Había una vez en un reino muy cercano llamado Instagram, una pléyade de royals que liberados de sus deberes oficiales, osaron vivir como ricos mortales; y por supuesto, viralizar sus andanzas en la red social. Este cuento trata de una nueva generación de (o hijos de) príncipes, princesas, duques, condes, aristócratas cuyo lugar en la línea de sucesión al trono los redime de compromisos cargosos y les permite ser amos de sus propias vidas.
Si siglos atrás estos grupos sólo dejaban verse en la privacidad de salones sociales o resorts elegantes, hoy recorren el mundo como modelos, diseñadores, artistas, deportistas, influenciadores, listos para compartir contenido personal con sus cientos de miles de seguidores. Bienvenidos a la era de la “Instaristocracia”, donde la formalidad es reemplazada por la frivolidad, y lo público triunfa por encima de lo íntimo.
El auge de las redes sociales permitió a las casas monárquicas, a través de sus perfiles, desacreditar a la prensa y adueñarse de sus propias narrativas. Cuentas oficiales como @TheRoyalFamily (de la Familia Real del Reino Unido) o @KensingtonRoyal (del Duque y la Duquesa de Cambridge) revelan material cuidadosamente curado y difunden información que antes se filtraba en tabloides amarillistas. Sin embargo en los usuarios de los “cool royals”, administrados por ellos mismos, es donde la sangre azul cambia de sabor.
A sus 25 años, Amelia Windsor (@AmelWindsor), nieta de Eduardo de Kent, primo hermano de la reina Isabel II del Reino Unido, ocupa el trigésimo octavo puesto en la línea de sucesión británica. Un pase libre para explorar mundos paralelos como el modelaje, de la mano de la agencia Storm Management, y saltar de evento en evento.
Otra rubia de la realeza representada por Storm, es Kitty Spencer (@Kitty.Spencer). Sobrina de la mismísima Lady Di, esta modelo e historiadora de arte de 29 años acapara todas las miradas en ceremonias como la boda de su primo, el príncipe Harry de Sussex, y en campañas y desfiles de la talla de Bvlgari y Dolce & Gabbana. Su vida amorosa también colma titulares: está comprometida con el empresario Michael Lewis, 31 años mayor que ella.
Arhur Chatto (@ArtChatto), nieto de la princesa Margarita del Reino Unido, se halla vigésimo sexto en la línea de sucesión y da que hablar por su sex appeal. Cuando este deportista de 21 años (el más joven en bordear Gran Bretaña a remo según Guinness World Records) no está practicando buceo, remo o montañismo, comparte fotos de su torso descubierto y promueve marcas sporty como Elliot Brown y Jöttnar.
El hermano mayor de Arthur, Samuel (@SamChatto), se inclina más por el arte y la espiritualidad. A sus 24, además de asistir a la Universidad de Edimburgo, ha completado un profesorado de yoga en la India; caso inédito en la historia de la realeza británica. En vez de ejercer, prefiere dedicarse a la cerámica con su marca, Sam Chatto, y tomar clases de yoga junto a su novia, la bloguera vegana Sophie Pipe.
El “chico malo” de la royal family se llama Cassius Taylor (@cee__t), tiene 23 y es el primo favorito de Amelia Windsor. Su reputación se debe a que fuma, sale a fiestas rave y usa cadenas y gafas oscuras. Asimismo, este hijo de comerciantes de arte, cuadragésimo segundo en la línea de sucesión, estudia gestión de arte en la Universidad de Londres y trabaja en la galería de su padre, Timothy Taylor.
En varias fiestas se ha visto a los hermanos y príncipes de Grecia y Dinamarca: Maria-Olympia (@olympiagreece), Constantine Alexios (@alexiosgreece) y Achileas-Andreas (@achi_of_greece). La mayor, Olympia, tiene 24 y reside en Nueva York, donde ha estudiado diseño y ejerce como modelo. Pese a que en su tierra carece de compromisos reales, ya que la monarquía fue abolida en 1973, hace dos años la joven se vio obligada a borrar una foto donde levantaba el dedo del medio por considerarse una actitud “poco principesca”. Su hermano Constantine, ahijado del príncipe William de Cambridge, mantiene un perfil más bajo, aunque con 22 ya declaró su afición a la fotografía. Y el menor, Achileas, se dedica a disfrutar de su adolescencia entre viajes, fiestas, amigos y familia.
Parte de ese clan es su prima, Talita von Fürstenberg (@tvf), princesa de la casa Fürstenberg de Alemania y nieta de la diseñadora Diane von Fürstenberg. Un pasaporte al campo de la moda, donde esta trotamundos de 21 años se desenvuelve como modelo y creadora de la línea juvenil TVF for DVF para la marca de su abuela. También practica esgrima y sale con el heredero italiano, Rocco Brignone.
En Mónaco, el legado estilístico de Grace Kelly lo mantiene su nieta, Pauline Ducruet (@paulinedcrt), hija de la princesa Estefanía y décimo sexta en la línea de sucesión. A sus 26, la joven ha estudiado estilismo en París, diseño en Nueva York; ha trabajado en Vogue y Louis Vuitton; y lidera junto con su amiga Maria Zarco la marca sin género Alter Designs, que lanza una única colección anual. Oda a nuestros tiempos, aplaudida su hermana menor Camille Rose Gottlieb (@camillerosegottlieb).
El principado monegasco también fue escenario este año de la boda de la archiduquesa de Austria, Eleonore von Habsburg-Lothringen (@eleonorehabsburg), con el piloto de automovilismo belga Jérôme d’Ambrosio. Ya que su título carece de rigor político, la royal de 26 años dispone de libertad tanto para elegir dónde casarse, como para modelar y perseguir su pasión por el diseño de joyas.
Otros aficionados a la moda son la condesa Eloise Van Oranje-Nassau (@eloisevanoranje), sobrina de Máxima de Holanda, quien a sus 21 ya tiene un vintage de su propia ropa; Marius Borg Høiby (@marius_borg) de Noruega, 23, que protagoniza editoriales con su novia, la modelo Juliane Snekkestad; y el indio de 21 años Padmanabh Singh (@pachojaipur), maharajá de Jaipur, quien ocupa su agenda con galas, partidos de polo y producciones de tapa para medios chic. Tiene tiempo, ya que los maharajás indios perdieron su autoridad política hace cinco décadas pero preservan su rango social. Otra garantía de que él y sus coetáneos vivirán felices por siempre. Fin.