Suele ser común pensar en los personajes destacados de la historia como protagonistas constantes en actos solemnes e importantes. Y en estos se incluye la muerte.
El arte y las narraciones más sonadas sobre la muerte de reyes a lo largo de la historia nos ha retratado bien una ceremonia suntuosa en la que los presentes lloran la pérdida de un gobernante, o el heroico militar que pierde su vida en batalla luchando por su nación y la población para la que gobierna.
La realidad del pasado suele mostrarse de una manera más natural, con sus momentos majestuosos, pero también están las ocasiones modestas. Precisamente la muerte es el elemento que iguala a todos los seres humanos.
Para morir solo se necesita estar vivo. Y, por supuesto, no todos los reyes y gobernantes destacados tuvieron un final solemne y digno de un cuadro en el Museo del Prado.
Sin ir más lejos, en la historia de España tenemos algunos ejemplos de reyes que murieron de una manera... vamos a decir patética. Cabe aclarar que nos referimos al territorio de la actual España, con los distintos reinos que se suelen estudiar en la historia del país que, sin embargo, no existía como tal durante el reinado de los monarcas aquí mencionados.
Por:Fran Navarro