«Let it Be»: la historia del Oscar a Los Beatles cuando ya no había más Beatles

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    El 15 de abril de 1971, la banda fue premiado con el Oscar a Mejor Banda Sonora por "Let it Be", el filme documental que mostraba sin quererlo el final de la más influyente banda de todos los tiempos. Casi 50 años después, Peter Jackson (El Señor de los Anillos") la reformuló bajo el nombre "The Beatles: Get Back".

    “Let it Be” compitió con otras cuatro bandas sonoras, entre ellas una compuesta y dirigida por Henry Mancini para el filme “Darling Lili”. Por supuesto que ninguno de los cuatro beatles estuvo allí aquella noche de hace 51 años, cuando el músico y actor Glen Campbel, acompañado por la actriz Joan Blondell, dijo “and the winner is… The Beatles”.

    Un joven y enérgico Quincy Jones emergió de la fosa que ocupaba la orquesta que animaba la ceremonia para recibir la estatuilla en reemplazo de los cuatro. Tras unas breves palabras de agradecimiento en nombre de The Beatles, se excusó y volvió a sumergirse en la fosa.

    “Let it Be” fue una idea bienintencionada que no resultó. Aun así, se llevó un Oscar porque nunca nada sale del todo mal cuando se trata de The Beatles. Filmada por Michael Lindsay-Hogg, entre el 2 y el 31 de enero de 1969, la película, que iba a llamarse “Get Back”, pretendía mostrar a la banda haciendo música en estado natural, sin los artificios que vistieron las composiciones de sus últimos discos hasta ese momento.

    Paul McCartney, acaso el más interesado en que la banda siguiera, propuso recuperar el músculo que el grupo había dejado de ejercitar hacía ya un par de largos años, el de los vivos. Ya había sido demasiado tiempo encerrados, era hora de volver a tocar como en los viejos tiempos. Pero nada resultó. Porque a la idea original de volver a ser lo que hasta no hacía mucho eran, una banda de rocanrol, se le sumó la idea de un álbum y, por qué no, ya que estaban ahí reunidos, una película.

    La primera parte del filme los muestra tocando, primero en los fríos Twickenham Film Studios, de Londres, pero solo por unos pocos días porque rápidamente se refugiaron en el sótano de Apple Corps. donde habían montado un estudio, que tampoco era tal cosa.

    Yannis Alexis Mardas, alias Magic Alex, un amigo de Lennon al cargo de Apple Electrics (la división de electrónica de Apple Corp) los había estafado instalando un estudio obsoleto. La banda tuvo que llamar a George Martin para que les diera una mano con equipos de la EMI.

    Y allí están ellos, sin más sonoridades que sus propias voces y su música. Sin entrevistas ni narraciones. Ellos interactuando como podían hacerlo en aquellos días de comienzos de 1969. Esforzándose por volver a ser, el filme no muestra más que lo ya evidente: una banda que se estaba desarmando entre broncas, frustraciones y las mentes puestas en cualquier parte menos allí.

    Del proyecto original no quedó ni el nombre, tampoco el extravagante retorno al vivo que imaginaban. En cambio, el último show se redujo a aquella legendaria presentación en la terraza de Apple Corps. que aparece en la segunda parte del filme.

    “Let it Be” se estrenó en Inglaterra el 10 de mayo de 1970. Mucha agua (y polémica) corrió bajo su puente. Casi no tuvo proyecciones. Hasta que, 50 años después, Peter Jackson, director de la saga de El Señor de los Anillos, retomó las 56 horas de película y las 140 horas de audio procedentes del proyecto original y dio forma a lo que, en diciembre pasado, conocimos como “The Beatles: Get Back”, ahora en forma de serie dividida en tres capítulos disponible en Star+. Jackson, con el mismo material de Michael Lindsay-Hogg, cuenta otra cosa. O lo mismo, pero de otro modo: ilumina el momento más oscuro de la banda que, hasta el día de hoy, sigue influyendo a la música popular.

     

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