Se analizó distintos puntos de la realidad política y social. En ese sentido, destacó que se viene una emana intensa, porque ya viene Navidad y fin de año. "Quedará el paraguas de la discusión por la IVE, que me parece que aún tiene desenlace abierto en el Senado. Pero claramente la semana próxima será la de la llegada de la vacuna rusa, más para la foto que para otra cosa".
El Gobierno está planificando que el 23 de diciembre sea el día en que 300 mil dosis se distribuyan en el país, para que la vacunación empiece en enero. Como el Presidente fue tan taxativo en sus declaraciones, sin dudas la noticia será que en diciembre no se vacunó lo que Alberto Fernández dijo y/o que en enero no se alcanzaron los 5 millones de dosis. Lo que está claro es que aparentemente el 23 de diciembre llegaría la vacuna rusa, que es la más polémica de todas las que se han validado.
El ministro de Salud, Ginés González García, está en una situación delicada. Qué curioso, porque el Presidente dijo que es un orgullo tener a Ginés como ministro, el mismo Ginés que era el ministro casi por excelencia del gabinete allá por marzo o abril. Cuantas cosas pasaron para este Ginés que hoy está desdibujado, contradicho por sí mismo y por Alberto, aún en el cargo y enemistado, dicen, con Carla Vizzotti, que es la que está preparando por lo bajo todo el operativo de vacunación. Vizzotti además ahora tiene a sus equipos trabajando en 4 provincias en simultáneo para adecuar la estructura para una titánica y gigantesca tarea de vacunación masiva en Argentina, a partir de mitad de enero, quizás febrero.
¿Funcionarios que no funcionan?
Hay muchos rumores de cambios de gabinete, pero yo prefiero ser prudente. Está claro que algún cambio habrá y que se tendrá que hacer alguna reedición del gabinete. Ese relanzamiento que el Presidente tenia pensado en octubre se pospuso por la carta de Cristina, la de los funcionarios que no funcionan, ya que si se cambiaba alguien más que Bielsa sería "Cristina le cambió el gabinete a Alberto" o lo dejaba en una situación de mayor debilidad de lo que ya ostenta. Ahora creo que habrá cambios.
Frederic está desdibujada, surfeando la situación, sin peso específico ni mucha relevancia y entiendo que Felipe Solá es el fusible obligado, ahí me parece que Scioli tiene una chance adicional que Argüello. No está mal la idea de Wado de Pedro pasando al Ministerio de Justicia y Marcela Losardo en la Secretaría General, serían enroques y blanquearía que a la Justicia la maneja Cristina. Siendo ésta los proyectos vinculados al área judicial del gobierno, que pasarían a tener una cara muy próxima a Cristina Fernández de Kirchner y no esta encontrada entre Losardo (que es Alberto) y Juan Martín Mena (que es Cristina).
Tengo la impresión de que Wado saliendo del Ministerio del Interior y entrando a Justicia sería una fractura un poco más expuesta de la que hoy hay entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Si el hombre que va al Ministerio del Interior es uno propio dentro de la estructura de ese albertismo nunca puesto en valor, como definen a un posible que es Juanchi Zabaleta. La especulación central hoy es esa.
Estos rumores lo que quitan es sorpresa, y lo más importante de un cambio de gabinete para oxigenar es sorprender, sino la información se licúa antes de tiempo.
Estamos discutiendo nombres y no políticas y yo creo que el problema del gobierno está en la política exterior que tiene, en la gestión de la pandemia y en lo que hizo y no respecto a las compras centralizadas que fue el método que eligió para afrontar la pandemia, cuál es su política con la Justicia y qué quiere como reforma judicial. El problema del Ministerio del Interior es cómo articula con los gobernadores, qué peso específico tienen los gobernadores y cuánto de federalismo tiene o no este gobierno, más que quién es el ministro del interior o quien deja de serlo. Sino parece que con los nombres resolvemos las cosas.
El problema de las minucias del poder es que en el medio está una sociedad que requiere un gobierno articulado, con homogeneidad enorme para accionar y traer tranquilidad frente a una pandemia. Nada de eso es lo que está sucediendo. Porque a nadie le va a servir un gobierno débil, problemas acumulados, falta de soluciones y un contexto de crisis creciente que genera una inestabilidad como la que ya atravesamos con el dólar $200. Al final del camino los unifica el poder y cierta permanencia en él, por lo tanto creo que la sangre no va a llegar al río.
De todos modos, cuidado porque las cuestiones humanas juegan y cuidado con tensar la cuerda más de lo que aguanta.
¿Caras nuevas en 2023?
Facundo Manes tiene la idea de que en Argentina el enojo gana y la elección se jugará entre las caras que conocemos en 2021, pero que en 2023 irán a buscar caras nuevas, entonces él se imagina en una situación política de privilegio por ese entonces. Yo no descarto fenómenos que aparezcan como disruptivos de la escena política, más allá del propio Manes. Porque mirando hacia atrás, ni Alfonsín era presidente 20 días antes, Menem no habría sido reelecto, De la Rúa no podría haber sido presidente hasta que no hizo acuerdo con Chacho Álvarez, Néstor Kirchner no estaba en los papeles de nadie, Macri era casi una osadía pensarlo como presidente porque solo presentaba un extremo y ni hablar que a Alberto Fernández nadie lo tenia en los pronósticos hasta que un sábado en la madrugada Cristina lo ungió como candidato. Eso explica también los fenómenos en Argentina y la alta Imprevisibilidad.
Ayer otra vez apareció Moyano en el día del camionero, el presidente fue a su encuentro, pero después recibió en Olivos a Pablo Moyano y a Manrique de Smata y creo que eso es la idea de intentar unificar la CGT, lo veo complejo pero hay un intento del Presidente que puede prosperar en el corto plazo, veremos cómo decanta.
Ayer hubo un encuentro de la cúpula del pro con Horacio Rodríguez Larreta embestido como uno de los candidatos presidenciales del espacio junto a Vidal, sin Patricia Bullrich ni Macri. Ahí la definición de Rodríguez Larreta fue: "Con Vidal no somos socios porque una sociedad puede romperse, con Vidal somos lo mismo". Recordé cuando Alberto Fernández dijo "Cristina y yo somos lo mismo", la evidencia muestra que esas definiciones a veces ocultan algunos problemas que son más serios de lo que uno cree. No tengo tan claro que Rodríguez Larreta y Vidal sean lo mismo.
Fuente: mdzol.com