Has oído hablar de los club swinger, incluso puede que tengas amigos, en pareja o solteros, que los frecuenten. Siempre te ha corroído la curiosidad pero no te has atrevido, por diversas razones: moral, miedo a dejarte llevar, pudor, temor a que alguien pueda reconocerte.
Nosotros te estamos animando a que si tienes pareja, acudas a un club de intercambio y pases horas de sexualidad libre con otros adultos responsables. Con el post de hoy queremos animarte a quitarte los miedos de la espalda y a atreverte a entrar en un club swinger. ¿Por qué? Pues porque te da morbo y es bueno tener la mente abierta y querer descubrir cosas nuevas. Es bueno y lícito, no hay que llevarse las manos a la cabeza por ello.
Quizás pases simplemente por ahí para echar un vistazo, quizás si vas con tu pareja acabes en un reservado dándole gusto al cuerpo y quizás simplemente no pase nada, pero al menos, habrás descubierto un entorno nuevo. Aquí van nuestras razones para traspasar las puertas de estos tipos de clubes.
¿quién te dice que si vas acompañado esta experiencia no permitirá vivir una sexualidad más libre?
6 RAZONES POR LAS QUE DEBES DE VISITAR UN CLUB SWINGER
Es un sitio mucho más respetuoso de lo que te imaginas. Cualquier discoteca es mucho más irrespetuosa. En el club liberal impera una regla: no es no. Y no se insiste: es decir, si alguien te propone sexo y tú no quieres, no tendrás que echar mano de grandes argumentos para que te deje tranquilo. Lo entenderá a la primera.
Ver a otros practicando sexo es EXCITANTE. No lo niegues: si te excitan las películas porno, ¿cómo no va a excitarte ver a parejas, tríos o lo que sea que surja, teniendo sexo en un club? Si decides unirte a la fiesta (o te invitan), estupendo y si no, al menos se te habrá erizado el vello (y algo más).
Dejarse llevar es muy saludable. Vivimos atrapados en una sociedad que presta atención en: la moral, la religión, el trabajo, la familia… ¡las corbatas que te pones cada día! Dejarse llevar a veces es muy saludable. Recuperas lo que al fin y al cabo somos todos en nuestra base, puros animales. Así que sentirse un ratito (siempre acordándote del respeto eso sí) como si estuvieras en Sodoma y Gomorra no está nada mal.
Te abrirá la mente. A veces juzgamos a los demás y les ponemos etiquetas por puro miedo, por desconocimiento. En estos clubes nadie te va a obligar a hacer nada que no quieras hacer, así que siguiendo esa premisa, ¿por qué no ir a descubrir cosas nuevas que a buen seguro te harán tener una mentalidad más tolerante? Además, descubrirás que su público es mucho más “normal” de lo que pensabas a primera vista: jóvenes, mayores, casados, solteros, clase alta, clase media… Hay de todo.
Si vas acompañado y a los dos les gusta, quizás acaben disfrutando de una buena sesión de sexo. Las parejas abiertas saben separar lo que es el amor del sexo y entre sus reglas no caben los celos. Puede que lo entiendas o no y puede que tal vez no sea tu forma idónea de vivir en pareja, pero, ¿quién te dice que si vas acompañado esta experiencia no permitirá vivir una sexualidad más libre? Y no hablamos de que os vayáis a enrollar con otros, sino de que a lo mejor acabéis tan excitados viendo todo ese sexo a vuestro alrededor que os encerréis en uno de los cuartos a dar rienda suelta a vuestras fantasías, invitando a otros a veros/participar o no.
Te servirá para tener una experiencia diferente. Imaginemos que solo fuiste como curioso. Que nadie te propuso sexo y que ni se te había pasado por la cabeza hacerlo. Fuiste en plan esponja, para empaparte visualmente de todo lo que ahí pasaba. Míralo así: al menos tendrás una buena experiencia y podrías aprender uno que otro movimiento.