Tras la publicación del reporte del JP Morgan sobre el futuro del carry trade, el economista Carlos Melconian alertó sobre la fuga de divisas y advirtió que el tipo de cambio actual “evidentemente no alcanza”. "El problema grande que tiene Argentina es que se le fueron 3.000 millones de dólares de la suma de turismo y dolarización de argentinos", dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Carlos Melconian es economista y fundador de la consultora que lleva las iniciales de su nombre. Fue presidente del Banco Nación (2015-2017) y consultor privado del Banco Mundial. A fines de 2021 desembarcó como presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea, y elaboró un ambicioso plan de gobierno para cualquier partido político que fuese a ganar. En 2007 fue candidato a senador nacional por el PRO y en 2019 publicó el libro “Cantar la justa".
JP Morgan, crítico con Milei, aconseja salir de la deuda argentina al menos hasta las elecciones de octubre
Cada día queda más claro que lo que hizo Milei fue pasar la inflación del 100 al 200% para reducir el déficit fiscal, metiendo miedo con que iba a dolarizar la economía y cerrar el Banco Central. La inflación, que venía al 6% mensual hasta julio, desde que ganó las PASO en 2023, las PASO— se duplicó y después se triplicó. Sin Milei candidato, la inflación de 2023 hubiera sido 100, no 211%. Y, por lo tanto, ese 100% de más fue el que permitió que se licuara el gasto público. El JP Morgan dijo: “Rajen de la Argentina antes de las elecciones”. El banco es quien elabora el riesgo país, que es fundamental para Milei después de las elecciones, para ver si se puede endeudar en los mercados privados. ¿Cómo tomaste lo del JP Morgan?
En una de esas, viste que tu novia te dice: “Tomémonos un tiempo y oxigenémonos. Tomémonos un tiempo porque me siento asfixiada”. Yo no sé, porque hace muchísimos años no tengo novia, después de tantos años de casado...
Mejor que lo aclares.
Sí, por eso te digo. Es una cosa de “tomémonos un tiempo”, que también puede decírselo el novio a la novia. Ese es el sentimiento. Es una definición contundente, que me da la impresión de que ha tratado de privilegiar el resguardo a sus clientes. Es la única cosa que se me ocurre...
La idea de tomar un tiempo significa que después veremos si hay que volver al carry trade…
Claro, es un “tomémonos un tiempo". Nos puede hacer bien a los dos. ¿Viste cómo son todas esas conversaciones? De nuevo, esas conversaciones las tenía yo hace 50 años. Ahora ya no. Siempre puede venir una hija o un hijo que te lo dice respecto a su pareja.
En las últimas semanas de discutió que se puede tener déficit de cuenta corriente durante mucho tiempo sin que haya mayores problemas, como por ejemplo tuvo Chile o tuvo Uruguay. ¿Cuál es tu propia impresión respecto de si es sustentable a lo largo de mucho tiempo? Si lo es, ¿de qué depende? Si, por ejemplo, es para inversiones que en el futuro van a dar resultado positivo, o si son para consumo...
Vos sabés que la diferencia entre cuenta corriente y flujo de caja es que, mientras una es devengada, el otro tiene movimientos constantes y sonantes. Por eso esa es la diferencia entre la cuenta corriente, que es un procedimiento devengado, y el flujo de caja, que es un procedimiento de pago. Ya desde mi época práctica en el Banco Central, que me tocó trabajar desde el primer día que entré en acuerdos con el Fondo, tuve como jefe a Juan Sommer, que me enseñó muchísimo y acostumbraba a ir a negociar con el flujo de caja. La cuenta corriente era un dato relevante, pero era para los investigadores, teóricos y demás. Cuando vos ibas a poner lo que hay que poner arriba de la mesa, y mangar eventualmente lo que te faltaba, el procedimiento era el del flujo de caja.
¿Por qué hago esta aclaración para empezar? Porque no estamos frente a un proceso donde nos podamos poner a discutir un déficit comercial. Déficit comercial que eventualmente lo esté generando un brillante porvenir por las exportaciones, pero que todavía no están, y un pago muy fuerte por importaciones en términos de confianza porque alguien te las esté financiando. Cuando habló de cuenta corriente, efecto absorción y confianza del resto del mundo, no estoy diciendo que eso sea una anomalía intelectual. Digo que no es lo mejor para estudiar la Argentina hoy.
Hoy, lo mejor que hay para estudiar la Argentina es cuánto entra y cuánto sale. Y el problema grande que tiene Argentina en esa zapatería es que se le fueron 3.000 millones de la suma de turismo y dolarización de argentinos. Entonces, ¿de qué proceso de confianza de inversión estamos hablando? Esto es la hinchada de Boca, la hinchada de River, República Dominicana y dolarización de portafolio. Acá no hay ningún análisis de cuenta corriente. Y de nuevo, no me quiero hacer el zapatero o el verdulero: he empezado dividiendo lo que es devengamiento de lo que es caja.
