Las bolsas del mundo tiemblan ante la posibilidad de que el Grupo Evergrande, la desarrolladora inmobiliaria más grande de China entre en default con un importante efecto contagio sobre grandes bancos e inversores de Europa y Estados Unidos.

Como si se tratara de un nuevo Lehman Brothers que detone una crisis sub-prime, el temor se contagió por todas las bolsas del mundo, incluso aquellas con las que tiene pocos vínculos directos. El Bovespa este lunes caía 3,2% y el Merval 5,6%, cuando índices como el Dow Jones y S&P 500 retrocedían 2,4% y el Nasdaq, 3%.

En el caso del Merval, se sumaba el efecto contagio de las bolsas extranjeras más el ruido local por la incertidumbre económica. Esto no solo se vio en las cotizaciones locales, sino en los papeles argentinos en la Bolsa de Nueva York, así algunos bancos se desplomaban más del 10% a mitad de la rueda. Por ejemplo, el Macro caía 10,6% y el Francés, 10,2%. Solo la postergada Despegar subía este lunes, con un alza del 1,1% de la mano de los números del PreViaje; el resto de los papeles se mantenía en profundo rojo: YPF, por ejemplo retrocedía 7,7% y el Grupo Galicia,8,6%.

Evergrande, el gigante de la inversión inmobiliaria chino tiene un pasivo de más de 310.000 millones de dólares y la posibilidad del default esta semana por la proximidad del vencimiento de casi 85 millones de dólares, una suma relativamente pequeña, para la que no encuentra refinanciación aterra a los mercados financieros por sus implicancias. El desplome podría generar una ruptura en la cadena de pagos equivalente al 2% de la economía China, la pérdida de más de 200 mil puestos de trabajo fijos y otros 3 millones de puestos directos de duración determinada e indirectos.

No en vano, la empresa llegó a solicitarles a los mismos empleados que la financien a la vez que recibe préstamos de corto plazo (Repos) del Banco Central chino para paliar la escasez de liquidez. Con una caída de casi el 20% intradiario, la empresa cerró con una valuación bursátil de algo más de 30.000 millones de dólares, es decir, que su valor actual es del 10% de sus deudas.

El impacto de su eventual caída en lo financiero podría ser un cimbronazo que alcance a todos los grandes bancos que están expuestos de sus papeles desde Alemania hasta Estados Unidos, pero también tendría un impacto directo sobre el crecimiento esperado de la economía China y su tracción sobre las demás economías emergentes.

Así y todo, no es lo único que asusta a los mercados. Este domingo la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, pidió al Congreso que habilite una nueva ampliación de la capacidad de endeudamiento del Tesoro estadounidense ante la posibilidad de impago de sus obligaciones. Un ajuste repentino en lo fiscal en Estados Unidos sumado al ya postergado "tapering" o suba de tasas de interés de la Reserva Federal, también desaceleraría la recuperación global.