Nada más entrar en casa de Paris Hilton (Nueva York, 1981) te das cuenta de que no te has equivocado de lugar. Hay fotos enmarcadas de la 'it girl' y empresaria por todas partes. Y no son unas fotos cualquiera. Son retratos emblemáticos de David La Chapelle, para quien posó por primera vez en 2001, cuando sólo era conocida por ser la bisnieta de Conrad Hilton, el fundador de los hoteles Hilton.
Casi veinte años después, Paris posa para COSMOPOLITAN en el lujoso salón open-space de su fastuosa mansión de Beverly Hills, «la mejor casa para dar fiestas», tal como ella misma dice. Han cambiado muchas cosas en este tiempo. Hoy, gestiona un imperio empresarial valorado en 900 millones de euros, con 19 líneas de cosméticos y 45 tiendas en todo el mundo; trabaja como 'dj' en los locales de moda de distintos países, y gestiona personalmente todos sus contenidos de YouTube. Precisamente ese canal la encumbrará como icono global en 2020, con el estreno de un documental sobre su vida. Pero Paris sigue siendo la misma:
vestida de rosa de los pies a la cabeza y con sus cinco perritos (Harajuku, Diamond Baby, Princess Paris Jr., Prince Hilton y Prince Baby Bear) correteando a su alrededor, derrocha una energía contagiosa. Se sube a la barandilla de la escalera con un vestido plateado, se mete en la piscina para posar y, finalmente, entra en la sala de cine con una manta, dispuesta a charlar. Incombustible, en cuanto terminamos la entrevista se va directa al cumpleaños del rapero P. Diddy. Claro, 'no Paris, no party'.
- Posees un imperio empresarial que abarca los sectores inmobiliario, del ocio, la moda y la belleza, donde acabas de lanzar tu vigesimoquinta fragancia, Electrify. ¿Era esta tu meta?
Estoy muy orgullosa de lo que he creado. Cuando era niña, soñaba con hacer grandes cosas, pero nunca imaginé que llegaría tan lejos. He tenido suerte porque, desde que saqué mi primer perfume, hace casi 16 años, todo ha ido rodado. En realidad, estoy haciendo lo que siempre quise hacer... y más.
- Al venir de una familia privilegiada, ¿has tenido que trabajar muy duro para demostrar lo que valías?
Sí. Y si alguien dice lo contrario, ¡no tiene ni idea! Siempre quise que mi abuelo (Barron Hilton, que falleció en septiembre) se sintiese satisfecho de mí, y así fue. Le enorgullecía que continuase el legado, pero que lo hiciese a mi manera. Que ahora se me conozca como ‘Paris’, sin el ‘Hilton’, es muy gratificante.
- ¿De dónde viene tu don para los negocios?
Se lo debo a mi padre y mi abuelo, que han sido mis mentores.
- ¿Qué lección has aprendido de ellos?
Amar lo que haces y dar lo mejor de ti. Hay muchas personas que no están felices con sus vidas porque todo les ha venido dado y nunca han hecho nada. No creo que hubiese tenido esta enorme devoción por el trabajo si mi familia no me la hubiese inculcado.
- ¿Cuál es tu primer recuerdo como empresaria?
Cuando tenía ocho años, mi hermana (Nicky Hilton Rothschild) y yo vivíamos en Malibu Colony y montamos un puesto de limonadas. Cobrábamos 20 dólares por cada una y también vendíamos otras cosas muy monas que hacía yo. Enseguida entendí cómo funcionaba una marca.
Mucho, sí. El éxito es algo que corre por mis venas. Me despierto todos los días superemocionada, pensando que puedo hacer lo que más me gusta, viajar por todo el mundo y divertir a mis fans. Hacer feliz a la gente es la razón principal por la que hago lo que hago.
- Tienes más de once millones de followers. ¿Por qué los llamas los Little Hiltons?
Son como mis hermanitos pequeños y formamos una especie de gran familia. Están repartidos por todos los rincones del mundo así que, cada vez que viajo a un país, les invito y pasamos un rato juntos. Por eso me encantan las redes sociales. Te ofrecen un modo facilísimo de seguir en contacto con la gente. De hecho, muchos de ellos tienen incluso mi teléfono y mi whatsapp y nos hemos hecho buenos amigos.
- ¿Eres una de esas personas a las que siempre se les están ocurriendo nuevas ideas? Cuéntanos la última.
Mi signo del zodíaco es Acuario, así que soy una persona muy creativa y continuamente doy vueltas a nuevos proyectos. Ahora estoy trabajando en una marca de bebidas que lanzaré en los próximos meses. Es una gama de zumos de fruta exprimida, concentrados en pequeñas cápsulas en polvo que se ponen en una máquina, como las de café.
- Empezaste a trabajar de 'dj' en la sala Amnesia de Ibiza en 2013 y vuelves todos los años. ¿Qué significa para ti?
Pinchar allí es increíble. Es la isla más mágica del mundo, la mejor para salir de marcha y el lugar con mayúsculas para pasar el verano, porque va gente de todo el mundo: América, Europa, Asia y Oriente Medio.
- ¿Recuerdas tu primera experiencia allí?
