Ni bien se intervino la UNSa, 116 docentes firmaron una solicitada en el diario El Tribuno en la que pedían a Villada “la revisión de las cesantías producidas, que no se produzcan nuevas cesantías y que se renueven los contratos que vencen el 31 de diciembre”.
De ese número de docentes, en la actualidad continúan desaparecidos: Alberto Calou, Gemma Fernández Arcieri de Gamboa, Graciela Muscariello, Nora Saravia, Silvia Aramayo, Miguel Ángel Arra y Carlos García. También fueron desaparecidos los docentes Georgina Graciela Droz, Raúl Humberto Macacha y Silvia Blanc.
A este listado se suman los estudiantes Ana María Cavallero Cuéllar, Carlos Estanislao Figueroa, Ángel Esteban Rodríguez, Hilda Yolanda Cardozo, Roberto Oglietti, Gregorio Tufiño, Silvia Ruth Saez de Vuistaz, Carlos Alberto Rivero, Néstor Alberto Oliva, Roberto Raymundo Vega, Elpidio Juvencio Palavecino y Francisco Corbalán.
También fueron desaparecidos Pedro José Tufiño, que se desempeñaba como auxiliar de Contabilidad Presupuestaria y Jefe de División de Programación Presupuestaria de la UNSa, y Víctor Mario Brizzi, que se desempeñaba como trabajador de la Secretaría Académica. Y el director de la Sede Regional Tartagal, Jorge Alberto Bigi. Además de la desaparición forzada de personas, en la Universidad también se quemó bibliografía y se dio paso a una persecución sistemática. Incluso se cerró la carrera de antropología, impidiendo la apertura de nuevas camadas. Años antes, en la noche del 12 de noviembre de 1974, el Aula 1, sufrió un atentado con una bomba. El lugar hoy es un espacio de homenaje a los y las desaparecidas.
Todo ello quedó asentado en el informe elaborado por la Comisión de Derechos Humanos, que se conformó en 1985, a instancias de la Federación de Estudiantes de Salta. Dicho escrito fue elaborado por Raquel Adet, Raúl Seggiaro, Alfredo País, Judith Franco y Alejandro Saravia, y aprobado por el Consejo Superior en mayo de 1986.
La UNSa hoy
La Universidad Nacional de Salta en noviembre de 2022, convocó una Asamblea Universitaria, después de que no se realizara por más de 20 años. El propósito era adecuar el estatuto para garantizar una mayor democratización dentro de la institución, en cuanto al principio de gratuidad y los derechos laborales a docentes y nodocentes.
La primera definición de importancia fue la ratificación del principio de gratuidad para las carreras de pregrado y grado, y la autonomía de la institución. También, se aprobó que las sedes universitarias de las ciudades de Orán y Tartagal fueron categorizadas como facultades, lo que les dió mayor grado de participación en el gobierno universitario.
La gestión de Daniel Hoyos se caracteriza por la permanente generación de espacios de diálogo y debate dentro de la Universidad. El llamado a Asamblea Universitaria es ejemplo de ello. Además, guarda una fuerte impronta en el acompañamiento al desarrollo de la ciencia y la técnica, a través de la adquisición de nuevos equipamientos; a ampliar el concepto de la extensión universitaria, mediante la política de creación de los Centros de Extensión, para difundir y sumergir, principalmente, la Universidad en la sociedad.
La UNSa en la actualidad tiene más de 4 mil puestos de trabajo, más de 35 mil estudiantes en las distintas sedes y facultades. Una oferta académica de 52 carreras de grado y 34 carreras de posgrado, más dos escuelas secundarias de enseñanza intermedia. Además existen más de 35 de Centros de Extensión Universitaria (CEUNSa) en más de 20 municipios de la Provincia; y más de una decena de institutos de insvestigación, 5 de los cuales son de doble dependencia con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
El principal concepto que mueve a la UNSa es CRECER. En investigación, en extensión y en mejores condiciones laborales para docentes y nodocentes para dar debates, propuestas y soluciones al contexto social y cultural en el que se encuentra la provincia hoy. En ese marco, el Rector, Ing. Daniel Hoyos, promueve la defensa de la Universidad Pública, ya que representa una insigna propia de la historia argentina, como promotor de la igualdad de oportunidades en la garantía y defensa del derecho a la educación superior.
El actual contexto nacional llevó a la realización de una Marcha Federal Universitaria, que resultó histórica en la provincia, pues se convocaron más de 20 mil personas en la ciudad de Salta, y se dieron réplicas en las distintas facultades y sedes del interior. Al respecto, Hoyos aseguró que “sin lugar a dudas, es un momento que convoca a la unificación de los esfuerzos por parte de todos los que creemos en las universidades públicas como instituciones fundamentales de nuestra vida social”.
Desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), se planteó la insuficiencia del incremento de los fondos destinados a cubrir los gastos de las universidades nacionales, además del impacto que la actual crisis económica tiene en toda la comunidad universitaria. Dado que afecta la capacidad adquisitiva de los salarios, la reducción de fondos de las becas estudiantiles, los costos de alquileres, alimentos, servicios básicos, y transporte, que deterioran las condiciones fundamentales del desarrollo académico institucional.
A pesar de ese contexto, la gestión actual del Rectorado de la UNSa promueve el dictado normal de las clases, la difusión de la ciencia y el conocimiento, por ejemplo, a través de la puesta en marcha nuevamente del Observatorio Astronómico de la UNSa “Profesor Elvio Alanís”; y el fomento incesante de la extensión y la cultura local, ejemplificado con la creación Orquesta Típica Característica de la UNSa, que hoy lleva adelante su segundo concierto inaugural en la Explanada del Cabildo, desde las 12 horas.