En el mundo de hoy, que impactado por la pandemia con más de 27, 2 millones de contagiados y cerca de 900 mil muertos, lucha por mitigarla y hasta erradicarla, con la esperada vacuna certificada que se ha convertido en el mayor y más importante tema de la agenda planetaria, los sectores anarquistas e irresponsables, buscan imponer sus macabros objetivos de zozobra, llamando al discurso del desdén hacia las políticas públicas de salubridad en muchas naciones para combatir a este flagelo sanitario.
En Europa, por ejemplo, promoviendo concentraciones masivas en países como España, para oponerse al uso de mascarillas, confirman el tamaño de la referida irresponsabilidad social y política que debería ser objeto de imputaciones.
Se trata de un completo libertinaje -porque la libertad tiene límites- pues es inaceptable que pudiera asumirse como un derecho de expresión la desnaturalización y tergiversación de las acciones internacionales contra la pandemia, como por ejemplo la que lidera las Organización Mundial de la Salud - OMS.
Lo mismo está pasando en EE.UU. donde las movilizaciones de esta censurable corriente contra la lucha que ha emprendido el mundo para doblegar al Covid-19, está asociada a la campaña política en cuyo epicentro temático la pandemia es el más importante de los asuntos del debate entre los dos candidatos a la Casa Blanca, el presidente republicano, Donald Trump, y el demócrata, Joe Biden.
Preocupa y mucho que estas manifestaciones consumadas sin nada que las detengan, pudieran llegar a América Latina, la región del planeta en lo que va de la pandemia, sin duda, una de las más azotadas.
Un trabajo de inteligencia por los gobiernos de nuestros países debe neutralizar estos propósitos que quieren capitalizar la incertidumbre social por las graves secuelas económicas que viene dejando a su paso el coronavirus. Ya hemos visto a los anarquistas y radicales con sus actuaciones en países como Chile y debería volcarse un trabajo absolutamente de detención de aquellos que han actuado a sus anchas como insólitamente ha sucedido en el viejo continente en los últimos días, así como pudieran adoptarse medidas de penalización.
Por: Miguel Ángel Rodriguez Mackay