Boeing se ha ido de vacío en enero: el fabricante de aviones no ha recibido ningún pedido en el primer mes del año, un hecho que no sucedía desde 1962. La compañía cerró el año pasado con pérdidas por el veto a volar de su modelo estrella, el 737 Max, después de dos accidentes mortales.
La crisis comenzó el pasado marzo, cuando ocurrió el segundo de los siniestros. El fabricante ha confirmado que el último mes entregó trece aviones a sus clientes, indica Reuters. Hace justo un año, cerró 45 pedidos y entregó 46 aviones.
La mayor parte de las aerolíneas comerciales evitan nuevas peticiones de este modelo hasta que se levante el veto de los reguladores y consiga luz verde para volver a volar. Su gran rival, Airbus se ha convertido en el gran beneficiado en un mercado que funciona como un duopolio. Airbus anunció la semana pasada su mayor cifra de pedidos en un mes de enero en los 15 últimos años (274 pedidos tras cancelaciones).
Para Boeing, 2019 fue uno de los peores años en décadas en cuanto a pedidos. El mes pasado, la empresa anunció que paraba de producir el 737 Max, el primer parón en 20 años. Esto ha supuesto pérdidas para el fabricante, pero también para sus suministradores, que han tenido que despedir a parte de su personal.
Las aerolíneas han tenido que sacar de su calendario de vuelos aquellos que iban a realizarse con el modelo 737 hasta mediados de este año. Esto ha llevado a cancelar millares de vuelos.
La deuda de Boeing se duplicó en 2019, hasta los 27.300 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros). Según estimaciones de Fitch el techo de deuda se encuentra en unos 32.000 millones de dólares.