Cada vez más niños están muriendo en Somalia en medio de la peor sequía que ha azotado al país en 40 años. Funcionarios del gobierno dicen que una catástrofe aún mayor podría ocurrir en cuestión de días o semanas, a menos que llegue más ayuda.
Las lágrimas se deslizaron por las mejillas hundidas por el hambre de Dahir, de 11 años.
"Solo quiero sobrevivir a esto", dijo en voz baja.
Sentado junto a la carpa improvisada de la familia, en la polvorienta llanura a las afueras de la ciudad de Baidoa, su agotada madre, Fatuma Omar, le dijo que no llore.
"Tus lágrimas no traerán de vuelta a tu hermano. Todo estará bien", afirmó.