El presidente de Rusia, Vladímir Putin, marcó ayer nuevas líneas rojas a Occidente en los mares Negro, Báltico y el Ártico con la aprobación de una nueva doctrina naval y el anuncio de que la Armada rusa recibirá en los próximos meses los nuevos misiles de crucero hipersónicos Tsirkon, que “no tienen análogos en el mundo” y que superan hasta nueve veces la velocidad del sonido con un alcance prácticamente ilimitado.
“Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto económicas como estratégicas, que son vitales”, aseguró en un breve discurso con motivo del Día de la Armada en la ciudad rusa de San Petersburgo. “Principalmente, se trata de nuestra zona ártica, las aguas de los mares Negro, de Ojotsk y de Bering, y los estrechos del Báltico y las Kuriles. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios”, subrayó.
“La flota cumple con éxito y honor las misiones estratégicas en las fronteras de nuestro país y en cualquier lugar del océano [...]. Se perfecciona constantemente. La zona en la que servirá el buque equipado con los misiles hipersónicos Tsirkon [la Fragata Almirante Gorshkov] se determinará dependiendo de los intereses a la hora de garantizar la seguridad de Rusia”, ha resaltado.
“La Patria es una noción sagrada para todos nosotros, y defenderla es un deber y el sentido de la vida para cada uno de nosotros”, añadió el líder del Kremlin.
La nueva doctrina pone negro sobre blanco la ambición de Moscú de ser una “gran potencia marítima” y señala como principal amenaza a su seguridad tanto “la política estratégica de Estados Unidos de dominar los océanos del mundo” como la expansión de la OTAN cada vez más cerca de las fronteras con Rusia. También marca el Océano Ártico como área de particular importancia. Estados Unidos acusa desde hace años al Kremlin de tratar de militarizar esa zona.
Putin no ha mencionado la guerra en Ucrania durante su breve discurso, pero la nueva doctrina aboga por “un reforzamiento completo de la posición geopolítica de Rusia” en los mares Negro y de Azov. El dirigente ruso también ha conectado pasado y presente al alabar en San Petersburgo, a quien la fundó en el siglo XVIII, el zar Pedro el Grande, porque convirtió a Rusia en una gran potencia marítima e incrementó su estatus mundial. “¡Saludos, camaradas! ¡Les felicito por el Día de la Armada!”, dijo Putin a bordo de la lancha, con la que surcó las aguas del Golfo de Finlandia, acompañado por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. Al mismo tiempo que Putin firmaba la nueva doctrina militar, Rusia acusó a Ucrania de atacar con un dron el cuartel de la flota rusa del Mar Negro, en Sebastopol, en la península ucraniana de Crimea, que se anexionó en 2014. Al menos seis personas han resultado heridas, explicó Mijaíl Razvozháev, gobernador de Sebastopol.
Y en el sur de Ucrania, en la ciudad de Mikolaiv, las autoridades hablaron de bombardeos rusos masivos durante la madrugada, que el gobernador de la región, Vitali Kim, describió como “los más intensos” en los cinco meses de guerra. En los ataques han muerto dos civiles, identificados por Kim como Oleksiy Vadaturski, fundador y propietario de Nibulon, una de las principales compañías productoras y exportadoras de grano, y su esposa.