El líder supremo, Ali Jamenei, firmó los indultos de 2.200 presos, entre los que había 43 esperando a ser ejecutados. Se debió a las las celebraciones de Eid al-Ada (la fiesta del sacrificio), y del Ghadir, otra de las festividades importantes de la comunidad chiita.
Situado entre los países con más ejecuciones del mundo, con en 2020 llegaron casi a un promedio de una por día, Irán vivió en las últimas horas el fenómeno inverso: el de un indulto en masa, que alcanzó a miles de condenados y entre ellos había decenas que ya tenían turno con la horca. En consecuencia, mirarán el sol de este domingo sintiéndolo más brillante que nunca...
Según se indicó, el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, firmó la conmutación de penas de más de 2.200 presos, con motivo de la celebración de importantes fiestas musulmanas, y según se indicó de ese total de indultados, más de 800 presos ya fueron liberados y se fueron a casa.
Irán: ejecutarán a un luchador que habría confesado un crimen bajo tortura
El informe destacó que entre esos 2.200 indultados, había 43 reos condenados a muerte y en camino a la horca. La cifra de indultos fue anunciada por Mizan Online, el sitio web de la Autoridad Judicial iraní, indicando que la decisión humanitaria de Jamenei se enmarcó en la festividad de Eid al-Ada (señalada como la fiesta del sacrificio), y de Ghadir, otra de las festividades importantes para los musulmanes chiitas.
Cada año, Jamenei concede varios indultos colectivos con motivo de las fiestas religiosas o nacionales más importantes, aunque también debe consignarse que el sistema judicial iraní es muy duro y ha recibido múltiples de críticas de entidades de derechos humanos como Amnesty, que denuncian que muchas de las confesiones a la que se atiene la justicia para imponer esas pesadas condenas, incluso a muerte, se obtienen bajo torturas.
Uno de los casos más salientes de esas ejecuciones ocurrió en 2011, cuando la ciudadana de origen iraní-holandesa Zahra Bahrami fue ahorcada generando un conflicto diplomático con los Países Bajos, dado que el gobierno iraní les dijo a sus delegados diplomáticos que "el caso estaba siendo revisado", y Bahrami fue ahorcada 24 horas más tarde, sin siquiera haber podido hablar con un abogado o sus familiares.