Varias provincias de Afganistán emitieron circulares para prohibir a los hombres afeitarse o recortarse la barba y que las mujeres tengan smartphones, pero el Ministerio de Cultura indicó que no se trata de una postura oficial de los talibanes y destacó que la nota es inválida, en una nueva contradicción o brecha entre lo que afirma u ordena el Gobierno nacional y las autoridades locales tras la vuelta al poder de los islamistas.
Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión afgana Tolo TV, las notas circularon entre la población en las provincias de Helmand, Kapisa y Tajar, y fueron confirmadas por declaraciones de residentes en estas zonas.
Residentes de Kapisa destacaron que el departamento provincial del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio -que reemplazó al Ministerio de la Mujer tras la toma del poder por parte de los talibanes el 15 de agosto- prohibió a los hombres afeitarse o recortarse la barba al indicar que se trata de un pecado.
"Nos han dicho que no afeitemos ni recortemos la barba con estilo. Quien viole esto hará frente a castigos legales", declaró Alem, un peluquero de esta provincia, informó a agencia de noticias Europa Press. La orden fue la misma en los departamentos provinciales de Helmand y Tajar.
Las autoridades indicaron que empezarán a aplicar la Constitución afgana de 1964 -anulada en 1973-, aunque especificaron que sólo lo harán "de forma temporal" y en aquellos artículos "que no contradicen la 'sharia'"
Sin embargo, Inaamulá Samangani, miembro de la Comisión Cultural del Ministerio de Cultura e Información, destacó que "el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio ha anunciado oficialmente que este comunicado no fue publicado por el ministerio y que está en redes sociales que no pertenecen al Ministerio".
Por otra parte, el periodista afgano Sadula Salehi hizo hincapié en que parte de la población aplaudió otras restricciones incluidas en la circular, como las relativas a la limitación de gastos en las bodas y la prohibición de realizar disparos al aire durante las celebraciones, que dejaron numerosas víctimas durante los últimos meses.
En tanto, las autoridades indicaron que empezarán a aplicar la Constitución afgana de 1964 -anulada en 1973-, aunque especificaron que sólo lo harán "de forma temporal" y en aquellos artículos "que no contradicen la 'sharia'" (ley islámica).
La Constitución de 1964 estuvo vigente durante el reinado de Muhamad Zahir Sah y también fue aplicada de forma temporal durante los primeros cinco años de mandato de Hamid Karzai una vez finalizado el Emirato Islámico tras la invasión estadounidense en 2001.
La Carta Magna limita la rendición de cuentas a ciudadanos y parlamentarios y dejaba al rey Zahir Sah al margen, algo similar a lo que ocurre ahora con el líder de los talibanes, el mullah Hebatulá
La actual Constitución afgana, rechazada por los talibanes, es considerada una de las más avanzadas de la región porque consagra una serie de libertades y derechos para sus ciudadanos. Los talibanes ya dijeron que trabajan para enmendarla.
Desde que se hicieron con el poder a mediados de agosto tras entrar en Kabul poco después de la huida del país del entonces presidente, Ashraf Ghani, los talibanes formaron un nuevo Gobierno, marcado por la falta de mujeres y de representantes de otros grupos políticos de Afganistán.
Además durante los últimos días se conocieron ejecuciones, un castigo que el movimiento islamista solía utilizar de manera común en los 90, cuando gobernó el país en la segunda mitad de la década.
El sábado pasado cuatro secuestradores muertos durante una operación en la ciudad de Herat "como ejemplo" fueron colgados en diferentes plazas.