En una entrevista televisiva Rocío Belén Bonacci se despegó del encuentro con genocidas en el penal de Ezeiza. Dijo que se enteró en la combi y que confió porque el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, y la secretaria General de la presidencia, Karina Milei, estaban al tanto.
La diputada nacional por La Libertad Avanza Rocío Belén Bonacci se despegó de la visita a Alfredo Astiz en el penal de Ezeiza junto a miembros de su bloque y denunció haber sido “engañada”. “He sido muy castigada”, lanzó y negó apoyar “a genocidas” al tiempo que afirmó que está “pensando” si continúa o no como legisladora de su partido.
En una entrevista televisiva al programa Jaque Mate que se emite por un canal de Santa Fe, Bonacci contó cómo se gestó la recorrida por la cárcel que, según ella, terminó con el polémico encuentro. “Realmente desde un principio la convocatoria por parte del diputado Beltrán Benedict fue con motivo de una visita humanitaria. A mí me convocó por llamada telefónica, a otros sé que a través de un mensaje de Whatsapp. El objetivo era ir a recorrer la cárcel, estar en contacto con presos, no aclaró de qué. Yo calculé que presos comunes...conocer las instalaciones y hacerlo de manera conjunta con otros diputados”, dijo. “Se había pensado también invitar a otros senadores”, agregó.
Según Bonacci ella fue engañada, sin embargo aclaró: “No quiero decir que el diputado me traicionó o que su objetivo era engañar. Yo digo que sentí un engaño desde el momento en que a mí no se me proporcionó la información completa del objetivo real de la visita. Yo hablé tres veces por teléfono con mi compañero de bloque, le consulté cuál era el objetivo final de esa visita y no entró más en detalles que decir que era una visita humanitaria, que iba a ser muy importante, que iba a ser muy lindo, que teníamos que participar (...) realmente, en el fondo, sentí que fue un engaño porque la información se me proporcionó llegando al penal”.
De acuerdo a lo que relató, la diputada sintió que “no había más posibilidad” de bajarse o irse por la distancia del penal respecto al Congreso de la Nación. Ella y sus pares llegaron al complejo penitenciario en combi donde, según describió, el regreso fue tenso.
Consultada sobre su reacción al enterarse lo que estaba sucediendo, Bonacci respondió: “Me di cuenta al momento de entrar de lo que estaba pasando. Planteé mi postura, que no quería participar activamente de la conversación, ni de la foto, ni del proyecto en sí, porque tampoco se nos explicó bien a qué proyecto se iba a trabajar. Evidentemente eso no se respetó, porque yo no participé activamente de la reunión, no comulgo con las ideas que propone Beltrán, no reivindico a estos genocidas de la época de la dictadura, pero sucede que dentro del penal vos no podés pasearte, como si eso fuese un shopping, y la comitiva, custodiada por un guardiacárcel, debía mantenerse unida”.
Sobre el momento del encuentro con Astiz y otros condenados por delitos cometidos durante la última dictadora militar, Bonacci describió que “fue todo una puesta en escena” y detalló que “una cuestión que se charló demasiado fue que hay presos por crímenes de lesa humanidad que tienen más de 70 años”.
La diputada contó que “desde un principio” le dijo a sus colegas que esa actividad “iba a ser motivo de lío” y confesó: “Hay muchos apellidos que él (Beltrán Benedict) nombró dentro de la combi que yo no conocía. Entonces, mi primera reacción fue googlearlos y cuando vi de lo que se trataba la convocatoria me asusté. No sé si decir que entré en shock, pero no sabía cómo hablar con mis compañeros porque también soy respetuosa de las ideologías de los demás”.
Bonacci dijo que espera la reacción de los bloques opositores y que, llegado el momento, su defensa será “decir la verdad”. “Lo que no me parece correcto es que mi compañero no me haya dado la libertad a través de proporcionarme más información de elegir si yo quería participar o no de esa convocatoria”, insistió, y contó que esto fue trasladado al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. “Compartimos una llamada telefónica de menos de 10 minutos, que la hice yo, para plantearle cuál era mi postura y de dónde venía mi enojo con mi compañero, porque yo quiero ser clara y quiero ser justa”, dijo Bonacci.
Menem, según la diputada, le respondió que todo había sido espontáneo, pero ella no le creyó. “La realidad es que la visita se convocó desde una combi oficial, que para eso se hace todo un pedido desde lo que es la Cámara (de Diputados) y realmente tiene un Ok dado desde Presidencia o desde la misma gestión porque si no, te habilitan un vehículo para trasladarte donde vos quieras...”, argumentó.
“Yo recibí una invitación por parte de un colega y de hecho confié, que creo que ese fue mi mayor error, primero porque era una vista con un buen objetivo de fondo; y segundo, porque aparentemente tenía el ok de Martín Menem y de Casa Rosada. Quiero decir, todo lo que se pone en el grupo nuestro, que nosotros compartimos de legisladores, es oficial, o sea, todas las invitaciones son oficiales”, insistió.