Lo que me importa en este momento es que en el proceso de flujo de caja en Argentina hoy sale más de lo que entra. Entonces, ahí no hay nada que discutir. No hay ningún proceso de inversión extraordinario que esté generando que la confiabilidad del resto del mundo invierta tanto que, por algún lado lo sacás en el formato importador. Acá hay un flujo de caja: entra “X” de exportaciones, “X” de importaciones, y eso no está dando negativo todavía. Habitualmente, cuando la cuenta comercial da negativa, alguien del resto del mundo la está financiando. Pero no está pasando eso. Se hizo pelota el superávit de comercio, pero todavía está.
Lo que está pasando es que, cuando vos ponés en los ingresos exportaciones más otras cosas, y ponés en los egresos importaciones más otras cosas, lo que está siendo contundente es el “otras cosas”, y es la salida de argentinos. La verdad que le prestó cero atención a esa definición intelectual del viceministro sobre el proceso de inversión, o a la definición del ministro de Economía respecto a que se sabía que esto iba a pasar. Es sabido que va a pasar cuando viene un proceso de inversión contundente que te hace entrar en déficit comercial.
Pero a un año y medio de gobierno y con el tipo de cambio que tenemos, no era sabido que iba a pasar esto, que Boca y River iban a estar en Miami, que Dominicana no da abasto, y que la dolarización de portafolio está vigente. Eso no tiene nada que ver con la confianza, y casi te diría, ni con la desconfianza. No está bien abierto cuánto es turismo y cuánto es dolarización, pero lo que está claro es que en este mercado mal llamado libre, sin cepo, y de oferta y demanda, este precio evidentemente no alcanza, por más que esté tranquilo. Y desarmarlo tampoco es sinónimo de tragedia. Siempre me gusta aclararlo.
Te voy a explicar qué es lo que está pasando hoy. Hoy está pasando algo que se supone que se va a corregir el año que viene, que es que las empresas todavía no pueden ir a demandar al mercado, excepto préstamos e importaciones. Todavía tienen unas regulaciones que llevan a una definición de que el cepo está. No es el cepo implementado y profundizado del 2019 a la fecha, pero eso está.
El segundo tema es que el tipo de cambio entre dos bandas muy amplias da la sensación de oferta y demanda libre, que tampoco es así. No es porque las bandas sean finitas, sino porque ahí no está toda la demanda. ¿Y cuál es la que no está? La más importante: la del Gobierno, la del Tesoro. Estaba obligado a comprar dólares por el Fondo, que es la terminología y el formato de decirlo, pero más que esté obligado por el Fondo, tiene que comprar dólares con superávit en pesos para pagar sus obligaciones, como un particular más en el mercado. Estos eran los famosos 9 o 10 mil millones de dólares a razón de mil por mes. Y eso no está en el mercado.
Entonces, el mercado está tranquilo, pero le están faltando esos mil millones por mes. ¿Qué hizo el equipo económico? En algo que llama “sustituir” o indirectamente hacer lo mismo que comprar: colocar deuda o proyectar colocar deuda a razón de mil por mes para sustituir ese problema. Eso tendremos que verlo a futuro. ¿Qué ocurre? Sea porque las corporaciones no están on en menor medida, porque el Gobierno no está, estamos en un escenario donde exitosamente el tipo de cambio flota en el medio de la banda, pero hay que ver qué pasa cuando el elefante entre al bazar. Acá la política juega. Eso significa que todo el mundo sabe que viene el Fondo, mira, sabe esto, y se va. Y lo que no le hizo a Guzmán y a Massa, no se lo va a hacer a este Gobierno. Entonces, como lo gordo ya lo puso, y lo poquito que falta lo va a seguir poniendo, seguramente están dilatando esto para después de la elección.
Vale mencionar que a Massa se la hicieron devaluar el 30% después de la elección y perdió la elección. Quiero decir, a Massa sí se la hicieron. No le habrán hecho otras cosas, o podrás decir que Massa incumplía mucho más…
Yo creo que Massa debe haber tomado ese compromiso. Yo acá no sé si van a tomar ese compromiso, porque allá había un control de cambio muy fuerte y el número del dólar lo ponía el Gobierno. Acá no. Acá el tipo de cambio no es del todo flotante y el cepo no salió, pero es diametralmente opuesto a aquello. El tipo de cambio lo maneja el mercado. Lo que yo estoy diciendo es que estamos ocultando una demanda.
