El Partido de los Trabajadores (PT) anunció la candidatura del exmandatario brasileño, quien llamó a "derrotar" al actual presidente en las elecciones del 2 de octubre para "recuperar la democracia". Esta será la sexta ocasión en la que el político luchará por ser el líder de Brasil, después de tres intentos fallidos (1989, 1994 y 1998) y dos victoriosos (2002 y 2006). Pero esta vez, según los sondeos regionales, se perfila como el favorito para la presidencia.
La convención en la que se hizo oficial la candidatura de Lula fue un acto de bajo perfil, celebrado en un hotel de Sao Paulo a puerta cerrada, mientras que el líder progresista encabezaba un mitin en la ciudad de Recife, a 2.600 kilómetros de distancia, en el que arremetió contra Bolsonaro.
"No nos enfrentamos a una elección común, enfrentamos a un fascista cercado de milicianos por todos lados y necesitamos derrotarlo para recuperar la democracia", afirmó el exgobernante (2003-2010) en un acto con el mundo de la cultura, en el que estaba acompañado del liberal Geraldo Alckmin, su candidato a vicepresidente.
Lula, quien es el favorito para las presidenciales del 2 de octubre según todos los sondeos electorales, explicó que se presenta por sexta vez a la carrera presidencial con la intención de "arreglar" a Brasil y hacer "más y mejor" las cosas que en los ochos que ocupó la Presidencia.
"Podría quedarme en casa, guardarme el título de mejor presidente de la historia de Brasil y vivir los últimos años de mi vida, pero estoy viendo un país siendo destruido", señaló.
Sin embargo, advirtió que el país está hoy en peores condiciones que cuando asumió el poder por primera vez en 2003, con "una deuda, una inflación (de casi el 12 %) y un desempleo (11 %) mayores", en medio de "la destrucción de instituciones y el desmonte de políticas públicas", que atribuyó a la gestión de Bolsonaro.
Por ello, anticipó que, si gana las elecciones, tendrá que hacer algo "diferente" porque "si solo se piensa en política fiscal y techo de gastos" estarían "acabados".
Lula se acuerda de Argentina
En ese punto expresó su temor a que le pase como al presidente de Argentina, su "amigo" Alberto Fernández, quien ganó las elecciones de 2019 con "la perspectiva de resolver" los problemas económicos de su país, pero "no lo consiguió" por la millonaria deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que -subrayó- heredó del mandato de Mauricio Macri.
Fernández "se preocupó en resolver el problema del FMI, que sólo molesta cuando la crisis es en un país pobre", manifestó Lula, quien dijo tener "autoridad moral y experiencia política" para encontrar soluciones para Brasil.
"Mañana, este Brasil va a volver a ser el país de nuestros sueños, con cultura, empleo, ocio y en el que todos ayudan a construirlo", concluyó ante sus simpatizantes en la capital del estado de Pernambuco.
De la cárcel a favorito en los sondeos
Esta será la sexta ocasión en la que el antiguo tornero mecánico luchará por ser el presidente de Brasil, después de tres intentos fallidos (1989, 1994 y 1998) y dos victoriosos (2002 y 2006).
En 2018, año en el que ganó Bolsonaro, también aspiraba a buscar la Presidencia, pero la Justicia electoral se lo impidió al estar condenado por corrupción.
Pero en marzo de 2021 su vida dio un vuelco de 180 grados cuando recuperó sus derechos políticos gracias a un fallo de la Corte Suprema que anuló las dos sentencias que pesaban en su contra y por las llegó a pasar 580 días en prisión.
Desde entonces, la candidatura de Lula era un hecho e incluso el propio exmandatario se postuló de forma informal en un evento solemne el pasado 7 de mayo en Sao Paulo, al que acudieron cientos de simpatizantes llegados de diferentes partes de Brasil, si bien solo este jueves fue oficializada por el PT en la convención que tuvo lugar en un hotel de Sao Paulo.
La celebración de las convenciones partidarias son un paso imprescindible dentro del proceso electoral brasileño, pues en ellas se definen los nombres que van a disputar los cargos electivos con vistas a las elecciones presidenciales, regionales y legislativas.
El Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués) inauguró en la víspera el ciclo de convenciones en Brasil, con la proclamación de Ciro Gomes, tercero en los sondeos, como su candidato presidencial.
El domingo será el turno de Bolsonaro, que será proclamado candidato del Partido Liberal (PL) en un acto en Río de Janeiro, cuna política del líder ultraderechista y mayor adversario político de Lula.