Ya no son los que eran. Desde que Alberto Fernández llegó al Gobierno, su Gabinete fue mutando y sufriendo bajas en detrimento de su liderazgo. Perdió funcionarias y funcionarios que le eran incondicionales y tuvo que correr a leales por las internas con el ala kirchnerista de la coalición. El último caso fue el de Matías Kulfas, que estaba a cargo del Ministerio de Producción, pero si se mira la foto original de aquel 6 de diciembre del 2019, cuando presentó en Puerto Madero al equipo que lo acompañaría en la gestión, se podrá ver que las bajas fueron importantes y con nombres de peso.
Equipo diezmado
Los sobrevivientes albertistas son pocos y quedaron en lugares de relevancia moderada para los meses que vienen, en los que la agenda económica tendrá centralidad, por lo menos, hasta que la fiebre por el mundial de Qatar se apodere de la atención de la sociedad.
De todo el Gabinete, el albertista más incondicional que queda es Julio Vitobello. Es parte de la mesa chica del Presidente. Está todos los días con él y sigue a cargo de la Secretaría General de la Presidencia, con oficina en la Casa de Gobierno.
También con oficina en la Rosada, Vilma Ibarra, a cargo de la Secretaría Legal y Técnica, es otra albertista de la primera hora. Si bien es cierto que no cuenta con el total agrado de Cristina Kirchner, por ahora el kirchnerismo no pidió por su silla, como sí lo ha hecho con otros funcionarios. Es justo decir que la Secretaría Legal y Técnica tampoco es el área más codiciada del Gobierno.
Santiago Cafiero es un sobreviviente de la interna con el kirchnerismo. Tras la derrota en las PASO dle 2021, tuvo que ceder su lugar en el Gabinete al gobernador de Tucuman con licencia Juan Luis Manzur, para que, según los off the record de la época, se dotara de “volumen político” a la jefatura de Gabinete. Manzur arrancó con ímpetu, pero hoy ya no quedan rastros de aquel caudillo del norte. Cafiero, en cambio, pasó a la Cancillería, dejando afuera a Felipe Solá. En ese cambio también se sumó Cecilia Todesca, quien era la vicejefa de Gabinete y hoy está junto a Cafiero como secretaria de Relaciones Económicas Internacionales. Trascendió que tras la salida de Matías Kulfas del Ministerio de Producción le habían ofrecido ese lugar, pero lo habría rechazado y eso le abrió la oportunidad a Daniel Scioli para regresar al país.
Más sobrevivientes. Otro estoico sobreviviente de la interna oficial es Miguel Pesce, el presidente del Banco Central, quien todavía tiene su pliego en el Senado a la espera de que Cristina Kirchner quiera tratarlo. A esta altura de la marcha del Gobierno, pareciera que Pesce llegará al final del mandato sin ser convalidado por el Congreso. Particularidades argentinas.
Pesce tuvo una relación tormentosa con Martín Guzmán cuando el ministro de Economía gozaba de una buena sintonía con el kirchnerismo. Hoy que Guzmán es resistido por el ala K del Gobierno, se llevan muy bien. Ese alineamiento es ponderado por el Presidente, quien por estos días está monitoreando la depreciación que está sufriendo el peso frente al dólar. Mientras cerraba esta edición, los diferentes dólares que se venden en la Argentina (blue, mep, contado con liquidación y solidario) estaban teniendo un aumento considerable respecto de los días anteriores. Esta crisis cambiaria, opacada por el affaire del avión venezolano-iraní detenido en Buenos Aires, será un testeo para la relación entre Pesce y Guzmán.
Uno de los primeros en recibir la diatriba de Máximo Kirchner fue el ministro de Trabajo Claudio Moroni cuando en mayo del 2020, a dos meses de la llegada de los primeros casos de Covid-19 al país y en pleno aislamiento, el hijo de CFK criticó que el funcionario hubiera homologado un acuerdo para suspender trabajadores de la empresa alimenticia Mondelez. Desde aquel momento, Moroni estuvo en la lista negra K.
