La reunión sentará a líderes antagónicos de Latinoamérica y Europa. Buenos Aires y Madrid impulsarán el acceso al financiamiento externo y el alivio de la deuda en plena pandemia.
Desde aquel recordado "¿Por qué no te callas?" que el Rey Juan Carlos le lanzó al siempre incontenible Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de 2007, mucho ha pasado. Por empezar, el líder bolivariano ya no está. Tampoco el monarca, que abdicó en favor de su hijo y, años después, debió partir al exilio, envuelto en uno de sus tantos escándalos. Latinoamérica saltó de izquierda a derecha y de allí a lo más profundo de la grieta. Y algo parecido ocurrió en España, con la efervescencia extra de sus nacionalismos. Como si fuera poco, además explotó la pandemia.
La XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar hoy llevará como lema "Innovación para el Desarrollo Sostenible – Objetivo 2030. Iberoamérica frente al reto del Coronavirus" y, como todos los cónclaves de este tipo, desde la vigencia de la pandemia, se realizará en formato mayormente virtual. Hasta ayer, quien no había confirmado aún su participación era el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, pero eso no le resta cierta polémica y expectativas al encuentro en dosis quizás no tan proporcionales.
Fernández será de los primeros en hacer uso de los siete minutos reglamentarios durante el espacio destinado al debate entre los líderes.
Por empezar, el Gobierno nacional actuará en tándem con el del español Pedro Sánchez para impulsar una declaración especial, en el marco de la Cumbre, sobre acceso a financiamiento externo para combate de la pandemia del Covid-19. Hasta allí el abordaje multilateralista. No obstante ello, será también un foro en el que el Presidente Alberto Fernández compartirá espacios con líderes tan disímiles como el venezolano Nicolás Maduro y el uruguayo Luis Lacalle Pou, quien no dudó en tildar al caraqueño de "dictador" en el pasado. Cómo vaya a desarrollarse la convivencia virtual en la vecindad es toda una incógnita.
Por la diferencia horaria, el evento arrancará cerca del mediodía de la Argentina. Fernández será de los primeros en hacer uso de los siete minutos reglamentarios durante el espacio destinado al debate entre los asistentes. Antes, en el arranque, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dedicará unas palabras, precedido por el jefe del Gobierno del Principado de Andorra, Xavier Espot, y la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, que también dará su diagnóstico global
La declaración en conjunto con el Reino de España forma parte de los reclamos que la Argentina viene impulsando en los foros internacionales desde el año pasado y apunta no solo a generar posibilidades de acceso a los organismos internacionales sino, sobre todo, a aliviar la pesada carga de la deuda en los países en desarrollo. En paralelo, también se debatirá la necesidad de impulsar el acceso universal a la vacuna contra la Covid-19 como bien público, otra de las banderas que lleva la Argentina.
Hasta ayer, eran 18 los jefes de Gobiernos y Estado que habían confirmado su asistencia. Y a la luz del listado, promete ser una reunión de líderes con posiciones muy diferentes, casi antagónicas, en el sistema internacional: desde Maduro, el nicaragüense Daniel Ortega y el cubano Miguel Díaz-Canel –ungido en las últimas horas como cabeza del Partido además del Gobierno de la isla– hasta Lacalle Pou, el colombiano Iván Duque y el chileno Sebastián Piñera. Para Lenín Moreno, incluso, será su despedida antes de entregar el poder en un mes.
No figuraban aún confirmados ni Bolsonaro ni el mexicano Andrés Manuel López Obrador. Tampoco el paraguayo Mario Abdo Benítez. Del otro lado del Atlántico, por su parte, estarán presentes –en formato presencial–, el Rey Felipe VI de España, Sánchez y los portugueses Antonio Santos y Marcelo Rebelo de Sousa –premier y presidente, respectivamente– , además de algunos líderes centroamericano –de Guatemala y República Dominicana– que atravesaron especialmente el Atlántico.
Como suele suceder en las cumbres iberoamericanas, la Argentina también impulsará un comunicado especial acerca de la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y la búsqueda de una solución a través del diálogo y en los términos fijados por las resoluciones correspondientes de las Naciones Unidas. El resto de los asistentes suelen acompañar el reclamo.
En cuanto al eje principal de la convocatoria, la meta es discutir salidas multilaterales a la crisis pandémica a través de un diálogo entre las regiones. En otras palabras, pensar la recuperación en conjunto con propuestas sobre innovación desde una amplia variedad de enfoques: el tecnológico pero también el desarrollo sostenible desde sus tres dimensiones –económica, social y ambiental– en base a la Agenda 2030 del foro.
La cumbre de hoy es el cierre para el bienio 2019-2020 que, producto de la pandemia, se extendió hasta abril de este año. Hasta la semana pasada, se sucedieron las rondas preparatorias. De hecho, el 15 de abril fue el cónclave preparatorio de los cancilleres. En principio, todos los documentos que se debatirán hoy, incluyendo la Declaración Final, fueron consensuados por los gobiernos, aunque el protagonismos de los líderes –y en este caso con algunas presencias polémicas– siempre deja lugar para la inesperado.