El entorno del presidente cree que se aceptaron votos fuera de plazo que favorecieron a su rival. Según Rudy Giuliani, hay unos 900.000 votos que no son válidos.
Donald Trump no acepta una derrota en las elecciones presidenciales. El mandatario de EE UU mantiene que hubo fraude en el proceso electoral del 3 de noviembre y quiere llevar el caso hasta donde haga falta para frenar la victoria de Jode Biden. La mayoría de los expertos y de los medios de comunicación estadounidenses niegan la existencia de irregularidades a gran escala. Según un estudio de 2017 del Centro Brennan para la Justicia, la tasa de fraude electoral en general en EEUU es menos del 0,0009%.
¿Qué dice Trump y cuáles son los supuestos elementos que le llevan a hablar de fraude? El presidente apeló desde la misma noche del 3N al siguiente criterio. Los primeros resultados tiñeron de rojo republicano el mapa de Estados Unidos. Como es sabido, más de 60 millones de personas votaron por correo, un récord. Este tipo de voto es mayoritariamente demócrata. Una encuesta del instituto independiente Pew Research Center antes de las elecciones indicó que el 25% de los partidarios de Trump planeaban votar en ausencia o por correo, mientras que el 51% de los partidarios de Biden planeaban hacerlo de esa manera.
La noche del 3N, muchos estados comenzaron a escrutar el voto enviado por el servicio postal después de conteo del voto presencial. Este escenario es el que produjo el llamado “espejismo rojo”. Es decir, los resultados de las elecciones anticipadas pueden mostrar que el mapa se llena de votos republicanos rojos, pero después hay una avalancha de papeletas demócratas (“la ola azul”) por correo azul porque se cuentan más tarde. Trump insiste en que este fenómeno -que no es nuevo si bien en esta ocasión se ha producido a un nivel masivo- evidencia la existencia de fraude electoral.
Trump lo contó de esta manera: “Anoche (por el martes) iba liderando [la carrera], a menudo de manera sólida, en muchos estados clave, en casi todos ellos controlados y gestionados por demócratas. Entonces, uno por uno, empezaron a desaparecer mágicamente a medida que se contaban votos sorpresa. MUY EXTRAÑO”, señaló el presidente el miércoles.
El abogado del presidente Trump, Rudy Giuliani, lanzó una avalancha de acusaciones de lo que él llama ‘fraude’ electoral sistémico en las elecciones, alegando que la campaña podría iniciar hasta diez demandas y que tiene 50 personas dispuestas a testificar en Pensilvania. El ex alcalde de Nueva York habla de fraude masivo en varios estados que incluye a personas muertas votando, votos retroactivos y observadores excluidos de sus centros de votación. Según Giuliani, hay unos 900.000 votos que no son válidos.
¿Qué otros argumentos esgrime el presidente? Trump dijo que “en Pensilvania, por ejemplo, a nuestros observadores legales no se les permitió un acceso significativo para observar el proceso de conteo. Los votos legales deciden quién es el presidente, no los medios de comunicación”.
En Virginia, el presidente denunció que se hicieron 500.000 solicitudes de voto en ausencia "que eran falsas” porque se enviaron con la dirección de devolución incorrecta. En cambio, las autoridades de Virginia explicaron que el error de impresión se corrigió.
Trump también tuiteó que "en Ohio, 50.000 votos estaban equivocados, eran fraudulentos”. A principios de octubre, 50.000 votantes recibieron la papeleta incorrecta en el correo en el condado de Franklin. Pero no hay evidencia de que esto se haya hecho de manera fraudulenta, señala la BBC. Al parecer, la junta electoral local dijo que a todos los afectados se les envió la hoja de votación correcta, con salvaguardas para garantizar que nadie votara dos veces.
En Nueva York se reenviaron casi 100.000 votos a electores después de que algunos nombres y direcciones se imprimieran incorrectamente. En Michigan, alrededor de 400 papeletas postales enumeraron al compañero de fórmula equivocado para el presidente Trump: Jeremy Cohen del Partido Libertario en lugar de Mike Pence. El presidente Trump afirmó en septiembre que esto había sido deliberado. En Wisconsin se hallaron votos que incluían papeletas en ausencia en una zanja cerca de la ciudad de Greenville. La Casa Blanca habló de presunto fraude. En Nueva Jersey , un cartero fue acusado de arrojar cientos de artículos postales en un contenedor de basura, incluidas casi 100 papeletas electorales.
Más allá de errores de mayor o menor calado en el proceso, las redes sociales se han llenado de vídeos y rumores sobre presuntos megafraudes. Por ejemplo, el hijo de Donald Trump retuiteó un vídeo en el que se quemaban decenas papeletas enviadas por correo en Virginia. Al parecer no tenían código de barras, lo que demuestra que no eran los votos verdaderos.
¿Votos nuevos tras el cierre de las urnas? Esta fue una de las denuncias de la campaña de Trump. El presidente cree que siguieron llegando votos de forma ilegal a las urnas. Lo cierto es que en muchos estados (entre ellos Nevada, Pensilvania y Carolina del Norte) es legal que las papeletas por correo sean aceptadas si llegan después del cierre de las urnas siempre y cuando tengan el matasellos del 3 de noviembre o una fecha anterior.
¿Una carretilla cargada de votos falsos? En un vídeo difundido en las redes sociales aparece un hombre con una carretilla que presuntamente se dirige a un centro de recuento de cotos en Detroit. Hubo gente en las redes sociales que dijo que contenía 130.000 votos en una caja negra. La verificación realizada por varios medios demuestra que el hombre del vídeo era un trabajador de una tele local que transportaba material técnico para la cobertura mediática del 3N.