El Presidente apareció brevemente en el escenario de la CPAC en Washington para darle el enorme aparato al empresario, que tuvo que hacer malabares para maniobrarlo. Momento incómodo.

La aparición estelar del presidente Javier Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) no fue tan estelar como le habría gustado. En su primer día en los Estados Unidos, el líder libertario intentó dejar atrás el escándalo por la mega estafa cripto y difundió con bombos y platillos un encuentro con el multimillonario Elon Musk en el que le regaló una motosierra dorada, símbolo de su programa de ajuste; sin embargo, tras risas incómodas del empresario, los organizadores le pidieron al “León” que se baje del escenario y salga de escena.

En un primer momento, los referentes de la ultraderecha y el conservadurismo occidentales se vieron las caras en un hotel cinco estrellas de Maryland. Allí mantuvieron una extensa conversación de la que también participó la comitiva argentina, que incluyó al ministro de Economía Luis Caputo, al canciller Gerardo Werthein, a la Secretaria General y hermana del Presidente Karina Milei y al vocero Manuel Adorni. Insólitamente, las fotos de la cumbre se las llevó el bizarro regalo que el jefe de Estado argentino le hizo a su anfitrión.

Es que Milei le entregó a Elon Musk una enorme motosierra dorada, un llamativo obsequio que el empresario apenas supo cómo maniobrar. Mientras tanto, el Presidente reía y miraba a cámara, como quedó grabado en el propio video difundido después del encuentro. El momento no tardó en ponerse incómodo, con el magnate haciendo malabares para controlar el aparato de gran porte y el mandatario hablándole en un inglés no muy afilado. Sin embargo, no terminó ahí.

Más tarde, en la previa del discurso del dueño de Tesla y X en la CPAC, de un momento a otro Milei subió al escenario para entregarle la misma motosierra que ya le había dado. Elon Musk rió y la recibió de sus manos; luego, comenzó a agitarla en el aire mientras gritaba y fingía destrozar objetos imaginarios. El Presidente lo saludó y se quedó mirándolo, pero no le ofrecieron dar un discurso ni tampoco sacarse una foto; lejos de ello, pronto los organizadores le pidieron que se baje y salga de escena.

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