9 de diciembre, es el último día del Presidente que se va. A la medianoche se convierte en ex, vuelve al llano, se transforma en calabaza. Es un buen momento para hacer un balance de su paso por el Gobierno.
Algunos datos. Macri es el primer presidente de nuestra historia que se postula a una reelección y no la consigue. Es el que prometía “pobreza cero” y aumentó ese índice crítico de 27 a 41 por ciento de la población, con la simultánea suba del desempleo.
Es el que, cuando el dólar se disparó y la inflación se volvió incontrolable, dijo que “veníamos bien, pero pasaron cosas”. Y es el que, luego de perder las PASO por paliza, culpó a los votantes por la nueva corrida cambiaria del día después.
Estaba cantado que iban a ser años difíciles. Los consejos de Macri a la ciudadanía no dejaban dudas. En invierno, cuando hacía frío y el gas multiplicaba su precio por seis con el tarifazo, el Presidente recomendaba no usarlo y tampoco “andar en remera y en patas”. En verano, cuando el calor se hacía insoportable, pedía que todos pusieran el aire acondicionado en 24, ni un grado menos.
En cuanto al supermercado, si la comida aumentaba demasiado, aconsejaba no comprarla para que los comerciantes recapacitaran o, en otras palabras, perdieran plata. Tampoco quería que los argentinos usaran el auto si no estaban de acuerdo con las subas de la nafta, ya que la bicicleta en definitiva era más sana y contaminaba menos. Además, decía que había que trabajar los sábados y domingos.
ÚLTIMO DÍA DE MACRI: ADIÓS AL PRESIDENTE NI-NI.
Para Macri, se podía vivir perfectamente sin gas, nafta, aire acondicionado o primeras marcas del supermercado, y sobre todo trabajando siete días a la semana. Se podía, sí, pero no más de cuatro años.
Ahora llegó el fin. Adiós, Presidente. Hasta la vista, Macri. Chau Mau. Ojalá haya aprendido algo de todo esto.