Dos muertos y cinco heridos, algunos de gravedad, provocó ayer un atentado en Tel Aviv, cometido por un terrorista que embistió a peseantes y fue abatido por la policía.
“El primer ministro ha dado instrucciones a la policía de Israel para que movilice todas las unidades de reserva de la policía fronteriza y ha ordenado a las FDI que movilicen fuerzas adicionales para hacer frente a los ataques terroristas”, dijo un comunicado de la oficina de Netanyahu.
Israel vive una nueva erupción de violencia, con enfrentamientos entre el ejército y milicianos palestinos, bombardeos y cohetes lanzados desde Líbano, que provocaron una dura respuesta.
Dos mujeres israelíes murieron ayer en un ataque armado en Cisjordania ocupada tras los bombardeos de Israel contra la Franja de Gaza y el sur de Líbano, en plena escalada de violencia en la región.
La tensión se agudizó después de la intervención de la policía israelí el miércoles en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, coincidiendo con las fiestas del Ramadán musulmán y la Pascua judía.
Decenas de cohetes fueron lanzados contra Israel el jueves, y el viernes en la madrugada el ejército israelí respondió con ataques en Líbano y la Franja de Gaza contra posiciones del movimiento palestino Hamás.
Ayer, dos hermanas israelíes de unos veinte años de edad murieron en Cisjordania y su madre resultó herida en un ataque a balazos contra su vehículo, informó el Magen David Adom, el equivalente israelí de la Cruz Roja.
El ejército precisó que su vehículo fue atacado en el cruce de Hamra, en el norte del valle del río Jordán, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
“Pagar el precio”. Este ataque se produjo pocas horas después de que el ejército israelí lanzó bombardeos sobre Gaza y Líbano contra “infraestructuras terroristas pertenecientes a Hamás”.
En Tiro, en el sur de Líbano, hubo fuertes explosiones. “Al menos dos obuses cayeron cerca del campo” de refugiados palestinos de Rashidieh, dijo uno de ellos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había advertido sobre una firme reacción de Israel. “Golpearemos a nuestros enemigos y les haremos pagar el precio de cada agresión”, aseguró.
El jueves, en el día de la Pascua judía, una treintena de cohetes fueron disparados contra Israel desde Líbano, en la mayor escalada desde 2006 en la frontera entre estos dos países, que técnicamente siguen en guerra tras varios conflictos.
Desde abril de 2022 no se lanzaban cohetes desde Líbano hacia Israel, que entonces también efectuó ataques contra su vecino. Sin embargo, éste es el incidente más grave desde la guerra de 2006 contra Hezbollah.
“Las amenazas e intimidaciones de los dirigentes sionistas no conducirán a nada”, dijo ayer Naim Qasem, segundo del movimiento chiita que controla de facto el sur de Líbano. “Todo el eje de resistencia se encuentra en estado de alerta”, agregó.
Llamados. El movimiento palestino Hamás condenó “en los términos más fuertes posibles la espantosa agresión israelí contra la Franja de Gaza asediada y Líbano”. Hamás y la Yihad Islámica informaron a Egipto –que habitualmente actúa como mediador– que “las facciones palestinas van a seguir con los lanzamientos de cohetes si Israel continúa sus agresiones y bombardeos”, afirmaron a la prensa fuentes de estos grupos en Gaza.
El Ministerio de Relaciones Exteriores libanés afirmó que su país quiere preservar la calma en la zona sur y llamó a la comunidad internacional a “presionar a Israel para frenar la escalada”.
El jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas (Finul), el general Aroldo Lázaro, habló con autoridades tanto de Israel como de Líbano y aseguró en un comunicado que “ambos lados han dicho que no quieren la guerra”. Francia reiteró “su apego indefectible e la seguridad de Israel y a la estabilidad y la soberanía del Líbano”. Rusia urgió a “poner fin a la violencia” y Londres llamó a “todas las partes” a una “descalada”.
La cancillería iraní denunció las “acciones agresivas del régimen sionista”.
Estos episodios se producen después del violento desalojo de fieles palestinos en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, que dejó 350 detenidos según la policía y 37 heridos según la Media Luna Roja.
El templo se sitúa en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam y ubicado a su vez en Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad ocupado y anexado por Israel desde 1967.
