Treinta y tres kilómetros de estanterías, más de 35.000 volúmenes y 12 siglos de documentos. Al lado de la Biblioteca Apostólica y justo al norte de la Capilla Sixtina, los archivos secretos del Vaticano son sin duda uno de los documentos históricos más increíbles que existen en el mundo de hoy en día.
Aunque "archivos secretos" proviene de una mala traducción de la palabra latina "secretum", que en realidad significa "privado", podríamos decir que fueron diseñados para albergar los documentos oficiales de la Santa Sede junto con la correspondencia y otra información relacionada con el Papa.
El secretismo en torno a dichos escritos ha dado luz a múltiples teorías de la conspiración a cada cual más disparatada. La más extendida, que el Vaticano custodia seres de otros planetas y que los archivos son en realidad planos de naves extraterrestres. Pero no, nada de eso: contienen los tesoros más impresionantes de la Iglesia Católica datados a partir del siglo VII.
Por ejemplo, la carta de la reina escocesa María Estuardo (más conocida como Mary Queen of Scots), ejecutada justo después de ser obligada a abdicar de su trono. Momentos antes de morir, envió una misiva desesperada al Papa Sixto V implorando clemencia, pero fue inútil, ya que este no intervino y murió decapitada el 8 de febrero de 1587.
Los archivos permanecieron cerrados a los eruditos hasta 1881, cuando el Papa León XIII introdujo importantes reformas en el seno de la Iglesia Otro documento de incalculable valor histórico de los archivos es el que cambió literalmente la historia de la religión, aquel que recoge la burla papal llamada 'Decet Romanum Pontificem' por la que el Papa León X excomulgó y expulsó de la fe católica a Martín Lutero, el teólogo alemán que inspiró la Reforma Protestante y escribió sus famosas '95 Tesis' contra la Iglesia Católica clavadas en la Iglesia del Palacio de Wittenberg como una abierta invitación al debate.
Una de las curiosidades de estos archivos es que hasta 1881 nadie tenía acceso a ellos, ni siquiera los estudiosos del cristianismo. Fue entonces cuando el Papa León XIII, conocido por implementar una serie de importantes innovaciones en el seno de la Iglesia Católica, lo sacó a la luz de los investigadores. Uno de sus mayores problemas es su falta de legibilidad y accesibilidad, ya que de esos 33 kilómetros de estanterías solo se pusieron a disposición unas pocas páginas escaneadas. Si quisieras profundizar y leer algo más ya tendrías que solicitar un acceso especial, viajar hasta Roma y recorrer cada página a mano.
Pero un revolucionario proyecto fruto de los avances tecnológicos más vanguardistas ha cambiado por completo la forma de acceder a ellos. La herramienta denominada como 'In Codice Ratio', se trata de un programa digital construir a partir de un software de inteligencia artificial y otro de reconocimiento óptico de caracteres (OCR) con el objetivo de explorar a través de los archivos y hacer que sus transcripciones estén disponibles por primera vez. Aunque el OCR ha sido utilizado para escanear libros y otros documentos impresos de hace años, no sirve para el material de los Archivos Secretos.
El problema radica en que divide las palabras en una serie de letras e imágenes para luego buscar espacios entre las letras. Después, compara cada imagen de letra con el banco de caracteres alojado en su memoria. Más tarde, el software traduce la letra en código informático (ASCII), lo que consigue que el texto se pueda buscar.
Desgraciadamente, este proceso solo funciona con texto tipográfico. Resulta pésimo para cualquier cosa escrita a mano, como la gran mayoría de los Archivos. Varios informáticos y científicos han intentado evitar este problema desarrollando el OCR para reconocer palabras completas en lugar de letras.
Esto funciona bien tecnológicamente, pero poner todos estos sistemas en funcionamiento requiere de enormes bancos de memoria, ya que tendrían que reconocer imágenes de miles y miles de palabras comunes, lo que significa que se necesitaría un gran equipo de eruditos con amplios conocimientos en latín medieval para revisar documentos antiguos y capturar imágenes de cada palabra.
De hecho, precisaría de varias imágenes de cada uno de los caracteres para explicar las peculiaridades de la escritura a mano o la mala iluminación, entre otras variables.
Para llegar a una comprensión definitiva, un equipo de cuatro investigadores de la Universidad de Roma Tre formado por Paolo Merialdo, Donatella Firmani, Elena Nieddu y Marco Maiorino han desarrollado una técnica aplicada al programa In Codice Ratio para añadir una innovación especial llamada "segmentación en rompecabezas". Este proceso divide a las palabras en trazos individuales y no en letras. El software luego talla la unión de las letras para que así arroje un resultado en forma de una serie de piezas de rompecabezas, de tal forma que se pueda leer y comprender todos esos legajos de un tiempo muy remoto pero a la vez muy cercano.