Estas afirmaciones, tan comunes en nuestro día a día, se convierten en una fuente de frustración y baja autoestima, transformando un acto tan simple como vestirse en una experiencia frustrante.
Yo misma, antes de dedicarme a la asesoría de imagen, me vi atrapada en este círculo vicioso. Frases como "Toda la ropa es para altas" o "Ningún pantalón me cierra" limitaban mis opciones y me impedían encontrar un estilo que me hiciera sentir bien.
Te cuento que mido 1.50 cm. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que estas frases recurrentes no eran más que pensamientos que me cerraban posibilidades. ¿Acaso todas las mujeres altas se sienten seguras de sí mismas?
La realidad es que muchas de ellas, incluso aquellas a las que admiraba por su altura, también les pasaba que no conseguían un pantalón para su largo de piernas. En definitiva, esas frases están en todas nosotras.
La mirada de los demás y, sobre todo, la mirada que tenemos de nosotras mismas, tiene un gran impacto en nuestra autoestima. El lenguaje que utilizamos a diario juega un papel fundamental en esta construcción. Si constantemente nos repetimos frases como “nada me queda bien”, es probable que el compromiso, esté puesto en que nada me quede bien y estaremos limitando nuestras posibilidades y evitando sentirnos bien.
¿Se puede romper este ciclo? ¡Claro que sí! Podés comenzar cuestionando tus pensamientos ¿De dónde provienen esas ideas sobre qué te queda bien y qué no? ¿Son realmente ciertas o son simplemente prejuicios que has interiorizado? Te invito a preguntarte… ¿a cuántos lugares fuiste a buscar? ¿cuántas veces te probaste hasta encontrar el pantalón (o prenda) que te quede y haga que te sientas bien?
Te animo a experimentar con colores, texturas y siluetas que quizás no hayas considerado antes. La asesoría de imagen me demostró que vestirnos no es solo una cuestión estética, sino también una forma de expresarnos y de sentirnos bien.
Hace más de 7 años incorporé Coaching en Imagen y aprendí que cuando comenzamos a mirarnos con palabras diferentes, nuestro interior refleja nuestro exterior. Si te sirve, explorá en ¿cómo te relacionás con tus prejuicios? Si ¿son actuales o son de otra época de tu vida? Si ¿el lenguaje que utilizás te acerca al objetivo de vestirte con entusiasmo? Al fin y al cabo, es algo que hacés todos los días y podés elegir como hacerlo.
De: Natalia Nanni Asesora de Imagen