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El complejo está erigido encima del Monte del Templo, considerado el lugar más sagrado para el judaísmo. Israel recibió numerosas condenas internacionales, incluida de la ONU, cuyo secretario general António Guterres pidió nuevamente a “todos los actores” la “máxima moderación”.
Las tensiones entre israelíes y palestinos se incrementaron hasta un nivel sin equivalente desde hace años tras los enfrentamientos del miércoles entre policías israelíes y palestinos en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén.
La indignación por la irrupción de las fuerzas israelíes en el tercer lugar más sagrado del islam se extendió a la Franja de Gaza y al Líbano, bombardeado el viernes por Israel en respuesta a las decenas de misiles disparados la víspera desde el sur de ese país hacia el Estado hebreo.
Ataques mortales en Israel
La espiral se inició el 22 de marzo de 2022, cuando un exconvicto miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI) mató a cuatro personas a puñaladas y atropellándolas con un auto en Beersheva, principal ciudad del desierto de Néguev (sur de Israel).
Una semana más tarde, un palestino de Cisjordania ocupada abrió fuego contra transeúntes en la ciudad ultraortodoxa judía de Bnei Brak, cerca de Tel Aviv, matando a cinco personas, entre ellas un policía árabo-israelí.
Incursiones israelíes en Cisjordania
El ejército israelí llevó a cabo más de 2 mil incursiones en 2022 en Cisjordania, la mayoría de ellas en Yenín y Naplusa, situadas al norte de este enclave y donde están implantados grupos armados palestinos.
El 11 de mayo, la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, estrella de la cadena panárabe catarí Al Yazira, murió en una operación militar israelí mientras cubría unos enfrentamientos en Yenín, lo que provocó la indignación internacional.
Cinco palestinos también perdieron la vida el 25 de octubre en un ataque israelí contra el grupo armado Areen al-Usud en Naplusa, mientras que las tropas israelíes abatieron a otros cinco palestinos a finales de noviembre.
Operación “preventiva” en Gaza
El ejército israelí inició en Gaza una operación, presentada como “preventiva”, contra la Yihad Islámica y abatió a los principales dirigentes de esta organización islamista.
Hasta 49 palestinos murieron en tres días de bombardeos israelíes y lanzamientos de misiles por parte de palestinos.
Espiral de violencia a principios de 2023
Una nueva espiral de violencia empezó el 26 de enero de 2023 con la muerte de diez palestinos en una incursión militar israelí en Yenín.
Un palestino armado respondió matando a siete personas cerca de una sinagoga de Jerusalén Este durante las oraciones del Shabat. El atacante fue abatido.
El 6 de febrero, el ejército israelí acabó con la vida de cinco miembros del grupo palestino Hamás en una operación en Jericó, en Cisjordania.
Cuatro días después, tres israelíes, dos de ellos eran dos hermanos de 8 y 6 años, murieron a causa de un atentado con coche bomba en Jerusalén Este.
El 22 de febrero, once palestinos murieron en otra incursión en Naplusa, a la que grupos palestinos respondieron con el lanzamiento de misiles desde la Franja de Gaza.
Dos jóvenes colonos israelíes fueron asesinados con disparos en la cabeza el 26 de febrero mientras circulaban en coche cerca de la localidad palestina de Huwara.
Esa misma noche, decenas de colonos entraron en la ciudad, lanzaron piedras e incendiaron edificios y vehículos.
Dos semanas más tarde, seis palestinos fueron asesinados en un ataque perpetrado por dos colonos israelíes. Estos enfrentamientos casi diarios habían provocado a principios de abril hasta 104 víctimas mortales, entre las cuales hay 88 palestinos, un árabe israelí, catorce israelíes y una ucraniana, según un balance de la AFP elaborado a partir de fuentes oficiales israelíes y palestinas.
Intervención en Al Aqsa y misiles desde Líbano
La tensión se agudizó a partir del 5 de abril con la intervención de la policía israelí en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, coincidiendo con las fiestas del Ramadán musulmán y la Pascua judía.
Una treintena de cohetes fueron lanzados el día siguiente contra territorio israelí desde Líbano.
El ejército del Estado hebreo respondió la madrugada del viernes con bombardeos en el sur de Líbano, efectuados, según fuentes israelíes, contra tres “infraestructuras” de Hamás.
Representó la primera vez que Israel confirma un ataque contra territorio libanés desde abril de 2022.