Donald Trump volvió a agitar este domingo el fantasma del fraude electoral, en una jornada en la que su rival Kamala Harris pidió pasar página para "curar la división" en Estados Unidos, a dos días de unas elecciones presidenciales muy reñidas. A pesar de que no hay pruebas de que se haya cometido un fraude electoral significativo, el expresidente afirmó en Pensilvania que los demócratas "luchan muy duro para robar" los comicios.
El republicano suele salpicar sus discursos con insultos pintorescos, pero el tono se ha vuelto cada vez más apocalíptico y teñido de violencia. Trump recordó el intento de asesinato en su contra en julio y añadió que, para que se repitiera, la bala tendría que atravesar la multitud de medios de comunicación. "Para darme, alguien tendría que disparar a través de las noticias falsas, y eso no me molesta tanto. No me molesta", afirmó entre risas.
En la recta final aumenta el miedo a un posible estallido de violencia si Trump pierde y se niega a reconocer su derrota, como hizo en 2020. Por su parte, Harris estimó este domingo en Míchigan que las acusaciones de Trump tienen como objetivo que la gente crea que "su voto no importará". "Los sistemas que se implementarán para las elecciones de 2024 son íntegros", afirmó y añadió: "El pueblo determinará el resultado de estas elecciones".
Pensilvania es uno de los estados más codiciados de los siete pendulares, aquellos que no han sido bastión del Partido Republicano ni del Demócrata y que suelen decidir el resultado electoral por apenas decenas de miles de votos. En este estado, donde vive una gran comunidad puertorriqueña, a Trump podría costarle caro el comentario de un humorista que dijo en su acto de Nueva York que Puerto Rico es como una "isla flotante de basura".
Trump y Harris apuran actos de campaña ante las elecciones presidenciales del próximo martes
Este domingo, el candidato republicano también estuvo en Carolina del Norte, que ya visitó el sábado dos veces, y en Georgia. Además, hizo una rara confesión a ABC News: "Supongo que se puede perder, se puede perder. Quiero decir, eso pasa, ¿no?". Sin embargo, en su acto en Pensilvania dijo que en 2020, cuando perdió su intento de reelección ante Joe Biden y luego intentó revocar los resultados, "no debería haber abandonado" la Casa Blanca.
"Compito contra una persona totalmente corrupta, en realidad no compito contra ella, compito contra una máquina corrupta llamada el Partido Demócrata, un partido totalmente corrupto", afirmó Trump, conocido por sus salidas de tono. Además, prometió a sus seguidores que, si gana, "Estados Unidos será más grande, mejor, más audaz, más rico, más seguro y más fuerte que nunca", porque acabará con la inflación y detendrá "la invasión" de migrantes.
Por su parte, este domingo Harris apostó todo a Míchigan, un emblema del llamado "cinturón del óxido", región del Medio Oeste de Estados Unidos marcada por el declive industrial. "Pasemos página y escribamos el siguiente capítulo de nuestra historia, un capítulo basado en un plan divino lo suficientemente grande como para abarcar todos nuestros sueños", "lo suficientemente fuerte como para curar la división" y "lo suficientemente audaz como para abrazar la posibilidad: el plan de Dios", afirmó en una iglesia cristiana en ese estado clave.
La exsenadora, que afirmó haber votado por correo, está muy igualada con su rival. La última encuesta de The New York Times/Siena muestra algunos cambios en los estados en disputa, pero siguen en empate técnico, dentro del margen de error. Harris, desesperada por apuntalar los estados de los Grandes Lagos conocidos como el "muro azul", considerados esenciales para cualquier victoria demócrata, pasó el día en Michigan, desde donde se dirigió a la ciudad de Pontiac y a un acto nocturno en la Universidad Estatal de Michigan.
Ya votó la mitad de la gente que participó de las presidenciales en el 2020
Más de 77,3 millones de personas ya han emitido su voto por anticipado en estos comicios fuera de lo común, con un presidente Joe Biden que se retiró de la carrera en julio debido a las presiones de su bando y dos intentos de asesinato contra Trump. La expectativa es máxima, con dos opciones en las antípodas ideológicas, por lo que ya votó el 50% del total emitido en las presidenciales de 2020, cuando votaron 154,6 millones de estadounidenses.
Kamala ha llamado "fascista" Trump, mientras que él la tacha de "marxista" y "comunista". Más allá de la dialéctica electoral, Harris ha hecho una campaña enfocada en el centro y Trump es el orgulloso líder del movimiento "Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo", conocido por sus siglas en inglés MAGA. El republicano es el primer expresidente condenado por un delito y con cuatro inculpaciones pendientes. Es posible que haya que esperar días para conocer el nombre del ganador.
Al igual que Pensilvania, Michigan es uno de los campos de batalla seguidos de cerca. Trump dio vuelta el antiguo bastión demócrata en su camino a la derrota de Hillary Clinton en 2016. Biden lo devolvió a la columna demócrata en 2020, impulsado por los trabajadores sindicalizados y los votantes negros. Pero esta vez Harris corre el riesgo de perder el apoyo de una comunidad árabe-estadounidense de 200 mil personas que ha denunciado la gestión de Biden de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Los encuestadores han notado una erosión en el apoyo negro a la candidatura demócrata y los asesores de Harris reconocen que aún tienen trabajo por hacer para lograr que suficientes hombres afroamericanos voten para igualar la coalición ganadora de Biden en 2020. Pero como el derecho al aborto es una de las principales preocupaciones de los votantes, su campaña se ha sentido algo reconfortada por la gran proporción de mujeres que participan entre los primeros votantes.
Harris recibió un impulso el sábado cuando la encuesta final del Des Moines Register para Iowa, considerada una prueba muy creíble del sentimiento público más amplio, mostró un cambio sorprendente, con Harris por delante en un estado ganado fácilmente por Trump en 2016 y 2020. Trump desestimó los resultados como una "encuesta falsa".