Coronavirus y mutaciones: cuáles son las preocupantes

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    El 10 de enero del 2020 se secuenciaba el genoma del coronavirus SARS-CoV-2, el mismo que provoca la enfermedad Covid-19. Desde entonces, la cantidad de genomas secuenciados se disparó a nada menos que 700.000. Por ahora, porque cada día se secuencias miles de genomas de coronavirus en diversos países del mundo. El causante de la Covid-19 se convirtió en el virus más secuenciado de todos los tiempos, superando a la influenza y hasta al VIH.

    Los virus mutan todo el tiempo, cambian, y a veces a esos cambios en su genética tienen consecuencias en cuanto a su capacidad de transmisión, o de resistencia a las terapias de prevención y tratamiento. La gran diferencia con otros tiempos es que la investigación científica nos muestra las mutaciones del SARS-CoV-2 casi en tiempo real.

    Fue así como en diciembre especialistas en el Reino Unido identificaron una variante distinta que se transmite más rápido y más lejos (a la que denominaron de un modo no muy comprensible, tal vez porque nunca antes miles de millones de personas estarían pendientes de los nombres de linajes de un virus, B.1.1.7) lo que llevó a cuarentenas y aislamientos más estrictos.

    La secuenciación en tiempo récord permitió rastrear la propagación de otras variantes, como las que se detectaron por primera vez en Sudáfrica (nombre: B.1.351) y en Brasil la de Manaos, denominada P.1. Estas dos últimas parecen influir en y debilitar la inmunidad otorgada por las vacunas y una infección previa.

    Tan en tiempo real es todo, que vacunas que se están aplicando ya hicieron pruebas clínicas para verificar si las sustancias a inocular son efectivas ante estas variantes, pero no se sabe mucho todavía sobre cuando de las variantes de Sudáfrica y Manaos se trata.

    Brasil y la tragedia de la pandemia

    En el caso de la P.1, que se convirtió en el linaje dominante en enero en la capital del estado de Amazonas, está además presente casi en todo Brasil (en verdad, el virus no viaja solo, sino que quienes van y vienen son las personas sin restricciones ni buenas medidas de prevención y protección). Además, ya fue hallada en otras dos docenas de países.

    La situación de Brasil en estos momentos es trágica, con fallecidos que ya superaron los 2.200 en un solo día. Esto no solo preocupa por los enfermos, los muertos y las camas hospitalarias que no alcanzan, sino porque a mayor cantidad de contagios, mayor mutación del virus y más probabilidades de que surjan nuevos linajes. Es preciso cortar la transmisión para evitar el surgimiento de una variante más riesgosa.

    Las fronteras con la Argentina

    ¿Debería la Argentina reforzar su protección fronteriza en esta situación, controlar fuertemente la entrada y la salida de viajeros? Hay especialistas que abogan por cerrar fronteras. Pero lo que decidió Presidencia el jueves último es instaurar testeos para entrar al país y aislamiento preventivo.

    El último informe del Proyecto PAIS (Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2) mostraba al 1ero de marzo que se habían detectado 4 casos de personas contagiadas con la variante B.1.1.7 (dos de circulación comunitaria), 2 con la P.1 (viajeros, y ya antes se habían rastreado otros dos) y 45 compatibles con P.2, una variante descubierta en Río de Janeiro, que está aumentado frecuencia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

    Nuevas variantes por todos lados En las últimas semanas investigadores estadounidenses han identificado una serie de nuevas variantes del coronavirus SARS-CoV-2 en diferentes estados, como por ejemplo California, Nueva York y Luisiana. Eso ha traído otro desafío: dar sentido a las variantes que se descubren. Llevan mutaciones potencialmente preocupantes y podrían volverse más comunes, pero la escasez de datos sobre cómo se propagan las variantes significa que la amenaza que representan no está clara.

    En Nueva York el virólogo David Ho identificó hace una semana una variante con una mutación que podría comprometer las respuestas inmunitarias. La variante, también conocida como B.1.526, lleva la mutación E484K que se ha encontrado en los linajes identificados en Sudáfrica y Manaos. Los estudios realizados por varios laboratorios han demostrado que el cambio de E484K, situado en una parte de la proteína Spike del coronavirus encargada de reconocer a las células huésped, debilita la potencia de los anticuerpos que normalmente pueden desactivar el virus.

    Eso podría ayudar a explicar las observaciones de que esas están detrás de los casos de reinfección (personas que ya tuvieron la enfermedad Covid-19 y que, pasados unos pocos meses, vuelven a contagiarse) y reducción de la eficacia de la vacuna en ensayos.