Gustavo Beliz, amigo del Presidente desde la militancia en el peronismo porteño, es tal vez el funcionario que mayor expectativa generó al sumarse al Gabinete por su buena relación con el Papa Francisco, con los sindicatos y su fama de transparente. No tuvo mayores cortocircuitos dentro de la coalición, pero tampoco brilló como se esperaba. Sigue al frente de la Secretaría de Asuntos Estratégicos y es parte de la mesa chica de Alberto.
De ese peronismo porteño también proviene Juan Manuel Olmos, jefe de asesores del Presidente y una de sus espadas judiciales. Olmos estuvo hace dos semanas en el Vaticano en una reunión con el Papa Francsico que duró más de una hora, según publicó el diario Clarín. Fue la semana posterior a la que Bergoglio canceló un encuentro con el canciller Cafiero. Es decir que con bajo perfil, y por momentos relegado, Olmos es tal vez hoy uno de los funcionarios que más escucha el presidente Fernández. Uno de los últimos episodios en el que tuvo especial injerencia sobre Alberto fue la crisis por los cambios en la composición del Consejo de la Magistratura. La estrategia y la posición que debía tener el Gobierno fue analizada en la Quinta de Olivos por Vilma Ibarra y Olmos.
Balance A un año y medio de finalizar su mandato, el Presidente dejó en el camino a muchos amigos y a otros no tanto. A algunos los dejó ir sin mayores reclamos y por otros peleó hasta el último minuto. En el caso de Kulfas fue por su propia torpeza, al filtrarse un off the record que mandó de forma masiva, en el que despotricaba contra Cristina Kirchner. Alberto Fernández no pudo hacer mucho para rescatarlo. Era más caro conservarlo que dejarlo ir.
Tal vez las salidas más dolorosas fueron la de sus amigos Juan Pablo Biondi y Marcela Losardo, quienes fueron acorralados por Cristina Kirchner. El ex vocero Biondi fue vítima de una carta de la vicepresidenta, en la que ella lo acusó de hacer operaciones de prensa en su contra. Fue el precedente de que a CFK no le gustaban los off the records.
En el caso de Losardo, la ministra de Justicia se fue porque el kirchnerismo exigía una posición más dura en la relación con los magistrados. Fue reemplazada por Martín Soria, quien tiene una diatriba más fuerte contra la Corte Suprema, pero no más efectiva. De todos modos, CFK parece contenta.
Alberto Fernández se mostró cerca de Losardo el día del Tedeum por el 25 de Mayo en la Catedral porteña. Hacía tiempo que no se los veía juntos El día anterior, el 24, también desgongeló su vínculo con el ex ministro de Salud Ginés González García, quien había saliido eyectado por el caso del vacunatorio VIP. Volvieron a verse las caras en la sede del PJ nacional, donde Alberto compartió un locro con otros funcionarios y militantes. Durante el discurso que dio, Ginés estuvo parado a su derecha.
Otras bajas
María Eugenia Bielsa, en Vivienda y Hábitat; Sabina Fréderic, en Seguridad; Roberto Salvarezza, en Ciencia y Tecnología; Luis Basterra, en Agroindustria; Nicolás Trotta, en Educación, y Daniel Arroyo, en Desarrollo Social, fueron otros ministros que la gestión de Alberto Fernández dejó en el camino. Todos se fueron enojados -algunos más y otros menos- y tienen reproches para hacerle al Presidente. Uno de ellos habló esta semana después de un largo silencio. Fue Nicolás Trotta, quien sostuvo que Alberto lo “decepcionó” y contó que en las últimas semanas de su gestión había dejado de hablar con el Presidente y que al día de hoy todavía no recuperó el diálogo. En una entrevista con Radio Mitre afirmó: “Mi decepción con él no es como persona, sino que se vincula a lo que proyectábamos y a lo que finalmente estamos logrando desplegar. El Frente de Todos no se transformó en una herramienta de transformación positiva y me decepcionó que el principal responsable de lograr eso es el Presidente, que es quien debe ocupar ese rol de conducir”.
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