Frente a las crecientes críticas por el encarecimiento de bienes y servicios en dólares, el Presidente desestimó una devaluación. Ante quienes lo cuestionan por no acumular reservas, respondió que pagará la deuda con los pesos del superávit fiscal que cambiará a divisas en el mercado. Soltó que los precios subían al 17.000% cuando llegó al poder y ahora crecen al 8%. Los hombres de negocios, entre el entusiasmo y las dudas.
Para un fanático de Estados Unidos y del libre mercado como Javier Milei, no había mejor auditorio que el del Council of the Americas (Consejo de las Américas), entidad empresaria norteamericana que fomenta el intercambio con todo el continente. En su evento anual en Buenos Aires, en el Alvear Palace Hotel, en el Council suelen desfilar los presidentes y ministros económicos de turno. Esta vez le tocó al libertario, pero no todos los empresarios se sumaron a los aplausos. El jefe de Estado descartó una devaluación, que muchos hombres de negocios consideran necesaria, y deliró diciendo que su ministro de Economía, Luis Caputo, bajó la inflación del 17.000% al 8%, cuando en realidad heredó una mensual del 12% y en ascenso y ahora bajó del 4%.
Ejecutivos de sectores regulados admiten que están ganando plata como nunca gracias a los aumentos de tarifas y otros de bienes durables celebran la recuperación de las ventas por el incipiente crédito, pero el comercio masivo y la industria lamentan la continuidad de la crisis y el encarecimiento de la producción local en términos internacionales por el supuesto atraso cambiario.
“En el resto del mundo se está hablando de milagro argentino y sin los colosos que tengo en mi equipo seria imposible”, arrancó Milei, que tenía en primera fila a Caputo y a su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que ofreció un discurso anodino. Antes había expuesto el del Interior, Guillermo Francos, que sostuvo que la semana pasada en la visita presidencial a Neuquén “los obreros de YPF gritaban '¡viva la libertad, carajo!'”, como señal de cambio cultural. “Todo el mundo ve el milagro menos los argentinos”, generó el Presidente un leve aplauso.
Entre el público estaban Eduardo Eurnekian, su expatrón y dueño de Corporación América; Juan Martín Bulgheroni, vicepresidente de Pan American Energy (PAE); Eduardo Elsztain, propietario del holding Cresud; o Luis Galli, CEO de la fabricante de electrodomésticos Newsan, que se quedó con la gestión local de las marcas de la firma estadounidense de consumo masivo Procter & Gamble (P&G) y acaba de anunciar rebajas de hasta 25% en sus precios, a gusto de Caputo, para “recuperar el volumen de ventas”
“Es la primera vez en la historia que tenemos un resultado financiero (después del pago de intereses) positivo sin entrar en default”, celebró Milei. “Vamos a rediseñar cómo se escribe presupuesto. Nosotros decidimos que vamos a usar la metodología déficit financiero cero. El superávit primario (antes del pago de intereses) va a ser igual a los intereses. Cuando sobren recursos, vamos a bajar impuestos”, explicó.
“Nosotros no estamos dispuestos a devaluar para arruinar a los argentinos. Vamos a trabajar en la productividad”, se refirió a quienes critican que los bienes y servicios producidos en la Argentina están encareciéndose en dólares. “No hubo controles de precios. Tampoco se controló el tipo de cambio”, dijo cuando celebró la baja de la inflación, pese a que fue su Banco Central el que decidió en diciembre pasado una fuerte devaluación inicial y después aplicó el crawling peg (depreciación gradual) al 2% mensual.
“En la medida en que saneemos el Banco Central, levantaremos el cepo”, prometió Milei mientras abundan las presiones de los inversores para que lo elimine lo antes posible. “Si abríamos cepo, nos llevaban puestos y terminábamos en una brutal crisis”, dijo en uno de los diversos párrafos dedicados a criticar a los economistas locales, a los que incluso llamó “burros”.
“Lo que nosotros vamos a respetar son los tiempos y las condiciones, lo que acompañó la sociedad con su voto”, dijo quien en campaña prometía una dolarización que no ocurrió. “Dicen que el problema de la nueva regla monetaria es que no acumulan reservas para pagar deuda. Me cuesta entender el nivel de torpeza de nuestros profesionales. ¿Ustedes me sugieren que rompa el culo a los argentinos para pagar la deuda? Los dólares los va a comprar el Tesoro con superávit fiscal en el mercado de cambio”, respondió el Presidente de lenguaje soez y violento.
“Miren lo que pasa en Gran Bretaña: desde que están los socialistas en el poder están metiendo presos sólo por postear en redes sociales”, disparó en otro momento un misil que puede generar un nuevo conflicto diplomático, en este caso con el gobierno laborista de Keir Starmer, que gobierna la sexta economía mundial y es el quinto país con más votos en el Fondo Monetario Internacional (FMI). A esa entidad deberá pedirle ayudar Milei. Allí necesitará el el apoyo británico, como el de EE UU. El presidente celebró en el Council que lo apoyen el candidato presidencial republicano Donald Trump y el millonario Elon Musk, pero la rival demócrata Kamala Harris viene dando vueltas las encuestas. “Parece que Trump y Musk la ven, es raro pero acá no la ven”, apuntó sin nombrarlo en un momento al economista Carlos Melconian.
“La economía está bastante deprimida, festejamos tener una inflación mensual similar a la anual de otros países, la pobreza es escandalosa y las empresas están con falta de ventas, pero estoy convencido que los argentinos estamos haciendo progresos”, celebró al inaugurarse el Council el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman.
“Están haciéndose cambios necesarios tantas veces postergados. El presidente Milei hizo algo valioso: no es posible gastar lo que no se tiene. Si no, hay endeudamiento o inflación. El Gobierno puso en marcha reformas necesarias. Bienvenida la modernización laboral, el Régimen de Inversiones, todo lo que apunta a poner en marcha una nación anquilosada”, celebró Grinman. Igual pidió “eliminar el control de cambio que limita el desarrollo del sector privado”.
La presidenta del Council, la lobista norteamericana Susan Segal también elogió el “régimen para inversiones estratégicas” y las “medidas para ordenar la economía”. Nunca se le escuchará una crítica de su boca a los gobiernos con los que organiza estos eventos en todo el continente. Pero entre el auditorio se dividían los entusiastas y los pesimistas, pese a que todos estaban unidos en el apoyo al ajuste fiscal.
AR/DTC
de: eldiario.es