El arte de todo esto es dónde está el tipo de cambio y si, algún día en 1.200, habiendo entrado el elefante al bazar, el “calavera no chilla”. No da esa impresión, aclaro. Pero acá el arte de todo esto es cómo el elefante va entrando al bazar —léase: empieza a aparecer la demanda del sector público— y cómo el arte de relojería suiza va manejando ese tipo de cambio, o el mercado va manejando ese tipo de cambio, o el elefante va entrando como si fuera un ratoncito en lugar de un elefante, de manera tal que esto no te obligue a estar en el techo. Porque si está en el techo, vamos a descubrir que las reservas son negativas, que no están todos los dólares para cubrir la base monetaria y los pesos del mercado para estar en condiciones de llevar el dólar a 900 pesos. Esa es otra falacia.
Acá lo que hay que evitar es que se vaya generando un cambio de expectativas en julio, agosto y septiembre, pensando que de verdad no le dan bola a esto y que están subestimando el tema. Porque, ¿qué es lo que ve la gente en este momento? La gente dice que los ve muy tranquilos, y todo el mundo sabe que el costo argentino en dólares está volando. No el poder adquisitivo de la gente, sino que el costo argentino en dólares. Son dos cosas diferentes.
¿Encontrás algún paralelismo con el 2017, que vos criticaste mucho, incluso estando cerca del gobierno en aquel momento? Algún diario tituló “el plan platita de Milei”. Todos los años impares, cada uno crea su propio “platita”. Podríamos decir lo mismo del 2017 con Macri y del 2023 con Massa.
Sí y no, pero déjame que explique lo siguiente. Hay planes platita y planes platita. Este es un plan platita eventualmente en dólares. El de Massa era un plan platita en pesos. Massa no tenía dólares ni formato de cómo inventarlos. Entonces, inventaba un plan platita con déficit fiscal, que duraba un fin de semana para el shopping nada más. El lunes estábamos peor.
Lo que yo critiqué de Macri en su momento fue la irresponsabilidad de liberar el mercado el primer día. Y se le llamaba éxito a que el valor del dólar fue al paralelo y no más porque se decía que se había contenido una eventual hiperinflación. Pero era con déficit fiscal, y entonces generaba una abrumadora demanda por dolarización de portafolio que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, también subestimaba, porque también tenían el inflation targeting en la cabeza.
En junio 2025, los privados anticipan que la inflación se aceleró levemente ¿A cuánto llegaría?
La gran diferencia a favor hoy es que no hay déficit fiscal. Nosotros somos guerreros del déficit fiscal. Milei viene atrás de nosotros con esto, y tiene el mérito de hacerlo y nosotros de decirlo. Pero somos guerreros del equilibrio fiscal. Lo que nosotros decimos es que es una condición necesaria y no suficiente. En el sentido de que acá también hay que mirar las cuentas externas. Pensar que el ejercicio de tener equilibrio fiscal o superávit fiscal hace que lo externo se arregle solo está cerca de ser un concepto teórico más que práctico.
¿A qué me hace recordar para mal esto con aquello? A que las cuentas de la zapatería del sector externo, en términos de turismo, viajes y dolarización de portafolio, tienen un monto mensual hace dos o tres meses muy parecidos al de aquel momento. Y empezamos a encarar el momento —sacando julio, donde hay alguna inercia— donde empiezan a disminuir los números de comercio exterior y van a seguir todavía fuertes los números de dolarización y turismo. Esta es la expectativa negativa que no se puede dejar crecer durante julio, agosto y septiembre.
Quisiera ver que el boom importador empiece a tener algún freno solo. Porque si el nivel de actividad empieza a estancarse, como se está percibiendo, hasta muchos de los que están contrayendo container de China lo van a tener que hasta malvender. Estamos entrando en una zona cambiaria —julio, agosto y septiembre— que yo no trataría en forma displicente. “Forma displicente” es la manera soberbia y dogmática que tienen de decirlo. Pero me imagino que deben estar detrás de este tema, y que lo estarán postergando para después de la elección.
Crucemos los dedos, Carlos…
Acá hay un tema. De la misma manera que el régimen o la organización cambiaria de 2024 fue exitosa al inicio, pero era finita y en algún momento tenía que cambiar —y se hizo en abril, de la mano del acuerdo con el Fondo—, acá también está claro que al precio del dólar en el mercado supuestamente libre entre oferta y demanda le falta la demanda del elefante.
No va a ser 1.350, como el dólar futuro de diciembre, sino que debería ser más.
Veremos cómo es esta historia, porque el futuro es el futuro. Pero de nuevo, vos empezaste con una pregunta sobre un banco. Lo primero que yo debía haberte dicho es que hasta el jueves a la noche no opinaban así, y el viernes a la mañana opinaron así. El futuro hasta el lunes a la noche es así. El martes a la mañana, qué sé yo. Yo miro objetivamente estos datos, sin pronosticar ninguna tragedia, pero está claro que al mercado le falta demanda, y le sobra demanda donde no debiera tener.