Tras un partido histórico que se definió por penales, la Selección Argentina volvió a consagrarse como Campeón del Mundial. Tomó 36 años para que la Albiceleste pudiera alzar otra vez la Copa del Mundo. Ante el evento, cientos de argentinos salieron a las calles a festejar. Sin embargo, las celebraciones no fueron exclusivas del territorio nacional, sino que llegaron a miles de kilómetros de distancia.
Uno de los puntos donde se hizo notar la fiesta fue en el Vaticano. Centenares de argentinos se reunieron en la plaza de San Pedro, frente a la reconocida basílica homónima, para celebrar la alegría de la consagración del equipo dirigido por Scaloni. En los festejos no faltaron las banderas y bocinazos que acompañaron los cánticos, gritos de alegría y llantos de los fanáticos.
En el video, se puede ver cómo los presentes en el festejo entonan los versos de "Muchachos”, la canción del Mundial que es una reversión del tema de La Mosca para alentar a la Selección. "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”, se escucha.
Y mientras se aprecia cómo seguían llegando más familias al lugar, los fanáticos continuaban cantando: "Y al Diego desde el cielo lo podemos ver con Don Diego y La Tota, alentándolo a Lionel".
Como ya es costumbre, el Obelisco se tiñó de celeste y blanco por los festejos de las familias argentinas. Este fenómeno se replicó a 10.000 kilómetros de distancia, en las calles de Vigo, un municipio ubicado en Galicia, España.
Al igual que en el Vaticano, la celebración contó con banderas, bocinazos, trompetas y silbatos acompañando los cánticos y gritos de los presentes. "Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar. Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar", gritaron eufóricos los hinchas de la albiceleste.
Además, también cantaron: "Olé, olé, olé, cada día te quiero más. Yo soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar", a la par que los autos que pasaban se sumaban tocando las bocinas. Asimismo, algunos fanáticos gritaban con alegría "¡Vamos!" mientras otros aplaudían.
Uno de los hechos que tomó más relevancia durante el Mundial fue el apoyo que tiene la Selección argentina en Bangladesh, quienes alientan con fervor a la Albiceleste luego del famoso gol de Maradona contra los ingleses en 1986. Por ese motivo, la victoria de Argentina ante Francia no pasó desapercibida en el país asiático.
A pesar de las bajas temperaturas, miles de fanáticos vistieron la casaca argentina y salieron a las calles a festejar el triunfo. Durante las celebraciones, corearon "Messi, Messi", derramando lágrimas de alegría y bailando. Antes de las fiestas, estaban viendo el partido en pantallas gigantes instaladas en las principales plazas, carreteras y campos de fútbol de la capital, Dhaka.
"No sé por qué lloro, pero lloro por él", dijo a AFP Nafiun Rahman Zian, un hincha de Messi de 18 años. "Se acabaron los años de espera para ver al amor de mi vida, el pequeño mago, sostener el trofeo más prestigioso que tanto deseaba", afirmó.
"Sentí que iba a sufrir un infarto", dijo Abdus Sabur, un motociclista de 40 años que afirma ser seguidor de Brasil, pero que se cambió a Argentina en la final por Messi. Y agregó: "Mbappé tiene 23 años. Puede jugar tres Copas del Mundo más. Esta vez la Copa debería ser para Messi".
Continuando con el fanatismo por el "10", Mohammad Hasan, de 19 años, sostuvo que "Messi ha demostrado que es el mejor jugador del mundo. Es incluso más grande que Diego Maradona o su rival Cristiano Ronaldo. El debate está terminado".
Migrantes venezolanos que aguardan una oportunidad en México para cruzar a Estados Unidos dieron la espalda a la frontera por algunas horas para mirar la final de la Copa del Mundo. "Por lo menos una alegría entre tanta tristeza", afirmaron a AFP.
Sin importar que el termómetro marcara 0°, los venezolanos se reunieron alrededor de una televisión colocada en un autolavado en Ciudad Juárez, México, a pocos metros de distancia del muro fronterizo con Estados Unidos.
"Estoy más feliz que nadie", dijo Jován Vanega después de ver a Lionel Messi besar la copa. "Creo que más que si hubiese cruzado la frontera", agregó sonriendo. "Sabía que lo iba lograr, como sé que yo lo voy a lograr. Hay que tener fe", manifestó.
"Siempre seguí a Argentina, era fiel creyente de que éste era el Mundial de Messi", afirmó el hombre. Por ese motivo, cuando Adidas, Canadá y Chupapi, los tres perros del autolavado donde veían los partidos del Mundial, derrumbaron la televisión que utilizaban para seguir la competencia, Vanega no lo pensó dos veces y compró otro aparato en una casa de empeños.
La pantalla le costó 2.000 pesos mexicanos (alrededor de 100 dólares), lo que equivalía a una semana de su trabajo. "Fue un esfuerzo, pero valió la pena. Todos pudimos distraernos un poco en medio de tanto sufrimiento. La emoción del fútbol es única, necesitábamos esta alegría.