La industria del petróleo presenció este lunes un acontecimiento histórico. Por primera vez, los precios cotizaron por debajo de cero y el barril WTI terminó cerrando en -37 dólares. Esto significa que aquel que pretendía vender un contrato de futuros de crudo, tenía que pagar para desprenderse del activo.
La excepcionalidad del hecho hizo que muchos lo comparen con la crisis de 1973, cuando en un movimiento inverso al actual, el precio se multiplicó por cinco por el embargo de la OPEP a Estados Unidos.
Esa medida de castigo por el apoyo a Israel en la guerra de Yom Kipur, derivó en una década de inestabilidad de precios que inició el famoso ciclo de "estanflación" de Occidente.
La OPEP acepta la propuesta de Trump y recorta su producción en 10 millones de barriles al día.
Ahora, en cambio, se observa un desplome de la demanda de energía a niveles nunca vistos como consecuencia del parate económico internacional provocado por el coronavirus. Y ante la incertidumbre de cuánto durarán los confinamientos masivos por la pandemia, la Agencia Internacional de Energía (AIE) realiza pronósticos cada vez más pesimistas. En su último informe, aseguró que el mes de abril finalizará con un derrumbe de 29 millones de barriles diarios.
El problema es que el recorte de producción acordado por la OPEP es de solamente 10 millones de barriles para mayo y junio y con suerte podría ampliarse a unos 15 millones por la caída de la producción de aquellos países que no formaron parte del pacto entre potencias petroleras, pero que terminarán afectados por un lógico efecto de mercado.
Esta diferencia en la velocidad en la que cae la demanda respecto de a la oferta es lo que hace que los precios no sólo no hayan repuntado tras el anuncio del organismo con sede en Viena, sino que sigan en caída libre.
"El martes vencen los contratos de mayo y no hay posibilidad de delivery porque no hay espacio de almacenamiento. Entonces el tipo que tiene un contrato se lo quiere sacar de encima a cualquier precio", explicó a LPO el analista de mercados Francisco Uriburu.
Sin embargo, el fenómeno de este lunes no se explica solamente por un problema de demanda. Hay una variable financiera que jugó un papel fundamental: el cierre de los contratos futuros de Chicago, que funcionan con una cláusula de delivery, es decir, de entrega física del crudo en un contexto donde los depósitos de almacenamiento están totalmente llenos.
"El martes vencen los contratos de mayo y no hay posibilidad de delivery porque no hay espacio de almacenamiento. Entonces el tipo que tiene un contrato se lo quiere sacar de encima a cualquier precio", explicó a LPO el analista de mercados Francisco Uriburu.
Por lo tanto, eso no significa que el precio real del petróleo sea de -37 dólares. En principio, se trataría de una situación pasajera.
Mientras que el WTI tuvo una caída del 306%, el Brent bajó un 8,9% para terminar operando a 25,5 dólares. Un número bajo que denota la influencia del coronavirus, pero que no llega al absurdo del WTI.
"Ya a partir del martes se abren los contratos de junio que tienen otra perspectiva porque ahí empieza a regir el recorte de la OPEP. Por lo tanto, el precio va a tender a estabilizarse. De hecho, los precios futuros a junio están en 22 dólares. Ese fenómeno se llama super contango, es un spread entre dos meses que no se había visto nunca", agregó Uriburu.
El secretario de Energía de EEUU reconoció que más de 40 petroleras podrían quebrar.
La referencia para medir este impacto financiero se observa al comparar la cotización del WTI -el barril de uso para los Estados Unidos- con el Brent, que es utilizado por el resto del mercado mundial por su mayor facilidad de acceso a las conexiones de transporte internacionales.
Mientras que el primero tuvo una caída del 306%, el segundo bajó un 8,9% para terminar operando a 25,5 dólares. Un número bajo que denota la influencia del coronavirus, pero que no llega al absurdo del WTI.
De todos modos, los analistas sostienen que se mantendrá un spread mucho mayor al habitual entre ambas cotizaciones.
"Esto se va a terminar trasladando en el margen de refino. Las refinadoras americanas van a poder comprar crudo sensiblemente más barato que las europeas y van a generar un margen de exportación que terminará afectando al mercado europeo. Pero cuando vemos una situación de tal sobre oferta es difícil trasladar todo esto de la noche a la mañana, entonces yo creo que este spread se va a mantener por un buen tiempo", indicó a este medio el consultor energético Cristian .Alonso.
En un sentido similar se expresó el vicepresidente del Instituto Mosconi, Gerardo Rabinovich, quien prevé que las consecuencias de esta crisis se reflejarán por varios años. "Quizás estos precios negativos sean algo folclórico del día, pero la realidad es que el mercado está completamente desequilibrado. Los stocks de almacenamiento están tan llenos que aunque se supere la pandemia y se recupere la demanda, va a demandar varios años para vaciar este almacenaje y volver a un equilibrio entre oferta y demanda"
Por: LPO