De ser un territorio de beduinos nómadas, los Emiratos Árabes Unidos se convirtió en uno de los países más ricos del mundo.
En 1971, Estados Unidos invadía Vietnam, la Revolución Cultural de Mao había llegado a su fin, la resistencia al sistema de segregación racial apartheid en Sudáfrica y Namibia se intensificaba, los movimientos estudiantiles cuestionaban el poder, The Beatles se había desintegrado… En medio de esa convulsión política y social, el chileno Pablo Neruda recibía el Premio Nobel de Literatura, la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética –junto con una ola gigantesca de descubrimientos sobre el espacio– estaba en su apogeo, y el primer intercambio de correos electrónicos se llevaba a cabo, logro que, en su momento, varios pensaron que se trataba de algo insignificante.
Mientras tanto, el 1 de diciembre de 1971 en la península arábiga, en el “empeine de la bota”, se firmaba el acuerdo de unión de seis emiratos: Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Sarja, Umm al-Qaywayn y, meses después, Ras al-Jaima, el séptimo aliado.
Conservación de la historia
En el número 1 de la calle Jumeirah en la ciudad de Dubái se encuentra un edificio con forma de papel curvado. No es un atractivo más de esta metrópoli exuberante, sino que se trata del sitio donde ocurrió una de las alianzas más importantes del siglo XX: el nacimiento de una nación.
El Museo Etihad (unión en árabe) alberga la Casa de la Unión, donde se firmó aquel acuerdo y se erigió la primera bandera de los entonces nuevos Emiratos Árabes Unidos (EAU). Los colores que ondean de manera horizontal son:
Verde, que simboliza la fertilidad
Blanco, que es la neutralidad
Negro, que significa riqueza petrolera
Rojo, que representa la unidad.
El sitio cuenta con ocho pabellones que relatan –con fotografías, videos y hasta artículos personales de personajes históricos– la memoria social, política, cultural, científica y militar de sus antecedentes, su formación y consolidación. El papel curvado de la construcción simula el manuscrito en el que firmaron los siete emiratos, que a su vez están representados en el mismo número de pilares que soportan el edificio diseñado por la firma canadiense Moriyama & Teshima.
Del desierto a los rascacielos
Entre 1853 y 1971, lo que hoy día conocemos como EAU, pertenecía a los Estados de la Tregua, donde también estaban los territorios de Catar y Baréin. Antes de la llegada del Imperio británico, la región sufrió por décadas los abusos de la piratería; de hecho, era conocida como “la costa de los piratas”. Gracias a la alianza pactada con los ingleses, estos territorios tendrían protección.
Sin embargo, al iniciar el siglo XX y frente a un mundo sacudido por las guerras y los movimientos sociales, ciertos protectorados ingleses comenzaron a resultar costosos, por lo que la Corona británica empezó a retirarse de manera controlada de varias regiones –como sucedió en Afganistán, Nigeria y Kuwait–, pero con algunos enclaves aún en función. Luego, en 1958 y 1966 se descubrieron importantes reservas de petróleo en Abu Dabi y Dubái, lo que propulsó la independencia y unión de los emiratos.
Después de los hidrocarburos
A partir del crecimiento y exposición del país gracias a sus hidrocarburos, es probable que lo primero que se venga a la mente cuando escuchamos Emiratos Árabes Unidos sean edificios colosales, islas artificiales, ciudades cosmopolitas y tecnología de punta, pero esa es una imagen reciente que, ade- más, no corresponde con todos los emiratos, sino solo con Dubái, Abu Dabi y, en menor medida, Sarja, ya que el resto conservan un carácter más austero y clásico.
El gobierno de EAU es una monarquía federal de siete estados (emiratos), cada uno regido por su emir, que podría entenderse como un “gobernador”. Sin embargo, en este caso hay un linaje aristocrático. Un emir es un príncipe. De acuerdo con la tradición, el presidente reside y es originario de Abu Dabi, mientras que el título de primer ministro corresponde al emir de Dubái.
similitudes México Emiratos Árabes
Gilberto Conde, catedrático e investigador de Oriente Medio y el norte de África, apunta que el crecimiento de EAU a mediados de siglo pasado fue súbito: en poco tiempo sucedió una transformación profunda de una sociedad tribal, beduina e incluso seminómada a una rica, moderna y de culto hacia el lujo. En tiempos pasados —y no tan lejanos—, ser emir significaba ser el jefe de un grupo familiar o comunal, pero fue hasta los tiempos del protectorado inglés que este título cobró un carácter de realeza.
A partir de 1973, debido a la crisis del petróleo a nivel mundial y el incremento de su costo comenzó a acumular riqueza, lo que provocó el boom de la inversión extranjera –que aprovechó las zonas libres de impuestos–. Esto, a su vez, derivó en una economía robusta y garantizó la calidad de vida de sus habitantes. Además, al estar ubicados en el golfo Pérsico, tienen un paso estratégico para el comercio marítimo de petróleo y gas, principalmente.
9 de cada 10 personas en los Emiratos Árabes Unidos son inmigrantes
Hoy día es considerado uno de los países más ricos del mundo. Es el primer productor de petróleo y gas natural del golfo Pérsico, por encima de Arabia Saudita e Irán; de acuerdo con la Cámara Árabe Mexicana de Industria y Comercio, Abu Dabi encabeza la lista de producción del país.
Entre otros logros, EAU es el primer territorio a nivel mundial en 152 indicadores de desarrollo, economía y sociedad de 2021. Asimismo, en 2015 inauguraron la primera agencia espacial, que ya había lanzado satélites artificiales en órbita, así como la sonda Hope, que llegó con éxito a Marte.
EN 2021, EMIRATOS ÁRABES UNIDOS CONTABA CON UNA POBLACIÓN DE 9 MILLONES 991 MIL 083 MILLONES DE HABITANTES, DE LOS CUALES 90.6% SON INMIGRANTES, PRINCIPALMENTE DE BANGLADÉS, INDIA Y PAQUISTÁN.
La unión de los emiratos cumplió el cometido de volverlos más fuertes, además de crear un puente entre Occidente y la cultura árabe moderna, diversa y receptiva.
Este texto es e la autoría de Luz Adriana Pérez-Morales, escritora en Rio Grande Review de la Universidad del Paso, Texas, y para plataformas de audio como Himalaya Latam, Podimo Latam, y de streaming en Netflix y HBO