El premio Nobel de la Paz estrenó una muestra en el Museo Evita. Habla del libertario, de Villarruel, de las elecciones y de su obra artística, “la revolución de la no violencia”.
Adolfo Pérez Esquivel tiene 91 años, pero no lo parece. No sólo por cómo se mueve en el Museo Evita, enérgico y como si estuviera en su casa, sino por la impronta y la pasión con la que va relatando su obra. Hay cuadros y obras de distinto tipo y formato: grabados, fotografías, acuarelas, y óleos, todos hechos por la mano del premio Nobel de la Paz.
Son pedazos de su propia vida, la cruza de un chico que vendía diarios en San Telmo, hijo de un trabajador que se quedo ciego, pero también son relatos de la historia argentina, desde la dictadura hasta la crisis del 2011. Es difícil diferenciar donde empieza una y donde la otra con Pérez Esquivel. “La revolución de la no-violencia”, se llama la muestra, que estará en el Museo Evita hasta el 29 de octubre. “Evita tuvo mucho significado para mí. Ella le dio a mi viejo la jubilación. Era muy atenta, tenía mucha sensibilidad humana”.
Adolfo Pérez Esquivel: Espero que no, porque espero que no gane. Preocupa el negacionismo, el odio: una sociedad no se puede construir sobre el odio. Si no tenemos amor a nuestro pueblo nada de lo que hacemos sirve. Por eso uno reclama a la dirigencia política, ética y responsabilidad para estar a la altura del pueblo. Porque el otro, el negacionismo, la violencia, el odio, es contra el pueblo. Por favor, que el pueblo no vote a sus verdugos.
A Milei hay que ayudarlo. Hay que ayudarlo a encontrar un buen psiquiatra que lo ayude a superar el odio, la violencia que lleva adentro y el negacionismo. Porque con esto no se puede construir nada. Es autodestructivo. La mejor manera es ayudar a quienes no están mental y espiritualmente sanos. No se puede dirigir un país así.
Noticias: ¿Qué le generó el acto de Victoria Villarruel en homenaje a las víctimas del terrorismo?
Adolfo Pérez Esquivel: El acto me impactó pero no me sorprendió en absoluto porque sé que es gente provocadora y llena de odio, yendo contra todo lo que se creía institucionalizado. El problema es que confunden a la gente, sobre todo a los nuevos votantes que desconocen la historia. Villarruel confunde todo, porque si bien hubo una guerrilla que no la desconocemos, no es el justificativo porque la dictadura atacó gente que no tenía nada que ver con las guerrillas. Segundo confunde lo que hizo la guerrilla que son delitos, con el aparato sistemático que aplicó el estado que fue terrorismo de estado. Otro punto que me alertó, fue el apoyo que tuvo por parte del Gobierno de la Ciudad, el cual una vez más muestra su falta de ética política y de responsabilidad social.
Noticias: ¿Siente que puede haber una reivindicación de la dictadura en el pueblo?
Adolfo Pérez Esquivel: Del pueblo no, pero sí de un remanente que quedó de aquella época, que nunca dejó de estar. El grueso del pueblo argentino está organizado y tiene una fiel convicción con respecto al tema. En caso que se ponga en peligro, seguramente habrá una reacción que por ahora no es necesaria. A Milei y a Villarruel hay que conseguirles unos buenos psiquiatras. Quieren sacar ministerios, destrozar el Conicet. Dicen “Vamos a organizar el país para...”. Esa película ya la vimos y sabemos cómo termina.
Noticias: ¿Qué lectura tiene de lo sucedió en las últimas elecciones?
Adolfo Pérez Esquivel: Hay mucho descontento en la gente frente a la situación económica y es razonable. El gobierno que asuma tiene que pensar en la justicia social, bajar los índices de pobreza y marginalidad y darle condiciones de vida al pueblo. Me ilusiono pensando que lo que sucedió en las PASO fue producto de la bronca y el hartazgo pero en octubre va a prevalecer la razón. Hay que pedirles a los votantes favor que no voten a sus verdugos. Si vuelve la derecha a la Argentina va a ser un retroceso de más de 50 años en el país. Lo que proponen sus representantes como Bullrich y Milei, son recetas viejas, con medicinas amargas, que ya las vivimos los argentinos. Son propuestas que han fracasado en nuestro país.
De: Juan Luis Gonzalez