El Papa Francisco piensa en la muerte pero no la teme. Y la imagina "como pontífice en ejercicio o emérito".
Jorge Mario Bergoglio, de 84 años, reflexiona sobre su futuro manteniendo abierta la posibilidad de renunciar al pontificado, y cerrando la hipótesis de acabar sus días en su país, que dejó con un ligero bagaje para el Cónclave del que salió Papa.
En el libro del periodista y médico argentino Nelson Castro, "La salud de los Papas", se incluye una entrevista a Francisco -realizada hace dos años- anticipada por el diario La Nación.
Bergoglio dice que se siente bien y lleno de energía, "gracias a Dios". Recuerda el "momento difícil", en 1957, de la extirpación del lóbulo superior del pulmón derecho por tres quistes. Tan pronto como me recuperé de la anestesia, «el dolor que sentí fue muy intenso. No es que no estuviera preocupado, pero siempre he creído que me curaría".
Y él destaca la recuperación completa: "Nunca he sentido ninguna limitación en mis actividades".
Ni siquiera en los extenuantes viajes internacionales "he experimentado fatiga o dificultad para respirar (disnea)". ¿La razón? "Como me explicaron los médicos, el pulmón derecho se expandió y cubrió todo".
Psicoanálisis
El Papa nunca se dejó psicoanalizar, sin embargo, en tiempos de la dictadura, consultó a un psiquiatra para poder manejar una situación difícil. Así lo contó el propio Bergoglio en una entrevista publicada por el diario argentino La Nación que forma parte de una entrevista realizada hace dos años -el 16 de febrero de 2019- con el periodista y médico Nelson Castro.
“Nunca me he psicoanalizado. Cuando fui provincial de los jesuitas -dice el Pontífice- durante los terribles días de la dictadura, cuando tuve que llevar a la gente a la clandestinidad para sacarlos del país y salvar sus vidas, tuve que manejar situaciones que no conocía y debía lidiar con ellas. Fui a ver a una señora, una gran mujer, que me había ayudado a leer unas pruebas psicológicas para novicias. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez a la semana".
Ella era psiquiatra. «Durante esos seis meses -es el relato del Papa- me ayudó a orientarme sobre cómo afrontar los miedos de aquella época. Imagínese lo que sería llevar a una persona escondida en el automóvil, solo con una manta, y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generó fue enorme».
Bergoglio dice que esas charlas le ayudaron: "Estoy convencido de que todo sacerdote debe conocer la psicología humana"
Por: Urgente 24