La percepción de que hay corrupción en el Gobierno creció 9 puntos, según un estudio de Analogías. Caída de 7 puntos del optimismo en materia económica. Karina es vista como parte de la estafa y su imagen negativa es de más de 60%. El 51% no le cree al Indec y piensa que la inflación real es más alta que la que informa el organismo.
El Gobierno nacional y el presidente Javier Milei tuvieron en febrero tal vez el peor mes desde el inicio de la gestión libertaria. A pesar de haber logrado en enero el índice inflacionario mensual más bajo desde la pandemia, la economía que no arranca sumada al escándalo por la estafa Libra compusieron un combo explosivo para la imagen del presidente y de su gestión. Las percepciones sobre las posibilidades del modelo económico para mejorarle la vida a los argentinos decrecen a pasos agigantados y el crédito por la estabilización de la inflación empieza a diluirse. Milei, que fundó su carrera política en la promesa de ser algo diferente, un verdadero cambio, se acerca peligrosamente en la opinión pública a ser más de lo mismo, un gobierno con corrupción y sin capacidad para resolver los problemas de la población.
Un estudio reciente de la consultora Analogías expuso interesantes datos para dimensionar el impacto del criptogate en las percepciones en torno a líder libertario y su gobierno. En principio, el oficialismo no pudo lograr lo que en otras ocasiones le resultó efectivo para esquivar un golpe político: desviar la atención inundando la agenda de otros temas. “El nivel de información y conocimiento sobre el fraude con la criptomoneda Libra orbita el 85%”, señalaron desde Analogías, y agregaron que “su génesis digital y financiera impactó diferencialmente en el segmento joven masculino de clase media / media alta que apoyaba intensamente al Gobierno”.
Un 61% de la extensa muestra de 2733 casos cree que el de Libra fue un caso de corrupción, la gran palabra maldita para quedar asociada a cualquier actor de la política, y casi el 55% considera que Milei participó de la estafa. En otro aspecto que el Gobierno pretende mostrar como un activo político, eso de “volver al mundo”, también el caso Libra impactó con fuerza: el 58% de los consultados por Analogías opinaron que la imagen internacional de Milei se vio perjudicada por el escándalo.
Incluso cuando la consultora preguntó, utilizando los propios conceptos de Mieli, qué le parecía a los encuestados que el presidente “haya difundido la criptomoneda $LIBRA”, una abrumadora mayoría del 78% respondió que le parecía mal o muy mal, frente a un escueto 12% que dijo que le pareçia bien o muy bien. Visto de otra manera, el escándalo perforó el núcleo duro del apoyo al libertario, le restó fuerza entre propios y extraños y sumó potencia a su rechazo.
La corrupción de los Milei y los límites del sacrificio sin horizontes
“Si bien aún es difícil conocer todas las implicancias que tendrá el escándalo sí podemos saber que ha tenido un impacto importante en la imagen del Presidente. El bloque de preguntas que hemos hecho sobre el tema presenta mucha negatividad para Milei. En esta encuesta hemos visto a una opinión pública muy dura y crítica para con él”, expresó a Diagonales Marina Acosta, Directora de Analogías. SE ROMPE LA BURBUJA DE CRISTAL: MILEI = CORRUPCIÓN
Entre los puntos más interesantes recogidos por el estudio de Analogías está lo que la consultora definió como que “se dio vuelta la valoración de honestidad”. Dicho al revés Milei, ese outsider que llegó a la presidencia denunciando la corrupción de una casta política y prometiendo barrer con todas sus prácticas oscuras, empieza a ser visto como un corrupto más. Un 48,7% de los encuestados respondió que en el gobierno libertario hay mucha o bastante corrupción, frente a un 38,7% que dijo que hay poca o nada.
Más allá de esos valores, resulta interesante la tendencia. “Cuando hace seis meses preguntamos sobre la ‘corrupción’ en el gobierno, sólo el 40% nos decía que había “mucho o bastante” y el 44%, “poco o nada”; en febrero esos valores fueron 49% y 39%, respectivamente”, señalaron desde la consultora. “Mayorías contundentes de entre 60% y 80% han calificado al evento como un hecho de corrupción donde están involucrados él y su hermana y no han dudado en evaluar el comportamiento del mandatario como malo o muy malo”, agregó Acosta, linkeando la percepción general sobre la corrupción en el Gobierno con el caso Libra.
La corrupción de los Milei y los límites del sacrificio sin horizontes
Allí hay otro aspecto para poner la lupa: el peso de Karina Milei. La Secretaria General de la Presidencia y hermana del presidente es una figura con la misma importancia que el propio Milei para el esquema libertario, pero los niveles de rechazo que genera pueden constituirse en un ancla que arrastre al oficialismo hacia abajo. Un 51% de los encuestados consideró que Karina estuvo involucrada en la estafa Libra, y su imagen negativa es del 60,6%.
Dada la relevancia para el presidente de su hermana en el proyecto que encabezan, Karina no puede ser un fusible a cortar, como en otras situaciones fueron los ya casi 70 funcionarios de relevancia que tuvieron que renunciar o fueron víctimas de la guillotina ante distintos escándalos en estos 14 meses. Al contrario, el oficialismo evalúa una candidatura para la Secretaria General de la Presidencia, para que a partir de diciembre de este año Karina tenga fueros y quede cubierta en plano judicial. El oficialismo tiene allí un nudo difícil de resolver: si la corrupción queda asociada al apellido Milei, eso podría significar el principio del fin para el experimento libertario.
