Marcelo Longobardi analizó esta mañana en su editorial la radicalización del presidente electo, Alberto Fernández. Este proceso, según expuso, se inició antes de las elecciones generales y “se fue acentuando con el tiempo”. El conductor de Cada mañana rechazó la presencia de un bipartidismo y aclaró que en el país se han impuesto dos coaliciones. Asimismo, consideró que el sucesor de Mauricio Macri se enfrenta a dos problemas: por un lado, la herencia económica heredada de Cambiemos y de Cristina Kirchner; por el otro, fortalecerse como jefe político.
El periodista destacó que se han producido “algunos temas en el plano de lo simbólico” vinculados con el dirigente del Frente de Todos. “Se dijo que Alberto Fernández parecía un invitado aquella noche del triunfo del 27 de octubre cuando habló (Axel) Kicillof un rato largo con el presidente electo paradito”, recordó. Asimismo, planteó la existencia de “un gobierno multicéfalo, con Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Kicillof, Máximo (Kirchner), los gobernadores, Sergio Massa, etcétera”.
“Alejandro Katz dijo que quizás la novedad que arrojen las elecciones sea una distribución del poder político equilibrada y la aparición de dos coaliciones que, de conservarse, restablecerán un cierto bipartidismo que ordenará de modo virtuoso la política. Carlos Pagni sostuvo algo similar. La gente de Poliarquía planteó algo parecido, que el repunte final de (Mauricio) Macri le otorgaba esta condición de ser el jefe de la oposición más consistente y que eso constituía un formato bipartidista dentro del cual se podían negociar algunas cosas”, comentó Longobardi.
Al escenario planteado anteriormente, el periodista de Radio Mitre la sumó la situación económica de la Argentina y los problemas que la próxima gestión recibirá. “Si ponemos un poco la lupa a la situación de este supuesto bipartidismo y tratamos de conectar el cuadro político con el económico, nos encontramos con un asunto bien complejo”, evaluó al respecto. Es por ello que consideró que “Fernández enfrenta una crisis múltiple”. “Tenemos todos los problemas que actúan de modo simultáneo”, consideró.
“Si miramos con atención este supuesto escenario bipartidista, nos encontramos con otra escena, que no tiene nada que ver con un supuesto bipartidismo virtuoso. Lo que estamos viendo son dos coaliciones”, aclaró el conductor de Cada mañana. “Es evidente que hay tensiones en las dos y que hay una cierta lucha de poder dentro de cada una de ellas”, consideró. “No estoy viendo ningún conflicto hoy en día entre el gobierno saliente y el entrante, al contrario, ni siquiera se hablan”, añadió Longobardi.
Como muestra de lo anterior, trajo a colación “el papelón del protocolo del aborto”, ya que “es una muestra de lo difícil que le va a ser a Macri convertirse en lo que él supone que va a ser, jefe de la oposición”. “Y al mismo tiempo Fernández tiene estas cosas que, ciertas o no, son las que toda la política ha descripto, un presidente que parece un invitado, que tiene que ir a presentar el Gabinete a la casa de la señora de Kirchner, que tiene que fumarse un discurso de Kicillof, que tiene que aceptar públicamente antes de asumir que hay dos precandidatos peronistas que pretenden sucederlo, Máximo Kirchner y Sergio Massa”, opinó.
Con respecto a la situación del futuro mandatario, recordó que Carlos Menem asumió con un gran problema económico. Sin embargo, “estaba muy fortalecido en el plano político, enfrentó dos hiperinflaciones y en el año y pico las terminó resolviendo”. “¿Se parece a lo de (Néstor) Kirchner?”, preguntó. “Tampoco, porque Kirchner no tenía los dos problemas, tenía uno. El tema económico había sido relativamente resuelto por la combinación Remes-Lavagna”, se respondió. “Kirchner era un presidente débil en lo político, pero fortalecido en lo económico. Kirchner resolvió ese problema en dos años”, agregó.
Partiendo de lo anterior, Longobardi sostuvo en su editorial matutino que “Fernández enfrenta de modo simultáneo estos dos problemas: la tormenta económica que puede sobrevenir en la Argentina y, al mismo tiempo, tiene que lidiar con este inconveniente de ser el jefe del Gobierno”. “Tal vez Fernández se imagina como una especie de moderador de una coalición complejísima entre los kirchneristas, los peronistas, los gobernadores…”, estimó el periodista de Radio Mitre.
“La apuesta del Gobierno que viene es ordenamos la economía y luego nos fortalecemos en la política”, sostuvo. Sin embargo, y considerando lo que le ocurrió a Macri, considera que esto debe darse del modo opuesto. “La economía funciona una vez que el orden político está resuelto”, opinó. “Esto se parece al 99. No estamos comparando personas. Fernández no es lo mismo que De la Rúa ni Macri es Menem. Fernández es más complejo que De la Rúa y hasta más autoritario”, aseguró el conductor.