El nuevo ministro de Economía buscará potenciar los sectores de la energía, la agroindustria y la economía del conocimiento, al tiempo que apuntará a profundizar la búsqueda de consensos con el FMI.
Los colaboradores del nuevo ministro Sergio Massa adelantaron que el funcionario priorizará la generación de divisas a través del incentivo fiscal a los sectores de la energía, la agroindustria y la economía del conocimiento, mientras que con el Fondo Monetario Internacional apuntará a profundizar “la búsqueda de consensos”, una postura que ya mostró en el Congreso cuando trabajó activamente para la aprobación del programa con el organismo.
Aunque Massa advirtió que recién el próximo miércoles se terminarán de conocer los nombres, las medidas y los detalles de la reformulación del Gabinete, en su entorno ya usan una frase para referirse a lo que pretende ser una de las premisas generales de su gestión en el Palacio de Hacienda: convertir a la Argentina en una “fábrica de dólares para exportar trabajo argentino”.
Ese eslogan resume la necesidad de acumular reservas frente a la inestabilidad monetaria, un proceso que en los últimos días encontró un alivio con el descenso de los dólares financieros y el blue, y que en el plano de lo concreto se traduce en la decisión de estimular a las actividades con potencial exportador (el sector energético, el agroindustrial, la industria del software y la tecnología aplicada) con un paquete de medidas de incentivo.
En el equipo del Frente Renovador que se viene reuniendo en la sede partidaria de la avenida Libertador, sostienen que el mejor antecedente para entender la lógica que promoverá Massa es el repaso de lo que fueron sus prioridades en la Cámara Baja, desde donde empujó de modo sistemático beneficios impositivos para los trabajadores formales y la clase media, en particular la actualización del piso del impuesto a las Ganancias.
El objetivo es favorecer a las actividades más dinámicas de la estructura económica, las que generan dólares, como la cadena agroindustrial y el polo energético, aparte de la ciencia y tecnología con perfil productivo.
En esa línea, los colaboradores de Massa subrayaron que dos ejes de las medidas a anunciar serán el “alivio fiscal y la generación de divisas”, mientras que en el frente externo y en el vínculo con los organismos internacionales de crédito consideran clave “remontarse a cuál fue su rol durante el acuerdo con el FMI, sobre todo su búsqueda de consensos para sumar apoyos en la votación”.
En la política argentina se sabe que Massa tiene llegada entre dirigentes políticos de Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas, vínculos que en algún caso cultivó desde joven, que se fortalecieron con el paso del tiempo y que le permitieron llegar a tener un diálogo periódico con protagonistas influyentes del Capitolio, como el senador demócrata de Nueva Jersey y titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores, Robert “Bob” Menéndez.
De esta manera, el designado titular de la cartera económica aportó lo suyo para que se llegara a un acuerdo con el FMI en los viajes que emprendió a Washington y Nueva York durante la gestión del Frente de Todos, en los que mantuvo contactos con los sectores del partido demócrata más afines al núcleo ideológico de la coalición oficial, pero también con representantes de los republicanos como el exalcalde neoyorquino Rudolph Giuliani.
En la tarde de ayer, mientras Massa permanecía reunido junto a su equipo de economistas más cercanos (entre ellos el titular del Indec, Marco Lavagna; el subdirector del Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la Anses, Lisandro Cleri; el titular de Aduanas, Guillermo Michel; y el presidente del Arsat, Matías Tombolini), en la Quinta de Olivos repasaron detalles y anécdotas del vínculo de confianza que el jefe de Estado construyó a lo largo de los años con quien a partir del miércoles será su ministro de Economía.