Gustavo Valls, cuarta generación de la familia que le dio nombre hace más de 70 años a la firma que se especializa en la electrificación de cercos perimetrales para los campos, habló en un mano a mano con A24.com Agro y explicó sobre la "gratificación" que le genera el momento actual de la empresa que le brinda un crucial soporte a la producción ganadera. "Somos una pyme de 45 personas, incorporamos una cuarta parte del personal en estos últimos 3 años. Eso nos permitió 'salir de la caja' y pensar en el pensamiento estratégico, que es lo que de algún modo le falta a la Argentina", resumió. El cambio al cual apostó Valls ya generó el doble de producción y ventas que había al momento de implementarse.
"Fortalecimos los mandos medios porque eso nos agregó valor. Hemos formado una sólida estructura para evitar que nos suceda lo que suele pasar en el mundo pyme: que el dueño se ponga todos los sombreros. Puede usar el de dueño, el de gerente, pero también el del operario que resuelve los asuntos más específicos. La apuesta nos dio mucho background", explicó.
El camino del cambio en la empresa que produce electrificadores rurales y dueña de la popular marca "Picana" empezó en 2019. Picana y otros productos de Valls se aplican comúnmente para ordenar la hacienda en los campos y delimitar de manera inteligente y sustentable los distintos sectores para aprovechar distintas pasturas. Es un producto muy pedido por los productores ganaderos y afianzado en ese mercado, con rápidas respuestas por parte de la empresa toda vez que algún cliente requería de los servicios para proteger su inversión.
"Somos una empresa que de algún modo fabrica el "hardware" de los productores, que ayuda a que el animal sepa que no debe acercarse al cerco que aplicamos. Cuando no se usa este tipo de tecnología es muy común que el ganado se recueste sobre el alambrado, hundiéndolo y en poco tiempo el mismo se rompa. Y eso deriva en problemas más graves", contó.
Sin embargo algo había empezado a cambiar en el horizonte que miraba Gustavo Valls, el director actual de la empresa. A Gustavo le inquietaban los vaivenes económicos del país, y sobre todo, que la compañía tradicional de su familia no pudiera sortear alguna situación de mercado inesperada que se pudiera avecinar. Situaciones que todo empresario argentino da por descontado que sucederán.
"Renovamos toda la línea de electrificadores porque hace más de 35 años que no innovábamos en el desarrollo y en un cambio de producto. Tuvimos una innovación de imagen y de marca. Pero para que eso suceda requerimos sí o sí de la llegada de inversores. Pero lo primero que hicimos con esas nuevas inversiones fue destinarlo a los nuevos recursos humanos que llegaron a la empresa", contó Gustavo Valls.
Al grupo que se conformó en su compañía eligió definirlo así: "Ahora somos una empresa con bases sólidas para el Valls del futuro que queremos ser".
La meta de llegar a un equilibrio entre lo que se produce para el mercado interno y lo que se exporta estaría a dos años de distancia. Incluso en Valls se entusiasman con que a mediados de 2023 la empresa logre uno de sus principales objetivos: permitirle a los productores saber de manera remota cuándo y dónde algún cerco electrificado de su campo tiene una falla, sin el riesgo y la pérdida de tiempo que le genera hoy en día conocer ese diagnóstico una vez que acude al lugar.
Por eso, remarca Gustavo Valls, la gran motivación para llegar a estos objetivos es poder ofrecerle al productor argentino una tecnología de alto nivel internacional y a un precio acorde al poder adquisitivo actual. Y que permita salir a competir en el exterior. Y la estructura necesaria para ello es el capital humano que se logró afianzar.
"Antes Valls era una empresa a la que le pedías y te despachaba el producto rápidamente, pero no desarrollaba mercados. Ahora pusimos gestión comercial y desarrollamos fuertemente nuestra red de distribuidores con un alcance mucho más federal, y de un año al otro duplicamos producciones y ventas", resumió.
"Es muy gratificante cuando uno ve el proceso y hace esa apuesta, porque los temores en esta Argentina son 'che, qué pasa si tomo un empleado más...'. Pero cuando vos tenés el norte claro, después podés ir un poquito más lento o un poquito más rápido. Pero siempre vas en la misma dirección. Para administrar lo que hay estuvimos nosotros toda la vida, para ese status quo estábamos ya nosotros. Pero si vos querés agregar valor, desarrollar, profesionalizar y tener gestión, hay que apostar a la gente que te va a dar ese valor", rescató.
Conectividad en los campos: un ítem fundamental
"Es frecuente viajar a 100 kilómetros de Buenos Aires y encontrarnos con que no hay conectividad dentro de los establecimientos. Lo vemos claramente, hay productos preparados para la conectividad pero no tenés señal en los campos", explica.
Hoy el mercado de la electrificación de todas manera baraja algunas alternativas de conexión local que brindan esa inteligencia en el lugar. Pero la meta de lo remoto seguirá atada al desembarco de nuevas inversiones en materia de comunicación a nivel país.
"El 5G es algo que estamos siguiendo, pero naturalmente hoy no es la primera opción porque falta inversión e infraestructura. Lo que existe en el campo es la tecnología LoRaWAN, que con una antena y algunos nodos se puede generar conexión local. Lo ideal es que el productor no deba movilizarse hacia el campo para identificar dónde está el problema de fuga de voltaje. Sino que desde el lugar en el que esté pueda saberlo remotamente. No estamos muy lejos: creemos que a mediados de 2023 podremos contar con estos sistemas remotos", expresó.
Algunas de las trabas tienen que ver con lo económico: la descripta es una tecnología que ya está en el país, pero la traen operadores externos. "Es muy caro", asegura. "Lo que buscamos es un producto 100% nacional con tecnología a la altura de la calidad internacional y a un precio accesible de un ganadero que lo convenza de incorporar tecnología y que el precio no lo espante", graficó.
¿La otra traba? La preocupación por el abastecimiento de insumos. "Está complejo el tema. Nosotros igual hemos adoptado políticas de aseguramiento de stock desde hace bastante e invertimos para asegurar la producción", indicó.
"En la Argentina cada vez que uno quiere avanzar e ir para adelante es como que se mete en un loop constante, hay que ponerse casco e ir a la trinchera y ponerte a la defensiva para poder cuidar y administrar lo poco que tenés o podés conseguir", analizó.
Y reflexionó: "Yo estoy convencido de que si una pyme no se prepara y evoluciona para los tiempos que vienen, tarde o temprano se termina muriendo. Argentina tiene un mercado que está en una región clave y tiene un potencial tan grande que a las empresas de afuera se les salen los ojos para entrar".
"Si vos no te preparás para afrontar una situación con una coyuntura mucho más libre y competir internamente con tecnología y una oferta diferente, vas a tener un problema. Si no te preparás, te va a llegar tu "Uber". Hay que detectar de dónde puede venir la uberización de tu rubro. Porque cuando entra eso sin esperarlo, quedaste mirando para arriba", cerró.
Historia de Ezequiel Morales