    Los primeros casos de la variante B.1.526 aparecieron en noviembre, aumentaron su incidencia al 5% del total de casos de la ciudad a mediados de enero y llegaron al 12% en febrero. En las bases de datos públicas de secuenciación, los investigadores encontraron B.1.526 en la costa noreste de los Estados Unidos y hasta en Singapur.

    En los Estados Unidos aumentaron tanto la secuenciación de genomas del coronavirus que los investigadores están hallando variantes con mutaciones nuevas o raras veces vistas. Las variantes tienen nombres de aves, y son varias: Pelican, Robin, Yellowhammer y Mockingbird. Sin embargo no se sabe aún si estos nuevos linajes deberían generar preocupación porque los virus mutan de manera casi constante.

    Mantener la calma

    Cuando aparecen ciertos grupos de mutaciones que están asociadas a cambios biológicos del virus y en caso de generarse alguna información adicional epidemiológica que sugiera alguna diferencia significativa con respecto del resto del virus circulante, los especialistas empiezan a hablar de “variantes de interés”. Y solamente cuando se acumula información epidemiológica y fenotípica, especialmente experimental que sustente hipótesis de que hay mayor transmisibilidad y/o de escapar a la acción de vacunas, se habla de “variantes de preocupación”.

    “En este momento según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen en todo el mundo únicamente 3 variantes que reúnen evidencia filogenética/genética, epidemiológica y fenotípica para clasificarlas como preocupantes, denominadas 501Y.V1 (establecida originalmente en el linaje B.1.1.7 en Reino Unido), 501Y.V2 (establecida originalmente en el linaje B.1.531 en Sudáfrica) y 501Y.V3 (establecida originalmente en el linaje B.1.1.28 en Manaos, Brasil)”, puntualiza el virólogo Humberto Debat, investigador e integrante del Proyecto PAIS.

    Respecto de las variantes descriptas en los Estados Unidos en las últimas semanas, Debat especifica: “Al menos hasta ahora solo hay evidencia preliminar de unas pocas variantes que revisten un estatus de interés. Entre ellas se destacan al menos dos detectadas en California y en New York. La primera, también denominada CA VUI1, CAL.20C surge de los linajes B.1.429 y B.1.427 y sus marcadores centrales son una mutación en la posición 452, particularmente L452R de la proteína Spike, que se asocia con la expansión de nuevas variantes y en la disminución de neutralización por anticuerpos monoclonales y sueros de convalecientes, pero que por supuesto también está presente en muchos otros linajes de reciente expansión a nivel mundial”. Los virus de estos linajes ya representan el 23% (B.1.429) y el 11% (B.1.427) de todos los casos secuenciados de California.

    Según Debat, es importante destacar que las primeras detecciones de estas variantes datan de mediados del año pasado, por lo que a diferencia de las variantes de preocupación que surgieron en el último trimestre del año y remplazaron abruptamente otros virus circulantes, hay muy poca evidencia que sugiera que estas variantes de California hayan aumentado rápidamente su prevalencia o de que sean más transmisibles.

    Cual de estas variantes predominará es una incógnita, pero a medida que aumenta la vacunación las variantes susceptibles como B.1.1.7 podrían disminuir, mientras que aquellas que pueden evadir parcialmente la inmunidad podrían provocar brotes regionales.

    La efectividad de las vacunas

    La variante B.1.1.7, descripta en Reino Unido a fines del 2020 y que ya circulaba en el mes de septiembre, tiene una mayor capacidad de transmitirse y puede generar cuadros más graves de Covid-19. Sin embargo, los laboratorios Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca aseguran que sus vacunas mantienen su capacidad inmunizadora luego de aplicadas las dos dosis.

    Sin embargo, hay una mutación de esta misma variante (E484K), y que también está presente en el nuevo linaje B.1.351 (el hallado en Sudáfrica), que preocupa porque sí podría disminuir la efectividad de las sustancias inmunizadoras. Pfizer y Moderna comprobaron que sus vacunas son seis veces menos efectivas frente a esta variante que ante la original del SARS-CoV-2. Y anunciaron que trabajan en desarrollar adaptaciones que neutralicen mejor a esta variante. La protección de la vacuna de Oxford/AstraZeneca es apenas del 10% en este caso.

    En cuanto a la vacuna SputnikV, los investigadores rusos que han realizados ensayos al respecto aseguran que la vacuna es eficiente contra las variantes descriptas en Reino Unido y en Sudáfrica.

    Sobre la variante P.1, la de Manaos, hay muy pocos datos. Aunque por ahora hay cierta preocupación, teniendo en cuenta que parece provocar un impacto parecido a la sudafricana en la efectividad de las vacunas.

    Por: ANDREA GENTIL

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