SACRIFICIO SIN HORIZONTE: LOS LÍMITES DEL MODELO ECONÓMICO
El combo explosivo para el Gobierno se completa con una importante caída en las expectativas de la población en materia económica, área en la que el oficialismo se venía haciendo fuerte y desde la cual aún resiste frente a las valoraciones negativas que recibe en casi todos los demás órdenes. Un 50,3% de los consultados por Analogías dijo que su situación económica familiar y personal está peor que un año atrás, y un 30,3% dijo que está igual. El punto de comparación es febrero del 2024, cuando ya había pegado con fuerza la devaluación de diciembre del 2023 y la crisis recrudecía, por lo que el hecho que más de un 80% esté igual o peor que en ese momento pinta un panorama económico muy complejo y frente al cual el Gobierno ya no puede culpar a nadie porque es resultado de su propia gestión.
“El cuadro de expectativas económicas generales (no personales) pasó de una brecha optimista de 13 puntos en enero a solo 1,5 puntos en febrero. En la esfera económica personal las evaluaciones y expectativas combinadas mostraron una caída del “optimismo” de 7 puntos, que pasaron en bloque a tener expectativas “pesimistas”, explicaron desde Analogías. El índice combinado de expectativas económicas personales que releva la consultora mostró en febrero una contracción del 13%.
La evaluación de la gestión económica del Gobierno, sin embargo y a pesar del retroceso, es aún mejor que la de la evaluación general de otras áreas de gestión. Ante la pregunta sobre cómo calificaría el manejo de la economía de Milei, un 43% de la muestra se inclinó por la opción “Muy malo” y un 9,9% por “malo”, contra un 24,6% que opinó que el manejo es “muy bueno” y un 8,6% que dijo que es “bueno”. Cuando la pregunta apuntó a otras áreas de gestión como la salud, la educación, la ciencia o la infraestructura, el diferencial negativo crece: 45,9% dijo que el manejo es “muy malo”, 11,5% que es “malo”, y sólo el 14,1% y el 11,2% se inclinaron por “Muy bueno” y “Bueno”, respectivamente.
La corrupción de los Milei y los límites del sacrificio sin horizontes
A todo esto se suma otro de los temas que viene ganando espacio en la consideración pública: las dudas sobre la desaceleración de la inflación. Un 50,8% de la muestra opinó que el Indec no está midiendo correctamente el aumento de los precios y que la inflación real es más alta que la informada por el organismo, contra un 31,6% que respondió estar de acuerdo con el índice del Gobierno. El corazón del programa libertario se juega principalmente en este aspecto, y el crecimiento de una percepción en torno a que el oficialismo no dice la verdad sobre el movimiento de la inflación puede ser otro torpedo que impacte bajo la línea de flotación libertaria. Junto a la idea de que hay corrupción en el Gobierno, son dos elementos que amenazan estructuralmente el relato libertario.
Este cuadro puede resumirse en una pregunta formulada por Analogías y en las respuestas obtenidas por su estudio: ¿El sacrificio de estos meses está sirviendo para resolver los problemas de la economía? Las opiniones aparecen bastante polarizadas, con un 45,8% de los encuestados que se inclinó por el “No”, y un 40,7% que dijo que “sí”. Pero, nuevamente, la película resulta más interesante que la foto.
“El rendimiento político del plan de estabilización, en los márgenes, tiende a cero. Es decir, ya no recolecta apoyos. La sociedad se va dando cuenta que Milei logró estabilizar nominalmente la economía pero que no tiene fundamentos para mejorar las condiciones de vida de manera sostenida. Por otra parte, no se ve una recuperación vigorosa de la demanda y esto se traslada al cuadro de opiniones; por eso, en este informe registramos el aumento de percepciones pesimistas respecto de la situación económica. Si a esta negatividad le sumamos, por caso, la corrupción, el escándalo Libra y la imagen de un Gobierno pegándole a los jubilados, la gestión aparece claramente desaprobada”, explicó a Diagonales Marina Acosta, Directora de la consultora.
CAÍDA EN EL APOYO AL OFICIALISMO
Todo este cuadro social y económico se traduce en una caída en el apoyo al Gobierno y a Milei. “En febrero la evaluación positiva del Gobierno se redujo 3 puntos; las respuestas de “desaprobación” aumentaron 2,5 puntos”, afirmaron desde Analogías. En cuanto a la imagen del presidente, “perdió también 3 puntos nacionales y cerró febrero con un diferencial positivo neto de 2 puntos, 8 menos que el que presentó en enero”, completaron.
El retroceso se registró también entre quienes se definían como oficialistas. “A principios del mes pasado, el 24% de los encuestados nos respondió que se consideraba “oficialista”. Ese valor se redujo ahora a 20% que no pasaron a la “oposición” sino a responder mayormente “no sabe”, expresa el informe de Analogías.
Si bien la pregunta por la intención de voto aún muestra al Gobierno por encima del resto de las otras opciones electorales, la diferencia se encuentra prácticamente dentro de un margen de error: el 33,1% contestó que votaría a la fuerza de Milei contra un 30,4% que respondió que se inclinaría por el peronismo. El PRO de Macri cosechó un 10,6% que, de ir a las urnas separado del Gobierno como todo parece indicar, podría generarle un serio problema al oficialismo. A su vez, un 14,9% respondió no saber a quién votaría. Es un porcentaje alto que, en la medida en que la tendencia de falta de respuesta económicas y aumento de los escándalos del oficialismo crezca, podría inclinarse al voto opositor complicando la ecuación del Gobierno.
“Lo que observamos en la encuesta es un deterioro de la base de apoyo al gobierno en tanto han caído las evaluaciones de gestión, la imagen del Presidente y las expectativas económicas generales y personales. La caída en los ingresos y el empleo, sumada a la falta de resultados concretos en el combate contra la inflación y el escándalo Libra, han erosionado la base de apoyo al mandatario”, concluyó Marina Acosta.
De:Nicolás Baccaro Periodista. Twitter: @Nico_Baccaro