La última vez que el Consejo de Seguridad convocó una sesión de emergencia de la Asamblea General fue en 1982.
La Asamblea General de la ONU ha votado este miércoles a favor de una resolución condenatoria contra Rusia en la que exige el cese de la invasión de Ucrania y la retirada de sus tropas. Es una votación histórica en el órgano que acoge a los 193 países miembros de la ONU, en una convocatoria especial de urgencia muy poco frecuente: era la primera vez que ocurría en cuatro décadas y solo la undécima convocatoria desde 1950.
La resolución contó con el apoyo de 141 países, mientras que 35 miembros -entre ellos, China, el socio decisivo de Moscú- se abstuvieron y solo cinco votaron en contra: Rusia, Bielorrusia -que ha intervenido en la invasión de la mano de Rusia-, Siria, Corea del Norte y Eritrea.
El texto es muy similar al que no se pudo aprobar la semana pasada en el Consejo de Seguridad, el órgano de poder de la ONU, porque Rusia, uno de sus cinco miembros permanente, ejerció su derecho a veto. En su redacción final, acogió cambios importantes como sustituir la palabra «condena» a la invasión rusa por «deplora».
Al contrario que las resoluciones del Consejo de Seguridad, las de la Asamblea General no tienen poder vinculante. Pero la aprobada este miércoles sí tiene peso político y se suman a la condena generalizada de la comunidad internacional por la agresión rusa.
El reparto de votos y los mínimos apoyos de Rusia muestran que Vladímir Putin está aislado en su objetivo de derrocar al Gobierno de Kiev y controlar a Ucrania por la fuerza.
«El mensaje de la Asamblea General es alto y claro: cesad las hostilidades de Ucrania ahora», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras el voto. «Callad las armas. Abrid la puerta al diálogo y a la diplomacia ahora. La soberanía y la integridad territorial de Ucrania debe ser respetada de acuerdo a la Carta de la ONU».
Ese mismo texto fue utilizado por el embajador de Ucrania, Sergii Kislitsia, en su alegato a favor del voto condenatorio contra Rusia. «Es muy fácil firmar la Carta de la ONU en tiempos de paz. Pero es nuestro deber confirmarla e implementarla en tiempos de guerra»
De ABC