Contratistas privados como el Grupo Wagner está reclutando en las cárceles para reponer las miles de bajas de la invasión. Activistas denuncian que los envían como carnada
¿Cuánto cuesta la libertad? ¿Suficiente para arriesgar la vida en el frente de batalla? Ese es el dilema al que se enfrentan miles de prisioneros rusos, a los que les ofrecen salir de la cárcel con tal de que se unan a las tropas de Vladimir Putin en la invasión a Ucrania.
A casi seis meses del inicio de la guerra, Moscú ha mostrado varias señales de problemas para engrosar sus filas. Al comienzo, reconoció que usaba reclutas jóvenes entre sus tropas sin entrenamiento. Luego sacó del retiro a militares mayores, una especie de “ejército de abuelos” de antiguos reservistas para reemplazar a las bajas y a los oficiales que no renovaban sus contratos. Y recientemente se conoció que ofrece entre 3 mil y 5 mil dólares a quienes se unan a sus batallones voluntarios.
Lejos de las proyecciones que aseguraban que el conflicto duraría pocas semanas, Putin ahora ha puesto la mira en las cárceles.
Una investigación de CNN halló que las ofertas se repiten en centros penitenciarios de todo el país, desde condenados por narcotráfico hasta asesinos.
Varios de los presos revelaron a sus familias por chat que habían recibido las propuestas, según los mensajes a los que accedió la cadena estadounidense, acompañado de una oferta económica que hace más tentadora la idea de arriesgar la vida en otro país.
“En mi caso, si es real, me parece bien. Puede suponer una diferencia real para mí: estar encarcelado durante casi una década, o salir en seis meses si tienes suerte. Pero eso es si tienes suerte. Solo quiero volver a casa con los niños lo antes posible. Si esta opción es posible, ¿por qué no?”, reflexiona un preso que habla desde su estrecha celda con CNN, bajo condición de anonimato con un teléfono de contrabando.
“Aceptarán asesinos, pero no violadores, pedófilos, extremistas o terroristas”, aclaró. Las ofertas varían, de entre 100.000 o 200.000 rublos (1.600 a 3.300 dólares).
Días atrás, el activista en el exilio Vladimir Osechkin había denunciado la búsqueda de “voluntarios” en los centros penitenciarios. Según señaló, a las familias se les ofrece un pago de más de 80 mil dólares si es que morían en la guerra, pero no había ninguna seguridad de que la promesa se cumpla, al no haber documentos oficiales.
Según describió Osechkin, los presos, a los que no se les pide experiencia militar previa, podrían formar parte de “batallones carnada”, enviados a zonas expuestas para que, al ser atacados por los ucranianos, se revele la posición del enemigo para un contraataque.
Las ofertas llegan de parte de hombres no identificados que formarían parte de una empresa de contratistas militares privados. Activistas y presos apuntan al Grupo Wagner, que hace todo lo que el Ejército, en teoría, no puede hacer legalmente.
Uno de las conversaciones a las que accedió CNN muestra el intercambio entre un preso que decidió aceptar la propuesta, pero le pide a su hermano que no le cuente a su madre. “Sé que vamos a la prisión número 12 y una vez nos reunimos allí en Rostov durante 2 semanas, donde hay un centro, y luego al territorio. Estoy dispuesto a ir. Muchas opciones [en la vida], pero ahora solo hay una. Por eso acepté”, explica. Cuando su hermano le dice que podría trabajar y estudiar sin moverse de la cárcel, el preso responde: “Ya soy demasiado viejo para esa mierda”.
De: Infobae