Estuve con Kim Kardashian en 2006 y nos lo pasamos genial. Fuimos a la playa, de compras, a bailar y a la fiesta de la espuma de Amnesia. Recuerdo que la miré y dije: «Tengo que organizar una como esta». Me dejó completamente fascinada. Por eso, en cuanto tuve la oportunidad, organicé la Foam and Diamonds (una ‘party deluxe’ con ella al frente que Amnesia celebra cada año).
- Cuando vas a la isla, ¿dónde te quedas?
Suelo alquilar una casa, pero voy cambiando porque los 'paparazzi' siempre me acaban encontrando. También me gusta el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel. Creo que tiene el mejor 'beach club' de toda la isla.
- ¿Entra en tus planes abrir tu propio hotel?
Sí, me lo han propuesto diferentes personas y en esa zona hay muchos terrenos disponibles. Ahora me toca decidir entre varios promotores.
- ¿Cuándo descubriste que tenías alma de 'dj'?
Siempre lo supe. Yo fui la que inventó lo de que te paguen por salir de juerga en Las Vegas y empecé a mezclar música profesionalmente hace unos doce años. Cuando viajo, me gusta aprovechar el tiempo. Si tengo que ir hasta Dubai, prefiero trabajar durante el día y entretener a mis fans por la noche.
- ¿Qué cualidades debe tener un buen 'dj'?
Lo más importante es pillarle el rollo al público, entender lo que quiere y divertirse con él. A mí me encanta arreglarme y montar una gran 'performance' para que no haya sólo música. Me subo al escenario con mis bailarines y pongo temas míticos, pero también sorprendo a la gente haciendo remixes que nunca ha escuchado.
- ¿Cuál es el secreto de una fiesta perfecta?
Que yo esté en ella. ¡Soy la reina de las fiestas! El espectáculo no empieza hasta que yo llego (bromea). Lo importante es invitar a las personas adecuadas. Haz una lista de todos tus amigos favoritos, contrata a un 'dj' que mole y elige una temática concreta, como ir de rosa o vestir ropa rave (esto es lo que yo hago).
- ¿Te angustias si no puedes ir a un evento?
Antes sí, porque no quería perderme nada, pero ahora tengo la sensación de que ya me quedan pocas cosas por ver. Eso sí, no puedo faltar ni a Cannes, ni a Coachella, ni a la Semana de la Moda de Nueva York. Todos quieren que sea su 'dj'.
- Confiesa: ¿a veces no te entran ganas detener una vida más tranquila?
¡Algún día! Ahora me lo estoy pasando demasiado bien para parar. Y no sólo me encanta lo que hago, sino que también estoy trabajando y triunfando con mis empresas. Mi agenda es una locura: trabajo siete días a la semana todo el año. Nunca me cojo un día libre.
- ¿Y cuándo descansas?
Cuando llego a casa por la noche y estoy con mis mascotas. Se quedan en la cocina conmigo mientras hago lasaña y después nos sentamos en la cama, mientras vemos algo en Netflix y nos relajamos. Es mi momento favorito, aunque desgraciadamente no puedo disfrutarlo tan a menudo como querría.
- Se ve que tienes un vínculo muy fuerte con tus perros. Realmente son como unos hijos para ti, ¿verdad?
Por supuesto, en una ocasión varios de ellos tuvieron cachorros ¡y me junté con quince! Aunque eran demasiados y acabé repartiéndolos entre mis primos y hermanos. Todos son adoptados de refugios de animales o regalo de alguno de los novios que he tenido. Viven en una mansión que he construido para ellos.
- Cuando Tinkerbell falleció en 2015 debió de ser muy duro para ti...
Fue como perder a una hermana, una hija o a mi mejor amiga. Todavía hoy sigo destrozada. Tenía ya 16 años y vivió una vida maravillosa. Era todo un icono para mí. Curiosamente, me da la impresión de que se ha reencarnado en Diamond Baby, (un adorable chihuahua de 3 años) porque tienen la misma personalidad. Es como si fuese Tinkerbell en el cuerpo de otro perro.
- Por cierto, tras romper tu compromiso con el actor Chris Zylka, llevas un año sin pareja. ¿Eres más feliz así?
Sí. Siempre he tenido novio y es como si esta fuera la primera vez en mi vida que me siento libre y puedo ser yo misma. Me gusta que no haya nadie que me controle. A veces, cuando he quedado con determinadas personas, he desconfiado de ellas y me ha dado miedo que luego pudiesen hacer algo para avergonzarme.
Ahora me siento afortunada de no sentir ese miedo porque soy independiente.
- ¿Te gustaría casarte y tener hijos en un futuro próximo?
Me parece una idea maravillosa y, si tuviese una relación, podría estar bien. Pero ahora mismo no pienso en eso. He trabajado tanto para construir esta vida tan increíble que, cuando tenga mi propia familia algún día, no necesitaré a nadie más que a mí misma. Porque en este momento puedes conseguirlo todo por ti misma.
- Una vez dijiste que hay que vivir cada día como si fuese tu cumpleaños.
¿Cuál es tu nuevo 'leitmotiv'?
Sólo se vive una vez y, además, la vida es muy corta, así que tienes que disfrutarla al máximo y buscar siempre lo mejor.